Argentina apuesta por construir una de las minas de cobre más grandes del mundo
SPUTNIK. La asociación entre dos gigantes de la industria abre paso a una nueva era de la exploración minera en el país. La explotación generará unos 1.200 millones de dólares anuales, según estimaciones oficiales. «El proyecto implicaría pasar a ser uno de los 10 mayores productores del mundo», dijo a Sputnik el especialista Matías Baglietto.
Argentina se encamina a convertirse en uno de los principales productores globales de cobre. De la mano de la fusión de dos empresas mineras, el país que ya cuenta con el imponente yacimiento de hidrocarburos de Vaca Muerta —y que también integra el denominado «triángulo del litio», junto a Bolivia y Chile— abre las puertas a la explotación de un recurso fundamental en la transición energética.
El epicentro de la noticia se ubica en la mina Filo de Sol, localizada en la frontera de la provincia de San Juan (oeste) con la región de Atacama, en Chile. El proyecto quedará en manos de dos grupos mineros que adquirieron Filo Corp, dueña de los derechos. La asociación entre la canadiense Lundin Mining y BHP (la firma más grandes del mundo) permitirá también la explotación del proyecto Jose María, en la misma provincia. Ambas inversiones rondarán los 5.000 millones de dólares.
La construcción de Filo de Sol demorará cinco años y ofrecerá la posibilidad de explotarla durante más de dos décadas, creando unos 10.000 puestos de trabajo, según estimaciones de las empresas involucradas. Las previsiones estiman que con la mina activa se producirán unas 590.000 toneladas de cobre concentrado por año, generando unos 1.100 millones de dólares anualmente.
En la actualidad existen 22 proyectos ligados al cobre en territorio argentino, mayoritariamente en etapas de exploración: apenas seis de ellos están en fases avanzadas. La esperanza puesta en el potencial del recurso se refuerza a partir de la comparación con Chile, dado que el vecino país trasandino genera exportaciones anuales por más de 50.000 millones de dólares.
El anuncio constituye una de las primeras inversiones de magnitud realizada tras la aprobación del Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI), un capítulo sustancial de la ley ómnibus impulsada por el Gobierno de Javier Milei que ofrece sendos beneficios fiscales, cambiarios y aduaneros a los desembolsos por más de 200 millones de dólares.
En un comunicado, los accionistas de la mina destacaron que el avance anunciado surge de la posibilidad de «beneficiarse de la legislación recientemente aprobada en la Argentina», en referencia a la sanción de la ley en el Congreso.
Una esperanza color rojizo
«Este proyecto es muy importante. Hoy Argentina no produce cobre, pero ahora podría pasar a ser uno de los 10 mayores productores del mundo», dijo a Sputnik Matias Baglietto, secretario de la Cámara Argentina de Proveedores Mineros.
«Hoy hay un interés muy grande por los proyectos que tiene Argentina: de hecho, este es el único país occidental con cinco proyectos de clase mundial en condiciones de ser explotados, Hasta ahora lo que sucedía era que los proyectos y los recursos estaban listos, pero no había condiciones para poder llevarlos a cabo. Algunos llevan más de 60 años de espera», remarcó el experto.
La expectativa depositada en los anuncios es compartida entre los distintos actores de la industria. Consultado por Sputnik, Roberto Cacciola —titular de la Cámara Argentina de Empresas Mineras— destacó que «la empresa que se involucra en estos proyectos es la principal productora mundial de minerales en su conjunto. La compañía BHT es la de mayor valor bursátil y, además, es la primera firma en producción de cobre. Que Argentina esté en el radar es una gran noticia».
En un contexto macroeconómico signado por la conjunción entre una recesión galopante y la escasez de divisas, la posibilidad concreta de hallar una fuente de dólares frescos para reforzar las reservas del Banco Central despierta la ilusión de los especialistas en el sector.
«Con los valores internacionales de hoy, podrían exportarse unos 1.200 millones de dólares por año desde el 2030. Hoy Argentina es un importador neto de cobre: requerimos unos 500 millones de dólares anuales de importación de cobre para las industrias», apuntó Baglietto.
«El cobre es un recurso fundamental para la transición energética: un automóvil eléctrico requiere el quíntuple de este recurso que uno tradicional. Argentina está abriendo las puertas a una nueva etapa en su inserción como jugador de peso en el tablero de los productores minerales a nivel global», destacó el representante de la industria.
El impacto de una controvertida legislación
Tan aplaudido como criticado, el citado Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones anotó con el anuncio en cuestión su primer gran golpe de efecto. Independientemente de las consideraciones personales en torno a su conveniencia —dado que, por un lado, vehiculiza el arribo de caudalosas divisas al país, pero, simultáneamente, ofrece beneficios prácticamente inéditos en el país—, las voces del sector minero coinciden en el rol fundamental que desempeñó la aprobación de la ley.
«El RIGI fue fundamental porque gracias a este proyecto ahora puede darse la fusión que permite la construcción. A diferencia de otras industrias, la minería requiere las condiciones establecidas de antemano, dado que el caudal de inversiones y los plazos para recuperarlas son mucho más extensos», afirmó Baglietto.
Por su parte, Cacciola sostuvo que «hasta hoy Argentina no había tenido un proyecto de exportación minera porque el país funcionó sin estabilidad económica durante los últimos 40 años, y eso impacta en el desarrollo del sector».
«Si comparamos el potencial nuestro con el de Chile, vemos que ese país sí logró estabilidad macroeconómica y una seguridad jurídica lo suficientemente sólida como para atraer las inversiones requeridas. Argentina ahora podrá posicionarse como un competidor de fuste», apuntó el especialista.
