Las negociaciones de Balaguer y Carter sobre el azúcar
Por Joaquín Alberto Ramírez
La solicitud de armas por parte del presidente Joaquín Balaguer al gobierno de Estados Unidos tenía justificación. El 6 de junio de 1975 retornaron dos guerrilleros que habían desembarcado dos y cuatro meses atrás; se trataba del exmayor Claudio Caamaño Grullón y Toribio Peña Jáquez, a quien se le sumó el ocoeño Manfredo Casado Villar.
Estos fueron atrapados un cuatrimestre posterior. También fueron apresados en La Romana tres portorriqueños que habían ayudado a los guerrilleros dominicanos, pero el embajador Robert Hurwitch consiguió que el presidente Balaguer les diera un indulto el 23 de diciembre.
Medio año después, Balaguer recibió a Henry Kissinger y su comitiva. En esa reunión, el presidente dominicano solicitó una solución a la situación del fluido eléctrico y a una deuda de 6 millones de dólares, y el secretario de Estado Kissinger orientó al mandatario para que gestionara dos barcazas con la firma Westinghouse; elogió la alineación de la política exterior dominicana con la de Estados Unidos, y preguntó que si al jefe de Estado no le daba miedo Cuba.
Triplicación de los aranceles para el azúcar de República Dominicana
Balaguer, realmente tenía preocupación por el gobierno de Estados Unidos. En setiembre de 1976 las aduanas estadunidenses triplicaron los aranceles al azúcar de caña dominicana; ese aumento más las fluctuaciones del producto provocaron una pérdida de 300 millones de pesos a la economía del país.
Ante la situación, Balaguer proponía que el gobierno de Estados Unidos volviera al sistema de cuota. Sin embargo, la venta de azúcar a la unión americana se establecía por corredores del Wall Street, y la administración Ford solo aportó 30 millones de dólares de compensación para «los pequeños agricultores».
El comercio del azúcar fue tratado por una comisión del gobierno de Estados Unidos. En agosto de 1977 llegó a República Dominicana una comisión integrada por el embajador permanente de Estados Unidos ante la Organización de las Naciones Unidas, Andrew Young, y Mark Schneider, coordinador adjunto para los Derechos Humanos del Departamento de Estado, el equipo también trató con el presidente dominicano la reprogramación de la deuda.
Carter decía que admiraba a Balaguer
Balaguer confirmó su participación el último día del mes (agosto) a una invitación del presidente Jimmy Carter. Se trataba del traspaso de la autoridad estadunidense a la panameña sobre el canal, pero el presidente dominicano aprovechó para pedirle a su par de Estados Unidos que conversaran sobre la ley pública 480 y la renegociación de la deuda.
El presidente Carter recibió a Balaguer el 7 de setiembre. Desde los jardines de la Casa Blanca el mandatario estadunidense dijo que «El Presidente Balaguer es un ejemplo de inspiración para la América Latina, y para mí mismo».
Las declaraciones de Carter causaron la sugestión por confianza en Balaguer. Este último expresó que era partidario de las elecciones libres, pero que a veces había un vicio en las fuerzas armadas que impedía la transparencia en sus resultados.