Caen salarios y jubilaciones en Uruguay por política económica
Montevideo, 11 ene (Prensa Latina) Caídas salariales y pérdidas en jubilaciones preludiaron hoy un 2022 de restricciones económicas en Uruguay, de acuerdo con datos proporcionados por representantes en el Banco de Previsión Social (PBS).
El año precedente cerró como el segundo consecutivo del actual gobierno de coalición de derecha, en el cual el ajuste de los emolumentos de los trabajadores fue inferior a la inflación, lo que conlleva también que los jubilados recibirán por debajo del nivel de precios de consumos.
Ramón Ruiz, director del BPS por el movimiento sindical apuntó que la pérdida de poder de compra “no ocurre de forma espontánea”, sino que es el resultado de la aplicación de una política económica que incluye contener los salarios.
Mencionó como responsables de esa orientaciónael al Poder Ejecutivo, el presidente de la Oficina de Planificación y Presupuesto, Isaac Alfie, el Consejo de ministros y el presidente de la república.
El Instituto Cuesta Duarte, de estudios económicos, adscrito a la central sindical Pit-Cnt, señaló que en los Consejos de Salarios el gobierno votó 17 veces con los empresarios y cuatro con los trabajadores, al tener que laudar ante diferencias entre las partes sobre el futuro ajuste de las remuneraciones.
Por su parte, el representante de jubilados y pensionistas en el BPS, Sixto Amaro, dijo que “los salarios deberían subir, porque aumentó el producto interno bruto, se exporta más, hay más producción, y los ingresos de todo el sector productivo del país crecieron”.
Días atrás, el Instituto Nacional de Estadística publicó que en el último año el Índice Medio de Salario Nominal experimentó un aumento del 5,89 por ciento, por debajo del 7,6 del 2020.
Ruiz y Amaro señalaron que mediante esa vía el gobierno ahorró 75 millones de dólares y en 2022 dejará de pagar 100 millones de dólares, como política de ajuste fiscal.
El monitor de consumo de la consultora Scanntech, de Uruguay lo reflejó en una caída en diciembre de 2021 del siete por ciento en el consumo, en relación al mismo mes del año anterior, al que la facturación creció un dos por ciento, lo que consideró un efecto inflacionario de casi un ocho por ciento.
