Bruselas propone incentivos fiscales y ayudas públicas para impulsar la industria limpia

La Comisión Europea propuso este miércoles flexibilizar las normas sobre ayudas de Estado y conceder incentivos fiscales para favorecer las inversiones en descarbonización y en tecnologías limpias en la Unión Europea, dentro de su plan para reflotar la industria comunitaria sin renunciar a sus metas climáticas.

El Ejecutivo comunitario presentó su Pacto de Industria Limpia, una hoja de ruta para «acelerar» al mismo tiempo la reindustrialización y la descarbonización del continente que se centra en dar apoyo a dos sectores clave: las industrias de alto consumo energético y el sector de las tecnologías limpias.

En el mismo, Bruselas advierte de que la industria europea afronta «desafíos existenciales» ligados sobre todo a los altos precios de la energía en el continente y a la competencia exterior y de que urge actuar para evitar que otras potencias adelanten a Europa en un contexto marcado, además, por el aumento de las tensiones geopolíticas.

Ayuda estatal e incentivos fiscales

La Comisión calcula que se necesitarán 480.000 millones más en inversiones cada año para lograr la transición a una economía de cero emisiones y cree que las ayudas públicas y los incentivos fiscales jugarán un «papel crucial» para alcanzar este volumen, atrayendo además financiación privada.

Por ello, instará a los Estados que adopten incentivos tributarios para las energías y tecnologías limpias, por ejemplo, permitiendo periodos de depreciación más cortos para las tecnologías limpias de modo que las empresas compensen antes las altas inversiones iniciales o con desgravaciones fiscales en sectores estratégicos.

Asimismo, prevé adoptar un nuevo marco de ayudas de estado para la industria limpia que permita apoyar la fabricación de tecnologías verdes, como las baterías, o acelere la aprobación de ayudas a proyectos de reducción de emisiones o energías limpias, a lo que se sumará una «simplificación» de las reglas generales sobre ayudas públicas, todo ello este mismo año.

«Unas reglas simplificadas y flexibles permitirán la aprobación rápida de ayudas de Estado para descarbonización (…) y de proyectos de tecnologías limpias», dice el documento.

Abaratar la energía

Bruselas ve también las ayudas estatales e incentivos fiscales esenciales para alcanzar uno de los objetivos clave del plan: abaratar la energía en Europa, que puede ser hasta cuatro veces más cara que en Estados Unidos, tanto para empresas como hogares.

Para ello pedirá a los Gobiernos bajar los impuestos a la electricidad y eliminar gravámenes que financien políticas no relacionadas con la energía, entre otras medidas recogidas en un Plan de Energía Asequible que presentará también este miércoles.

Y pondrá en marcha junto al Banco Europeo de Inversiones (BEI) una línea de garantías para reducir el riesgo en los acuerdos de compras de energía a largo plazo con el fin de dar más certeza a las empresas sobre los precios que pagarán.

Más allá de la financiación nacional, Bruselas propone movilizar 100.000 millones de euros «a corto plazo» para la fabricación de productos limpios en Europa, aunque no ha precisado de dónde saldrá esta financiación ni qué forma tomará, así como crear un Banco de Descarbonización Industrial financiado con el Fondo de Innovación europeo y los ingresos del sistema de comercio de emisiones (ETS), con un objetivo de 100.000 millones.

Tecnología limpia hecha en Europa

También con el fin de aumentar la demanda de tecnologías limpias hechas en Europa, la Comisión propone incluir una «preferencia europea» en las licitaciones públicas en sectores estratégicos e introducir criterios no ligados al precio -de sostenibilidad o resiliencia- en estos procedimientos con el fin de potenciar la industria local.

Asimismo propondrá acortar los plazos para la concesión de permisos a proyectos de reducción de emisiones o renovables o crear etiquetas voluntarias para distinguir los productos con baja huella de carbono, medidas que se recogerán en una Ley Acelerador de la Descarbonización a finales de 2025.

El Pacto de Industria Limpia prevé, por último, reducir la dependencia europea de terceros para el suministro de materias primas críticas, para lo que apuesta por el reciclado y reutilización de las mismas, por las compras conjuntas entre países -como hizo con las vacunas durante la pandemia – para aumentar el poder negociador de los Veintisiete y por las asociaciones con terceros países afines.

La mayor parte de las ideas recogidas en esta estrategia deberán plasmarse a lo largo de los próximos meses en iniciativas legislativas concretas.

Von der Leyen: la UE no cambia sus objetivos climáticos y sociales

Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, aseguró este miércoles que la Unión Europea «no cambia» sus objetivos climáticos y sociales con el nuevo Pacto de Industria Limpia.

«Nuestros objetivos climáticos y sociales no cambian. Porque nuestro compromiso con la economía social de mercado es inquebrantable. Es la base del Mercado único europeo», indicó Von der Leyen durante una conferencia en Amberes (norte de Bélgica), mientras en Bruselas el Ejecutivo comunitario presentaba el nuevo pacto.

