Según
el reporte de Hersh, un equipo de buzos de la Armada norteamericana plantó explosivos en los gaseoductos Nord Stream 1 y 2 en junio del 2022 y luego fueron activados por EEUU tres meses después de manera remota, cumpliendo órdenes que provenían del propio Biden, tras meses de discusiones con su equipo de seguridad nacional.
Napolitano tilda este accionar de «acto de guerra contra un aliado, Alemania, y contra un adversario putativo, pero con el que Estados Unidos nunca ha estado en guerra, Rusia. ¿Puede el presidente desplegar legalmente la violencia a otro país, ya sea aliado o adversario, sin una clara necesidad militar? En una palabra, no».
Por ello, Napolitano concluye que el acto terrorista llevado adelante por Estados Unidos no tenía un propósito militar moral, sino que buscaba debilitar las economías de ambos países y las relaciones entre Alemania y Rusia, por lo que se trata llanamente de un crimen de guerra perpetrado por la administración Biden.
«Biden será el primer presidente estadounidense que se sabe utilizó a la CIA y la Marina para atacar a un aliado. ¿No es misterioso que las autoridades alemanas hayan guardado silencio sobre este ataque? ¿Y dónde están los principales medios estadounidenses?», se pregunta.
Ante semejante escenario, el periodista reclama la intervención del Congreso estadounidense, pero también que la prensa —que, dice, está intimidada o en colusión con el Gobierno de EEUU— denuncie lo que llama una guerra que Biden solo quiere
«para fortalecer su débil Administración presidencial».
«Las élites en el Gobierno, los medios de comunicación y el complejo militar-industrial-bancario que compra y moldea la opinión pública no tienen brújula moral, no entienden la historia, no son fieles a la Constitución y no tienen escrúpulos sobre la aniquilación de inocentes», concluye.