Cañadas y ríos de la Capital cubiertos por un manto de desechos sólidos

Se trata de malos hábitos ciudadanos y falta de seguimiento de las autoridades que no realizan el debido saneamiento ambiental de estos lugares.

Recuerdo que cuando niño, esas cañadas y ríos, que hoy están plagadas de desechos sólidos eran navegables; el agua era turbia pero clara, había peces, tilapias y hasta tiburones; hablamos de 50 años atrás cuando las cañadas parecían selvas llenas de árboles y verdor.

Hoy, esta realidad ha cambiado. Las cañadas y ríos de la ciudad están plagadas de viviendas cercanas, que vierten sus aguas residuales en estos afluentes. A esto se suma la gran cantidad de desperdicios que se tiran directamente en estos lugares, lo que lo convierte en un foco de contaminación ambiental, que da cabida a la proliferación de enfermedades y a la muerte de su biodiversidad.
Durante un recorrido de Panorama por el Gran Santo Domingo, pudimos capturar el gran cúmulo de basura – foam, gomas, muebles, plásticos de diferentes denominaciones, ropas, colchones, animales muertos-, que en gran medida son arrojadas en las calles y terminan arrastradas por las aguas en las cañadas y ríos. Una situación que representa un desafío importante para las autoridades competentes, en especial, durante las temporadas ciclónicas cuando la situación se agrava.
P.

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