Comunitarios denuncian abandono en El Cuey
Sabana de el Cuey.-Un hombre a quien se le preguntó por la dirección de alguno de los miembros de la Junta de Vecinos en esta comunidad quiso saber antes si quienes preguntaban eran de Obras Públicas.
Lo mismo, junto al canutillo de hormigón que sirve de puente en el paso del río Quisibaní una señora bajó los cristales de la camioneta que conducía y preguntó: “¿Son de Obras Públicas”.
Estos dos casos tal vez ilustran el nivel de ansiedad de gente de El Cuey ante el estado de una carretera que es la única vía con la que cuentan para llevar o sacar reses, artículos de consumo, ocuparse de sus predios agrícolas o ganaderos, sacar las cosechas y volver a sus casas cuando por alguna necesidad, personal o de negocios, deben abandonarlas.
Baches de todos los tamaños, zanjas transversales o serpenteantes abiertas por el uso y las aguas pluviales se oponen al avance de todo tipo de vehículos de motor —incluidas motocicletas— a lo largo de unos once kilómetros desde el Alto de Jobo Dulce hasta un poco más allá del paso sobre el río Chavón.
Cuando se tiene sed sólo se quiere y se busca agua por los medios que sean necesarios. Los de El Cuey tienen la necesidad de una carretera mejorada y los esfuerzos por conseguirla han incluido desfiles de personas y vehículos desde estas comunidades hasta el municipio cabecera de la provincia, Santa Cruz de El Seibo, con el propósito de sensibilizar a sus autoridades.
Sea posible o no, sean comecheques o gente laboriosa entregada a sus comunidades, en las provincias se cree que legisladores, gobernadores e inspectores de la Presidencia pueden ser de alguna utilidad cuando se presentan situaciones como las que confrontan aquí. Pero por lo visto no es así, porque estos no les sirven para nada a esta comunidad.
A pesar de los reclamos, los de El Cuey no han conseguido que por lo menos sean rellenados los baches y las zanjas que impiden el tránsito de vehículos de motor por su deteriorada carretera.
Abinader los visitó y pasó el río Quisibaní
En una orilla. Parados junto a la deteriorada carretera en el caserío antes de llegar al puente sobre el río Chavón, Iris y José dejan ver su cinismo, o tal vez la falta de fe en que un día le arreglarán la carretera a El Cuey.
Según la mujer, cuando pasó el huracán Fiona el presidente Luis Abinader estuvo en el lugar y les dio su palabra de que aquello sería puesto en orden de nuevo.
Afirmó que cuando se iba, al cruzar el puente sobre el río Quisibaní, el Presidente bromeaba sobre el riesgo personal de usar aquello para cruzar el río.
Algunos comunitarios han hablado de terminar de romperlo para precipitar una crisis, según Jesús, pero han sido contenidos.
ED