UE emite reglamento contra venta ilegal de perros y gatos

Un nuevo reglamento para la trazabilidad de perros y gatos acabaría en siete años con esta situación: Basta con cruzar la frontera hacia Alemania, y el cachorro de gato que no se puede conseguir en Bélgica -que no sea en un costoso criador profesional- se puede encontrar en cualquier granja. Precio medio por cachorro: cien euros, sin vacunas, sin registro, sin desparasitar. Promedio de cachorros por camada: cuatro. Camadas al año: dos.

Este tipo de comercio informal en el que cualquiera puede poner anualmente docenas de cachorros en el mercado, «representa casi el 80% del volumen de venta de los animales”, cuenta a DW Tilly Metz, eurodiputada por Luxemburgo y una de las ponentes del reglamento que acaba de ser aprobado en la Eurocámara.

«Es muy bueno que se haya aprobado que a partir de dos camadas al año, el criador -sean en su casa o en la granja- está obligado a registrarse, a poner microchips y a respetar aspectos del bienestar animal en cuanto a alimentación y espacio libre”, sigue Metz satisfecha de que también se acabe con la exposición de perros y gatos en las tiendas de animales. Que los animales que provengan de países terceros tengan que tener un microchip al entrar a territorio comunitario frenaría el comercio ilícito actual proveniente especialmente de Rusia y Bielorrusia.

Gran amor y gran mercado

«La venta informal del que cría gatos y perros en el salón de su casa o en el patio de su granja es inaceptable. Dado que hay gran beneficio económico, lo van a hacer una y otra vez. Sale perdiendo el animal y también quien se dedica a criar perros y gatos de forma profesional y legal. No podían dejarse a su libre albedrío”, explica a DW Alberto Díez, de la Coalición para el Listado Positivo. Hay que recordar que la salud pública también puede verse impactada, porque las malas condiciones de salud de las mascotas aumentan el riesgo de zoonosis.

El 44% de los ciudadanos de la Unión Europeason propietarios de animales de compañía y un 77% (Eurobarómetro 2023) opina que debe protegerse mejor su bienestar. En 2021, según estimaciones, existían 72,7 millones de perros y 83,6 millones de gatos en territorio comunitario.

Se calcula que el comercio de perros y gatos mueve unos 1.300 millones de euros al año y que el 60% de las compras se realizan por Internet, en un ámbito que, hasta el momento, carecía de regulación ni comercial ni de bienestar animal.

Si no por su bienestar, por proteger el mercado

No obstante, mientras aumenta el comercio ilícito de perros y gatos, crece también su población en albergues y refugios. Solo en el caso de la pequeña Bélgica (que cabe 11 veces en el territorio de Alemania), se calcula que, anualmente, hay unos 30.000 gatos que son abandonados.

«Es la primera vez que desde las instituciones comunitarias se legisla sobre un tema relacionado con animales de compañía. Hasta ahora se entendía como competencia de cada estado miembro; cada uno podía llegar hasta donde quisiera en sus legislaciones nacionales”, explica Alberto Díez.

«Pero el mercado es común, y se ha tenido que tirar de la libre circulación de bienes y servicios -en este caso, el perro y el gato- para regular y tomar medidas sobre su comercio ilegal. Dejar fuera del reglamento al que cria en el salón de su casa y vende a través de plataformas o avisos en supermercados habría sido malo para todos. ”, añade Díez.

Primero perros y gatos, luego ranas y serpientes

«Aunque me habría gustado una mayor protección para los perros de caza y para los que están destinados a la ciencia, es muy bueno que se acabe con el corte de rabos y orejas para crear un distintivo. Y también que se abra la puerta a que se cree, a nivel europeo, un «listado positivo” de cuáles especies pueden ser un animal de compañía y cuáles no ”, sigue Tilly Metz, vicepresidenta de la comisión de Salud Pública de la Eurocámara.

Rescatados de redes de comercio ilícito, los animales recuperados vuelven, primero, a refugios, como este jaguar en Jundai, Brasil.
Rescatados de redes de comercio ilícito, los animales recuperados vuelven, primero, a refugios, como este jaguar en Jundai, Brasil.Imagen: Carlos Fabal/AFP

«Bélgica, Holanda y Luxemburgo tienen este tipo de listado; en España y Francia están en camino. Es imperativo que para toda la UE se defina las especies de mamíferos, reptiles y aves que se va a poder comprar y vender como animal de compañía”, vuelve Alberto Díez. Se trata de frenar el comercio ilegal con especies exóticas, su principal origen de América Latina -especialmente de Colombia, Panamá, Brasil, Cuba, México y Perú.

Según la organización International Fund for Animal Welfare (IFAW), entre 2017 y 2023, en medios europeos se reportó 2497 capturas de animales provenientes de América Latina; se trataba de 69 especies diferentes traídas a Europa para ser vendidas como animal de compañía. Sacadas ilegalmente de sus hábitats originales, su transporte a Europa -sobre todo hacia Alemania, España y Rusia- se hace en contenedores en donde sufren inmensamente y muchos mueren. Una vez pasada la frontera, en muchos países de la UE pueden ser vendidos legalmente. Se calcula que el tráfico de especies exóticas es el tercer negocio ilícito más lucrativo, después del tráfico de armas y las drogas.

«No podemos seguir con este sistema en el que la gente puede tener en su casa todo lo que plazca sin ningún tipo de control”, dice Alberto Díez resaltando que las especies permitidas deben no ser peligrosas, deben no transmitir enfermedades ni al hombre ni a otros animales, no deben ser invasivas y, en una vivienda, deben poder desarrollarse plenamente.

«Tampoco puede ser que, si vivo en Bélgica donde los reptiles no se permiten, pues voy a España o a Polonia y me compro uno. O me voy al Delta del Ebro y me traigo gatos”, concluye Alberto Díez.

«El mercado de animales exóticos es inmenso: hay iguanas, monitos, arañas, reptiles”, Tilly Metz satisfecha con la nueva legislación que aumentará la trazabilidad de perros y gatos. En cuanto al futuro «listado positivo”, la eurodiputada luxemburguesa tiene como inspiración un recuerdo: una inmensa culebra naranja que, en la ciudad luxemburguesa de donde era alcaldesa, fue encontrada en un parque infantil y nadie sabía si era venenosa y tuvo que ser sacrificada.
DW

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