¿Por qué importa la diversidad de cultivos para el futuro de los alimentos?

En todos los continentes y culturas, las semillas y plantas representan más que la promesa de una cosecha: contienen la sabiduría de generaciones, las esperanzas de las comunidades y las claves para un futuro más resiliente. Sin embargo, la diversidad de las semillas y plantas que cultivamos, comemos y de las que dependemos está cada vez más amenazada.

En comparación con hace apenas una década, a nivel mundial, más del 40 % de las plantas alimenticias y de sus parientes silvestres analizados han desaparecido de al menos una de las zonas donde antes crecían de forma natural o eran cultivados. Esta silenciosa erosión de la diversidad de cultivos puede no aparecer en los titulares, pero sus implicaciones para la seguridad alimentaria son profundas.

La diversidad genética es importante. Proporciona a agricultores y científicos la base para responder a plagas y enfermedades, la malnutrición y el cambio climático. Permite el desarrollo de cultivos más nutritivos, más productivos y mejor adaptados a las condiciones locales. Sin ella, nuestra capacidad de adaptación se debilita, justo cuando esa capacidad es más crucial que nunca.

Respuestas frente a la pérdida

Pero esta no es una historia de pérdida inevitable. Es una historia de posibilidades.

El Tercer Informe sobre el Estado de los Recursos Fitogenéticos del Mundo para la Alimentación y la Agricultura, publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), ofrece una visión clara del desafío, pero también un camino a seguir. Desde la última evaluación global de la FAO en 2010, ha habido avances notables.

Los bancos genéticos del mundo conservan ahora cerca de seis millones de muestras de material genético vegetal. Las áreas de conservación, que incluyen plantas silvestres valiosas para nuestros sistemas alimentarios, se han ampliado en un 11 %, aunque no está claro si se está llevando a cabo la conservación activa de las mismas.

Semillas locales, soluciones locales

En varias regiones se están realizando esfuerzos para conservar variedades tradicionales mediante bancos comunitarios de semillas y para desarrollar cultivos resilientes al clima utilizando recursos genéticos locales.

Las intervenciones de emergencia desempeñan un papel vital en la rehabilitación de los sistemas agroalimentarios. Entre 2012 y 2019, la FAO apoyó casi 400 acciones de recuperación en 48 países –dos tercios de ellas en respuesta a desastres relacionados con el clima–. Siempre que fue posible, las semillas se obtuvieron localmente, lo que permitió a las comunidades agrícolas recuperar no sólo sus cultivos, sino también sus tradiciones culturales y nutricionales.

Diversidad como motor de desarrollo

En el centro de estos esfuerzos hay una convicción compartida: proteger la diversidad de cultivos no es solo un imperativo ecológico, sino también una oportunidad de desarrollo. Las semillas de los cultivos y variedades que protejamos hoy pueden transformar los sistemas agroalimentarios del mañana.

Aun así, se necesita hacer más. Muchos bancos genéticos nacionales operan con infraestructura limitada, sistemas obsoletos y poca capacidad. Las nuevas biotecnologías -como la secuenciación genómica y la edición genética- ofrecen un gran potencial, pero siguen siendo inaccesibles para muchos programas públicos de mejoramiento.

Compromiso y conexión global

También debemos garantizar que los agricultores, los pueblos indígenas y las comunidades locales reciban el apoyo y reconocimiento que merecen como custodios de esta diversidad viva.

El impulso es real. Las herramientas existen. Lo que se necesita ahora es el compromiso de conectarlas: desarrollar, implementar e invertir en estrategias nacionales y regionales, construir alianzas intersectoriales y colocar la diversidad de cultivos en el centro de la transformación de los sistemas agroalimentarios.

En la FAO, estamos comprometidos a ayudar a los países a lograrlo. A través de nuestra capacidad de convocatoria, experiencia técnica y alianzas globales, trabajamos para garantizar que el conocimiento, las tecnologías y los recursos necesarios para proteger la diversidad genética vegetal estén disponibles para todos los que los necesiten.

Conocemos los riesgos. Pero también conocemos el potencial.

Si optamos por invertir en la conservación y el uso de la diversidad de cultivos, podemos fortalecer el futuro de los alimentos. Para todas las personas, en todas partes.
EFE VERDE

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