Tejidos naturales para cuidar la naturaleza
La lana, el lino y el cáñamo deberían ser una alternativa a las fibras sintéticas que contaminan la naturaleza, pero para ello es necesario un tejido industrial que ofrezca rentabilidad a los productores, según han explicado a EFEverde diversas fuentes.
Estas materias primas, según dichas fuentes, deben ser la base sobre la que se sustente la transformación de la industria textil y su adaptación a los retos ambientales presentes. Esta alternativa, además, aporta beneficios adicionales como la regeneración de tejidos sociales y económicos y, desde la perspectiva ecológica, la recuperación del suelo y el agua como recursos esenciales para la sociedad.
La lana y las familias olvidadas
Ramón Cobo ha mamado desde pequeño el oficio de la lana gracias a su padre y su abuelo en Mota del Cuervo (Cuenca).
Aunque, a día de hoy se muestra desolado por la oportunidad que estamos perdiendo al desperdiciar un material tan valioso como este, “esto se debe a la fuerte competencia desleal de las fibras sintéticas y el modelo del fast fashion”, afirma Cobo.
Sin embargo, mantiene las fuerzas y ha fundado Wooldreamers, una empresa en la que se esquila, clasifica, lava e hila la lana de ganaderías nacionales con la esperanza de volver a emplear un material natural, cuya producción es beneficiosa para la naturaleza y que pretende crear un tejido social nacional para que las familias que la trabajan y que han sido olvidadas durante muchos años puedan mirar al futuro con ilusión.
El lino en regiones ricas en agua
Por otro lado, en País Vasco la fundación Asmoz está liderando diversos proyectos pilotos de agricultura ecológica con lino en las zonas de Vizcaya, Gipuzkoa y Álava, donde las condiciones climáticas, como las lluvias benefician al lino, que se está probando en rotación con remolacha y patata.
Según la Confederación Europea del Lino y el Cáñamo, una hectárea de lino almacena cada año 3,7 toneladas de CO2. Además, no necesita pesticidas ni fertilizantes, lo que favorece unos ecosistemas saludables y disminuye el riesgo de exposición a productos químicos para las comunidades del entorno. Y su sistema radicular previene la erosión del suelo. También favorece la biodiversidad al ofrecer hábitats para insectos y vida silvestre.
Para la rentabilidad de este cultivo, el director de Asmoz, Juan Iceta ve necesaria una mayor colaboración público-privada, aunque “hay una cultura de acercarse, la colaboración está empezando a ser activa con la parte vasco-francesa, porque ellos están aprendiendo de la zona de Bretaña, que es la que está liderando”.
El cáñamo como oportunidad en contexto de crisis climática
El doctor en ingeniería agrónoma e investigador en el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (Cicytex), Luis Royano resume los beneficios del cáñamo para el suelo: “se puede considerar regenerativo porque absorbe metales pesados en el terreno”, por ello se está cultivando en rotación con el tabaco, el pimiento y el maíz en la comarca de La Vera.
Asimismo, destaca las condiciones del cáñamo en contexto de crisis climática, ya que esta planta tiene menores necesidades hídricas que otras. Tampoco necesita pesticidas ni herbicidas. “En el sur de España es un cultivo que se presenta como una buena alternativa”, destaca el ingeniero.
Por contra, este cultivo se tiene que acoger a una ley de 1967 que lo considera “prácticamente ilegal”. Esta “falta de actualización de la legislación” impide que se pueda escalar la agricultura del cáñamo, así Royano solicita que se “adapte la legislación a los tiempos de hoy en día” y un control de las diferentes variedades.
Finalmente, el fundador de NBSCLIMATE, Jesús Iglesias recuerda la importancia de relocalizar la cadena de valor de los productos, así como de comunicar de manera transparente cada etapa de la trazabilidad para que el consumidor pueda valorar la salud personal y ambiental o una mayor durabilidad de las prendas de moda. EFE VERDE