Alimentos y petróleo: Una relación dependiente.

Clara Sánchez Guevara.

Alza de precios de los alimentos que continuaron disparados durante enero y febrero de 2022. Indicando que al comienzo de la escalada del conflicto bélico abierto entre Rusia – Ucrania (Estados Unidos-Unión Europea-Reino Unido-OTAN) que finalmente marca este año, se gestaba una nueva crisis alimentaria mundial, exacerbada por la guerra y la imposición desbocada de «sanciones».


Los alimentos tienen una relación estrecha con la energía, principalmente con el petróleo, una vez que el sistema agroalimentario hegemónico mundial comienza a depender intrínsecamente de los hidrocarburos después de la Segunda Guerra Mundial y posteriormente, con la expansión de la Revolución Verde. Situación que se refleja en los precios desde 1973 a la actualidad, en medio de la Operación Militar Especial de Rusia en Ucrania.

Desde 1968, el mayor registro histórico del alza de precios de los alimentos se ubica entre los años 1972-73 y 1973-74, con el 36 % y 43 % respectivamente, alcanzado en medio de lo que se denominó la Primera crisis del petróleo, relacionada con el embargo petrolero a los países que habían apoyado a Israel durante la Guerra de Yom Kippur. Entre ellos, Estados Unidos.

Después de la Primera Crisis del Petróleo o energética de 1973-74, se registra otro incremento del precio de los alimentos en 1979, en medio de lo que se llamó la Segunda crisis del petróleo, durante la cual, los alimentos aumentaron en 65 puntos (11,5 %), en concordancia con los sucesos de la Revolución Islámica de Irán, durante la cual, los precios del crudo se incrementaron en un 128 % y sin escaparse del estallido de la Guerra de Irán-Irak.

Posteriormente, han sucedido picos leves en el incremento de los precios de alimentos en los años relacionados a la Caída del Muro de Berlín, la Invasión a Kuwait, o la Guerra del Golfo, entre 1988 – 1990 de la época post Guerra Fría, incluyendo 1995 – 1996. Y con excepción del año ochenta y ocho, todos acompañados por el aumento del precio del petróleo.

Particularmente en 1988 aumentaron en un 12,7 % los alimentos, después de haber descendido a principios de 1987, a los niveles más bajos no vistos, desde 1973.

Sin embargo, el aumento de los alimentos inició en el transcurso de 1987, en medio de la recuperación considerable del precio promedio del petróleo en un 32,8 % ese año, en relación con la caída drástica del 50 % del valor del crudo, sucedido en 1986.

Precios del petróleo que se volvieron inestablemente a la baja hasta octubre de 1988, tras el acuerdo al que llegó la OPEP a finales de noviembre de ese año sobre el control de la producción, recuperando levemente su precio en los dos años siguientes (21 % y 28 % entre 1989 – 1990, respectivamente) y, en consecuencia, aumentando levemente en 5 % el precio de los alimentos.

Entre 1995 – 1996, el petróleo recuperó los valores más altos desde la Guerra del Golfo, impulsados por la tensión entre Estados Unidos e Irak, que terminaron con el disparo de misiles sobre territorio iraquí por parte del país norteamericano. En consecuencia, los alimentos aumentaron 15,8 % en este periodo, mientras el petróleo un 28,9 %.

Desde allí, hasta el 2003, en medio de la tensión, crisis y finalmente la Invasión de Estados Unidos a Irak, es donde nuevamente se reflejan aumentos significativos del precio de los alimentos y del petróleo del 13,5 % y 28,7 % respectivamente, en 2004.

Sin embargo, desde los años 70, los mayores incrementos de precios de los alimentos se registran durante la Crisis financiera mundial (2007-08) que disparó el precio de los hidrocarburos y posteriormente, la caída de los precios del petróleo en 2009, generó en 2011, una de las mayores alzas de precios de alimentos (23,6 %) y del petróleo (38,9 %), en medio de la Invasión a Libia.

Desde entonces, es durante el segundo año de la pandemia mundial por la Covid-19 y el inicio de la nueva crisis energética del 2021, que se registran nuevamente uno de los mayores aumentos en el precio de los alimentos, correspondiente al 28 % en un año, relacionado con la recuperación de los precios del petróleo en un 68 %. Y en el caso de los alimentos, a punto de romper el índice histórico de 2011.

Alza de precios de los alimentos que continuaron disparados durante enero y febrero de 2022. Indicando que al comienzo de la escalada del conflicto bélico abierto entre Rusia – Ucrania (Estados Unidos-Unión Europea-Reino Unido-OTAN) que finalmente marca este año, se gestaba una nueva crisis alimentaria mundial, exacerbada por la guerra y la imposición desbocada de «sanciones».

Si bien se observó un aumento más significativo del índice de precios de los alimentos en marzo, con leve disminución entre abril – junio; a partir de julio de 2022 la caída registrada es la más importante, coincidente con el mayor retroceso del precio del petróleo que se había posicionado por encima de los 110 dólares el barril, hasta ese entonces.

Y en lo que corresponde a la caída del índice de precios de los alimentos, se mantuvo en agosto, septiembre, octubre, noviembre y diciembre, siendo este último, el noveno mes consecutivo en baja, desde el inicio de la Operación Militar Especial de Rusia en Ucrania y la posterior firma de la Iniciativa sobre los Cereales del Mar Negro.

Sin embargo, esta baja consecutiva durante nueve meses, no impidió que el índice de precios de los alimentos de la FAO superara los 143 puntos, correspondiente a dieciocho puntos o 14,3 %, respecto a 2021.

Y aunque este aumento no se compara con los mayores incrementos alcanzados en los años 1973 – 1974, 2007 – 2008, 2011 y 2021, sí representa el índice de precios de los alimentos 2022, el más elevado de la historia, por consiguiente, fulminando el récord del 2011.

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Por otra parte, en cuanto al comportamiento del índice de precios de los alimentos durante el 2022, este respondió al precio del petróleo que después de incrementos extraordinarios terminó a la baja, aunque en promedio cerró alrededor de los 100 dólares por barril; situación que no sucedía desde 2013 y representando un aumento del crudo en 43 %, respecto a 2021.

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En consecuencia, indicando que efectivamente el precio de los alimentos está finalmente determinado por el precio de la energía, principalmente del petróleo, que influye directamente en el funcionamiento del sistema agroalimentario mundial.


*Clara Sánchez Guevara autora y directora de alimentosypoder.com ; Ingeniera Agrónoma; Magíster en Estrategia y Geopolítica. Autora de Operación bloqueo de alimentos a Venezuela. Cambio de régimen o matar a la población de hambre (2014-2020).

Fuente: Alimentos y poder

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