¿Cómo el caso de Dúrov afectará al atractivo empresarial de Francia?

SPUTNIK. Las consecuencias del caso del cofundador de Telegram, Pável Dúrov, todavía no están claras, y los observadores se preguntan qué significa esto para la libertad de expresión en Europa. El caso de Dúrov siembra dudas sobre si es seguro hacer negocios en Francia, especialmente en el sector tecnológico, opinaron a Sputnik varios expertos.
Dúrov se presentó ante un tribunal de París para «un primer interrogatorio y una posible inculpación», días después de su detención el 24 de agosto en el aeropuerto parisino de Bourget por una larga lista de dudosos cargos que van desde no haberse opuesto al fraude, el blanqueo de dinero y la criptografía ilegal, hasta ser cómplice de tráfico de drogas y distribución de pornografía infantil, pasando por negarse a responder a los requerimientos de las autoridades durante una investigación criminal. El 28 de agosto Dúrov fue puesto bajo vigilancia judicial y se le impuso una fianza de cinco millones de euros.
El fundador de Proton VPN y empresario tecnológico, Andy Yen, advirtió de que, si se confirman los cargos, no entiende «cómo las empresas tecnológicas podrán venir a Francia, y mucho menos contratar empleados en Francia».

«Esto es un suicidio económico que cambiará rápida y permanentemente la percepción de Francia por parte de empresarios e inversores», escribe Yen en X.

El macroeconomista y autor de UnHerd, Philip Pilkington, se hizo eco de esas preocupaciones, avisando en su artículo de que la maniobra de París podría expulsar a los inversores de todos los niveles de Francia y de Europa en su conjunto.
«El daño que esto podría causar a la imagen de Francia a los ojos de las comunidades tecnológica y empresarial es enorme», escribe Pilkington, señalando que la detención de Dúrov ha abierto la caja de Pandora en la que el Estado francés comenzará a presentar sistemáticamente cargos penales contra los desarrolladores de plataformas de comunicación por internet.
«Europa ya está destruyendo su competitividad internacional en el sector manufacturero mediante sanciones y contrasanciones sobre la energía rusa. Ahora parece que los securócratas de las burocracias europeas quieren convertir el continente en un lugar donde los tecnócratas tengan miedo de construir plataformas que permitan las comunicaciones», alerta Pilkington.
Es probable que el caso Dúrov provoque un éxodo de emprendedores de Europa, algo muy alejado de la promesa del presidente francés Emmanuel Macron en 2017 de convertir Francia en una «nación de startups«, añade el columnista.

Aumentan los costos, disminuye la confianza

A su vez, el destacado inversor y presidente de Beeland Interests y cofundador de Quantum Fund, Jim Rogers, opinó que cuando un país empieza a detener a ejecutivos de alto nivel, especialmente del sector tecnológico o en otro campo que tiene un estatus internacional, esto llama la atención y muchos lo consideran injustificado.

«Así que no sé, espero que Francia sepa lo que hace. Si Francia tiene argumentos sólidos al 100%, probablemente no les hará daño. En caso contrario, muchos dirán: ‘Un momento, no queremos hacer nada en Francia. Es demasiado peligroso'», recalca Rogers.

Rogers añadió que no conoce los hechos y por eso no puede decir con certeza si Dúrov es culpable, pero cree que en cualquier caso muchas personas tengan que pensárselo dos veces antes de hacer negocios en Francia.
«Obligará a muchos a comprobar si sus negocios en Francia están bien. Es un gasto añadido. (…) Nadie quiere que le pillen haciendo algo mal en el país. Y si ahora las personas están preocupadas por Francia, es otro gasto. Otro nivel de precaución», afirma el inversor y pronosticador de las tendencias financieras mundiales.

La trama se complica

La saga de Dúrov se vuelve más y más interesante cada día que pasa. El respetado periódico de investigación francés Canard Enchaine informó de que el empresario tecnológico iba a cenar con Macron el día de su detención. El Elíseo desmintió esta información.
El 28 de agosto, The Wall Street Journalinformó, que el teléfono de Dúrov había sido hackeado por Francia y los Emiratos Árabes Unidos en una operación conjunta apodada Purple Music en 2017. En 2018, Macron habría almorzado con Dúrov para invitarlo a trasladar la sede de Telegram a Francia. Dúrov se negó y eligió Dubái, en los EAU.

Por Ilya Tsukanov

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