¿Por qué se va la luz en la capital? Las causas detrás de cada apagón

En el Distrito Nacional la frase “se fue la luz” sigue siendo parte de la rutina. Sin embargo, detrás de cada apagón hay una explicación técnica: déficit de generación, mantenimientos, fallas transitorias, clima o deterioro de los equipos.

Mediante una solicitud de acceso a la información pública, este medio obtuvo los registros de las distribuidoras de electricidad en la capital (Edesur y Edeeste) con las principales causas de los cortes de energía, los cuales permiten tener un panorama detrás de escena del sistema eléctrico dominicano.

Según los reportes de salidas y entradas de circuitos que las empresas distribuidoras envían a la Superintendencia de Electricidad, los sectores del Distrito Nacional acumularon 4,075.65 horas sin servicio durante el año 2024, repartidas en 9,408 interrupciones. Es un tiempo equivalente a cerca de 170 días completos sin energíasi se sumaran todos los cortes uno detrás de otro.
La causa que más tiempo dejó sin energía a los usuarios fue el “déficit de generación”: 332 horas, alrededor del 8 por ciento del total de horas apagadas, aunque solo explica el 1.7 por ciento de las interrupciones registradas. Es decir, son pocos eventos, pero largos. Cuando falta potencia en el sistema, se apagan circuitos eléctricos completos para evitar un colapso mayor, según registros periodísticos.

Ese déficit no es casual. Expertos consultados por este medio para la serie “¿Por qué se va la luz?”, advirtieron que el sistema eléctrico dominicano opera con muy poca reserva de generación y que la demanda ha venido creciendo entre seis y ocho por ciento anual, alcanzando picos históricos en los últimos años. Por tanto, cuando salen varias plantas por avería o mantenimiento y se retrasa la entrada de nuevos proyectos, el margen se estrecha y los apagones por falta de generación se multiplican.

El segundo gran bloque de causas tiene que ver con trabajos en la red eléctrica. Bajo etiquetas como “apertura de subestaciones por mantenimiento”, “mantenimiento preventivo en conductores”, “facilitar trabajos” o “construcción de líneas de media tensión” se concentran unas 708 horas sin servicio, cerca del 17 por ciento del tiempo apagado. Es el precio de intervenir redes envejecidas, cambiar cables o transformadores, algo que las propias autoridades han reconocido como una tarea pendiente por décadas.

Junto a los mantenimientos y del déficit de generación aparecen las averías en la red de distribución. La categoría “jumper MT abierto” (un componente que conecta tramos de líneas de media tensión) refleja 188.6 horas sin servicio(4.6 por ciento) y 567 eventos (seis por ciento de todos los cortes). El deterioro de equipos, las líneas de media tensión en el suelo y los daños asociados al clima desfavorable también suman cientos de horas apagadas.

La etiqueta que más se repite en los registros es “falla transitoria”: 3,528 eventos, el 37.5 por ciento de todas las interrupciones, aunque solo el 3.7 % del tiempo sin servicio. Según indagaciones, la explicación simple de este tecnicismo es que estos son golpes cortos al sistema: ramas o animales sobre las redes, humedad, descargas o pequeñas perturbaciones que disparan las protecciones, cortan la energía por minutos y luego permiten reenergizar el circuito.

Otro dato llamativo es el de “fallo interno cliente MT”. Los cuales se explican como incidentes que ocurren en instalaciones de grandes usuarios conectados en media tensión. Estos representan el 0.5 por ciento de los eventos, pero concentran 4.2 por ciento del tiempo total sin servicio, lo que sugiere menos apagones, pero de larga duración cuando se presenta una avería importante en esos puntos.

A nivel institucional, el Consejo Unificado de las Empresas Distribuidoras (Cued) y otros voceros del sector han insistido en que una parte de las interrupciones responde a mantenimientos programados, averías por la obsolescencia de equipos de distribución y accidentes que derriban postes o dañan líneas, y han advertido que se necesita una inversión fuerte para renovar transformadores, cambiar líneas y reforzar la red.

Para el usuario, poco parece importar si en el sistema se registra “déficit de generación”, “falla transitoria” o “jumper MT abierto”: lo que siente es la imposibilidad de trabajar, la preocupación de que sus alimentos refrigerados perezcan, o la mala noche que le espera. Pero los códigos detrás de cada corte muestran que, en el Distrito Nacional, los apagones son la suma de problemas estructurales y fallas del día a día que todavía dejan a la capital, con demasiada frecuencia, a oscuras.
LD

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