Desarrollan una tecnología eficaz y barata para que pequeñas poblaciones limpien sus aguas
El proyecto Life Renaturwat ha demostrado que tratar aguas residuales urbanas combinando humedales artificiales con lodos de potabilizadora es un método eficaz y barato para que pequeñas y medianas poblaciones (hasta 2.000 habitantes equivalentes) puedan depurar sus aguas con calidades muy superiores a las de vertido.
Según la Directiva 2024/3019, las aglomeraciones urbanas de más de 1.000 habitantes equivalentes que vierten aguas residuales en otras masas de agua están obligadas a darles un tratamiento secundario (procesos biológicos que usan microorganismos para eliminar materia orgánica) o equivalente.
Sin embargo, muchas poblaciones no pueden hacer un tratamiento adecuado de sus aguas debido al alto coste que suponen tanto las depuradoras basadas en sistemas de aireación prolongada, con un elevado consumo energético; como los tratamientos físico-químicos que se utilizan para eliminar nutrientes (fósforo).
Ante esta realidad, Life Renaturwat ha desarrollado una tecnología que permite limpiar las aguas residuales urbanas mediante una solución circular y basada en la naturaleza, que, además, es entre tres y cuatro veces más barata y permite devolver el agua al medio en condiciones aptas para generar vida, han explicado a EFEverde los responsables del proyecto, cofinanciado con fondos europeos.

Lodos, la clave para reducir hasta un 80 % el fósforo
Para mejorar la calidad del agua depurada, Renaturwat combina dos tipos de humedales artificiales: uno basado en lodos de potabilizadora, que actúa como medio filtrante y adsorbente (atrae y retiene), y otro de lámina libre.
Mientras el primero permite obtener menores concentraciones de contaminantes químicos, el segundo facilita la actividad biológica del agua antes de devolverla al medio natural, según el investigador del Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente (IIAMA) de la Universidad Politécnica de Valencia, Miguel Martín Monerris.
Las pruebas se desarrollan en la localidad valenciana de Carrícola, de 200 habitantes, y la urbanización Los Monasterios (Puçol, Valencia), en la que viven unas 2.000 personas, que ya contaban con depuradoras basadas en humedales y cuyas aguas son ahora «refinadas» con humedales adicionales basados en lodos de potabilizadora deshidratados.

Los fangos están demostrando a escala real lo que ya indicaban las pruebas de laboratorio: que son muy efectivos para atrapar nutrientes como fósforo y nitrato, lo que es esencial para evitar la eutrofización de masas de agua, un proceso que conlleva la «muerte por asfixia» por la proliferación de algas que consumen todo el oxígeno impidiendo otras formas de vida y que, por ejemplo, amenaza al Mar Menor.
En concreto, permiten reducciones de entre el 75 y el 80 % la presencia de fósfororespecto al sistema existente (que ya permitía obtener aguas con calidad de vertido), y rebajan significativamente la de nitrógeno y otros contaminantes, como la bacteria fecal escherichia coli o emergentes (medicamentos, pesticidas, etc) mejorando la calidad biológica de las aguas.
Transferible a industrias y granjas
El sistema mejora la calidad física y química del agua, pero también la biológica, ha concluido Martín Monerris, que ha añadido que aprovechar algo que hasta ahora era considerado un residuo, como son los fangos de potabilizadora, añade la componente de circularidad a una tecnología ideada inicialmente para pequeñas y medianas poblaciones.
No obstante, además de ser empleada para afinar el tratamiento de aguas urbanas para devolverlas al medio lo más renaturalizadas posible, Renaturwat se puede transferir a industrias y bodegas para el tratamiento de la aguas de procesos, o a granjas, para el de purines, ha subrayado Nuria Oliver, técnico de Innovación de Global Omnium Medioambiente.
De hecho, la empresa estatal de saneamiento Aguas de Portugal tiene previsto replicar el proyecto en distintos puntos del país vecino para «desteñir» las aguas utilizadas por su numerosa industria textil, además de para mejorar la calidad de las aguas residuales.
Como la calidad del agua obtenida es muy elevada, en lugar de tener que verterla se puede utilizar para, por ejemplo, llenar estanques y fuentes urbanas, regar cultivos no alimenticios y leñosos e, incluso, recargar acuíferos y humedales, algo que será de suma importancia para mantener los caudales ecológicos ante el cambio climático, ha apuntado Oliver.

Asumible en el recibo
«Me atrevería a decir que Renaturwat es la solución más efectiva y más viable para las poblaciones de tamaño reducido (…) Es la más efectiva porque ha demostrado que alcanza la calidad necesaria y es la más viable porque es la más barata», ha afirmado el catedrático de Economía Aplicada de la Universitat de València Francesc Hernández.
El coste de los fangos procedentes de plantas potabilizadoras, ha subrayado, es de unos 70/80 euros por metro cúbico, frente a los 165 euros/m3 que cuestan otras alternativas ya en el mercado.
Sumados los costes operativos, el coste global del sistema Renaturwat es de entre 0,47 y 0,52 euros/m3, la mitad o menos que otras soluciones basadas en humedales artificiales (rondan 1 euro/m3) y algo asumible por las tarifas que se pagan en el recibo del agua.
Para hacer la comparativa con tratamientos como los que se aplican en las grandes urbes, lo primero que hay que tener en cuenta es que éstos (fundamentalmente terciarios) trabajan con «una escala mínima», lo que hace inviable su implementación en núcleos pequeños.
En el caso de que se pudiese implementar, las cifras de costes globales serían altísimas, «triplicarían o cuadruplicarían los valores que hemos obtenido con la solución Renaturwat, lo que sería inviable», ha aseverado el economista.
Por otra parte, han calculado que los beneficios asociados a esta solución, en su mayoría ambientales, superan en 10 veces el valor del coste de inversión y mantenimiento de una depuradora de estas características. A esto, habría que añadir «el coste de no hacer nada», según Hernández .
EFE VERDE