Científicos colocaron transmisores en el país a zorzales migratorios
DL. Eran las 5 de la mañana del 24 de enero de 2023 en la Reserva Privada El Zorzal, ubicada en la localidad El Guineal, en San Francisco de Macorís. Un grupo de científicos del centro para Ecoestudios de Vermont, Estados Unidos, junto a las biólogas dominicanas Hodali Almonte, del Museo de Historia Natural, y Yolanda León, de Grupo Jaragua, se preparaban para salir al bosque en un último intento de capturar zorzales de Bicknell (Catharus bicknelli) en esta temporada.
Emprenden el camino, de unos cientos de metros dentro de la reserva, bajo un cielo completamente estrellado y unos 15 grados de temperatura.
Le acompaña Sesar Rodríguez, director de la Reserva El Zorzal, quien explica a Diario Libre la importancia que tiene para la reserva el poder servir de escenario para este proyecto.
El Zorzal es una reserva privada, que combina la producción de cacao con la conservación del bosque natural. Luego de 10 años de cambiar el uso de suelo de pastizales para ganado a bosque natural, cuenta con un 70 % de denso bosque que se autogenera entre predios de aprovechamiento agropecuario, en especial cacao.
Este bosque joven es hoy el hogar de cientos de especies de flora y fauna, convirtiéndose en uno de los puntos del país donde deciden pasar el invierno del norte los pequeños zorzales de Bricknell.
León explicó a Diario Libre que el 90 % de los zorzales migra desde Norteamérica hasta La Española, en espacial Sierra de Bahoruco, cordillera Central y la Reserva el Zorzal, además de otros puntos del país y Haití.
Chris Rimmer líder del grupo tiene décadas estudiando al zorzal. Arribó al país la semana pasada junto a su equipo. La meta: colocar unos diminutos transmisores a 30 zorzales.
El primer punto fue la parte alta de Sierra de Bahoruco, donde lograron capturar 14 aves desde el pasado domingo 15 al 20 de enero.
Los transmisores servirán cuando los zorzales regresen a Estados Unidos, donde antenas especiales colocadas en diferentes lugares identificarán a cada una de las pequeñas aves en su largo retorno a casa.
El pasado sábado iniciaron la captura en El Zorzal, hasta el último día llevaban solo cuatro aves. El cansancio es evidente, pero mantienen la esperanza de que el último será un buen día.
El martes 24 de enero se dividieron en tres equipos, para cubrir la mayor área posible, en puntos que han escogido por la experiencia de Hodali, que lleva cerca de siete años estudiando al zorzal en la zona.
Un día antes dejaron las redes listas para desplegarlas antes del amanecer.
Utilizan grabaciones del canto para atraer las aves a las redes, esperando que caigan en ellas.
Mientras amanece en El Zorzal y se empieza a escuchar el canto de diferentes especies; los investigadores despliegan sus redes, reproducen las diferentes vocalizaciones del zorzal y se sientan a esperar a unos metros de distancia.
Cada cinco minutos los expertos revisan las redes y cambian a diferentes vocalizaciones. Los zorzales son territoriales y tratarán de ahuyentar a cualquier otro zorzal que invada su espacio.
Durante más de una hora dos de los tres equipos no logran atrapar ninguna ave, mientras el tercer y más lejano equipo logra atrapar tres y colocar el transmisor exitosamente.
Entre Sierra de Bahoruco y la Reserva El Zorzal logran terminar la expedición, con cerca de dos docenas de aves marcadas. Ahora queda esperar por los datos cuando emprendan su regreso a Norteamérica.
Hábitats del zorzal se han degradado
Jim Goetz, coordinador para el Caribe de Vermont for Ecostudies, quien trabaja desde 1996 en el país, explicó a Diario Libre que ha podido ver hábitats del zorzal que se han degradado drásticamente en el país, pero que también ha visto como importantes hábitats se han regenerado como es el caso de la Reserva el Zorzal.
“Es un círculo que se debe mantener. Podemos hacer todo lo que se pueda imaginar allá (Norteamérica), pero si no se protege aquí, donde pasan el invierno, vamos a perder esta especie y también muchas más”, concluyó Goetz.