Se trata de una hoja de ruta para «acelerar» al mismo tiempo la reindustrialización y la descarbonización de Europa, que se centra en dar apoyo a dos sectores clave: las industrias de alto consumo energético y el sector de las tecnologías limpias.

«Los jóvenes nunca nos perdonarían que no estuviéramos a la altura del reto del calentamiento global», recalcó la política alemana.

La propuesta contempla la flexibilización de las normas sobre ayudas de Estado y conceder incentivos fiscales para favorecer las inversiones en descarbonización y en tecnologías limpias en la Unión Europea.

Von der Leyen puso de relieve que en otras partes del mundo «estamos viendo el impacto negativo de los giros políticos en las inversiones» mientras que en la UE «mantenemos el rumbo hacia nuestros objetivos de descarbonización», aunque en el camino hacia ellos «seremos flexibles, pragmáticos y neutrales desde el punto de vista tecnológico», defendió.

La presidenta comunitaria dijo que el objetivo es movilizar hasta 100.000 millones de euros para crear un nuevo «banco de descarbonización», un «sistema basado en el mercado que recompense a las empresas más innovadoras y competitivas», que serán financiadas con recursos del régimen europeo de comercio de derechos de emisión, explicó.

«Es dinero que procede de la industria y debe ser reinvertido también para la industria», comentó.

Por lo que se refiere a la simplificación que contiene el nuevo plan industrial, Von der Leyen apuntó que alrededor del 80 % de las empresas quedarán excluidas del ámbito de aplicación de la directiva sobre informes de sostenibilidad empresarial, mientras que aproximadamente el 90 % quedarán exentas de la taxonomía obligatoria.

Críticas desde las ONG

Por su parte, las organizaciones ecologistas dijeron este miércoles que el plan presentado por la Comisión Europea contiene «concesiones inaceptables» a las empresas contaminantes.

«Si bien el nuevo acuerdo industrial no hace descarrilar el Pacto Verde, debilita su enfoque holístico, utilizando la competitividad como un falso pretexto para justificar concesiones inaceptables a los contaminadores», señaló la Oficina Europea de Medio Ambiente en un comunicado.

En este sentido, la asociación -que agrupa a más de 185 organizaciones en 41 países, entre ellas, la española Ecologistas en Acción- subrayó el hecho de que la presidenta del Ejecutivo Comunitario, presente hoy la estrategia en Amberes (norte de Bélgica) en un «evento a puerta cerrada organizado por algunas de las mayores (empresas) contaminadoras de Europa».

«Las industrias dependientes de combustibles fósiles que se resistieron al cambio durante décadas se han asegurado un asiento de primera fila en la definición de este acuerdo», aseguró Luke Haywood, portavoz de la Oficina Europea de Medio Ambiente.

La organización afirmó, en cambio, que medidas como los incentivos fiscales que plantea la Comisión para impulsar a las renovables son una «fuerte herramienta» para lograr la descarbonización industrial.

Sin embargo, consideró que la previsión del Ejecutivo comunitario de que cada año se necesitará invertir 480.000 millones de euros para lograr la transición ecológica «está muy lejos de lo que se necesita».

También Greenpeace expresó sus reticencias al Plan de Industria Limpia y al Plan de Energía Asequible, ya que, desde su punto de vista, fomentarán las inversiones en infraestructuras de gas natural licuado en el extranjero.

Esto «encarecerá aún más la dependencia de la UE de los combustibles fósiles importados, aumentando las emisiones que destruyen el clima en Europa y las facturas energéticas de los ciudadanos», afirmó la ONG en un comunicado.

La Asociación de Consumidores Europeos dijo, en cambio, que la reducción del IVA en las facturas de la luz que ha propuesto Bruselas «puede traer un alivio inmediato» a los hogares.

La ONG WWF afirmó que las propuestas de la Comisión incluyen «una serie de medidas positivas para aumentar los sectores de tecnologías limpias en Europa, pero no ofrece una visión clara, ecológica y justa para la transformación industrial».

Así, la organización aseguró que se incluyen «iniciativas prometedoras» como la introducción de criterios no monetarios a la hora de conceder fondos a las industrias limpias, pero indicó que la propuesta «aún carece de una visión clara a largo plazo para abordar los principales desafíos de descarbonización a los que se enfrentan las industrias intensivas en energía».

Frank Bold, una asesoría experta en casos de responsabilidad social corporativa, dijo, asimismo, que las leyes «omnibus» para simplificar regulación comunitaria de sostenibilidad -que también presentó hoy la Comisión- suponen «un paso atrás» en esta materia, antes incluso de que las leyes comunitarias entren en vigor.

Mencionó en concreto la revisión que ha planteado Bruselas de la directiva que obliga a las empresas a presentar informes de sostenibilidad, reduciendo en el 80 % las compañías que estarán obligadas a elaborarlos.
EFE.

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