Argentina culmina la reversión de su Gasoducto Norte: las dos caras de exportar gas a Brasil

Sergio Pintado

La reversión del Gasoducto Norte, a punto de culminar, permite a Argentina alimentar con gas natural propio el norte de su territorio e incluso comenzar a exportar el recurso a Brasil. En diálogo con Sputnik, el experto Nicolás Malinovsky valoró que el hito «cambia la matriz energética» del país, pero puede acabar favoreciendo la primarización.
Argentina se encuentra haciendo los ajustes finales de la obra de reversión de su Gasoducto Norte, una infraestructura que le permitirá transportar el gas natural producido en el yacimiento Vaca Muertahacia las provincias del norte de su territorio, que hasta ahora eran abastecidas por Bolivia.
A través de un comunicado, la empresa estatal argentina Enarsa informó que culminaron exitosamente la conexión de un tramo de 62 kilómetros entre las localidades de Tío Pujio y Ferreyra, en la provincia de Córdoba. Eso se suma a otros 122 kilómetros que se habían terminado semanas atrás desde la localidad La Carlota, en la misma provincia.
Con estas obras, el Gasoducto Norte podrá conectarse al Gasoducto Centro-Oeste, de manera que el gas que viaja hacia el norte desde Vaca Muerta pueda alcanzar, a través del Gasoducto Norte, a las provincias de Córdoba, Salta, Jujuy, Santiago del Estero, Catamarca, La Rioja y Tucumán.

«El Gasoducto Norte tenía un sentido de norte a sur con gas que venía principalmente de Bolivia. Lo que hace esta obra, iniciada a finales de 2022, es cambiar el sentido de sur a norte para aprovechar el gas que viene desde Vaca Muerta», explicó a Sputnik el ingeniero argentino y magíster en Gestión de la Energía Nicolás Malinovsky.

El analista remarcó que una de las principales consecuencias positivas de la obra es que permitirá a Argentina «ahorrar divisas» al poder autoabastecerse de gas natural y no estar obligado a comprar en dólares el gas proveniente desde Bolivia, un acuerdo que se había firmado en 2006 y que finalizó el 30 de septiembre después de 18 años.
Malinovsky destacó que, además de no tener que enviar dólares al exterior para comprar el gas, el recurso originado en Vaca Muerta resulta más económico para Argentina: «El gas importado desde Bolivia se compraba en entre 11 y 12 dólares el millón de BTU, el argentino cuesta cerca de 4 dólares por millón de BTU«.
De acuerdo con lo informado por Enarsa, el gas del sur argentino comenzará a llegar a las provincias del norte en marzo de 2025, a razón de 19 MMm3/día (miles de millones de metros cúbicos al día). Hasta esa fecha, la empresa se encargará de la reversión de cuatro plantas compresoras que permitan completar la conexión.
Para Malinovsky, la obra permitirá «cambiar la matriz energética argentina» y consolidar la «soberanía energética» que Vaca Muerta, la segunda reserva mundial de gas no convencional, le puede proveer al país. En ese marco, el gasoducto permite que Argentina deje tener un balance negativo en materia de divisas en el sector energético, dependiendo cada vez menos de la importación de gas natural.

La otra cara de la moneda

Sin embargo, para el experto, la reversión del gasoducto podría llegar a tener un lado negativo, dependiendo de la estrategia queel Gobierno de Javier Milei le imprima a las nuevas posibilidades.
Malinovsky recordó, en ese sentido, que una de las nuevas posibilidades que abre la reversión del Gasoducto Norte es laexportación de gas a Brasil, valiéndose ahora de la infraestructura en suelo boliviano para que el gas argentino comience a llegar al estado brasileño de Sao Paulo. Para el analista, en ese intercambio puede haber un problema estratégico para la economía argentina.

«Si el cordón industrial de Sao Paulo se alimenta con gas barato desde Vaca Muerta, van a bajar sus costos industriales y con la política de destrucción de la industria y apertura de las importaciones que tiene ahora Argentina, vamos a terminar ingresando a Brasil energía barata para después comprarles productos manufacturados. Esa ecuación sería un riesgo para la industria local», aseveró el analista.

En opinión de Malinovsky, esa posibilidad refleja uno de los verdaderos objetivos del Gobierno de Milei detrás de obras como la reversión del gasoducto, uno de los pocos proyectos de infraestructura que el Gobierno no paralizó tras su asunción, el 10 de diciembre de 2023. En ese sentido, aseguró que para la gestión de Milei, lo importante es que el país funcione como «exportador de materias primas» y no como un generador de valor agregado en la industria local.
Bajo la misma lógica, el Gasoducto Norte también es visto como una manera de alimentar a la industria minera que se ha instalado en las provincias del norte argentino, fundamentalmente en relación con la extracción de litio. «Se lleva el gas al norte porque hay una potencialidad de inversiones para que salgan nuestros minerales del país, pero sin la exigencia de que se explote y se le dé valor agregado», cuestionó el especialista.

Malinovsky rechazó, en relación a eso, que los cambios introducidos por el Gobierno de Milei a la normativa energética protejan a rajatabla los contratos de exportaciónfirmados por las empresas, sin importar las vicisitudes del mercado energético local.
Así, sostuvo que la prioridad ya no será el mercado energético local y podrán concretarse exportaciones de energía aun cuando haya problemas en el abastecimiento interno. Lo mismo sucederá con la industria argentina, que según Malinovsky, puede no verse beneficiada con precios más bajos como consecuencia de estas obras.

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