Crisis de vivienda en EEUU: 39% más familias afectadas en 2024

Estados Unidos enfrenta una crisis habitacional sin precedentes, con casi 800,000 personas en situación de calle, según revela un reciente informe del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano. Esta cifra representa un incremento alarmante del 18% en solo doce meses, estableciendo el registro más alto desde que el gobierno federal comenzó a documentar estas estadísticas hace dos décadas. Entre 2023 y 2024, un 39% más de personas en familias con niños se quedaron sin hogar.

La cifra total de personas sin hogar en 2023 fue de 653.104, marcando un incremento del 12% respecto al año anterior y estableciendo el registro más alto en los 18 años de historia del estudio. Este aumento de 70.642 personas representó el 0,19% de la población nacional, la tasa más elevada desde 2012, continuando una preocupante tendencia al alza por sexto año consecutivo.

 

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En comparación, la crisis en 2023 mostró matices en cuanto a la distribución y composición de la población afectada. Mientras que el 60% de las personas sin hogar (396.494) encontraron refugio en albergues temporales y programas de transición, más de 256.000 individuos se vieron forzados a pernoctar en condiciones inadecuadas, desde aceras hasta vehículos abandonados. Las estadísticas revelan un incremento en las familias sin hogar, con un aumento del 16% respecto a 2022, afectando a 186.084 personas en 57.563 unidades familiares, aunque el 91% de estas familias logró acceder a alojamiento temporal.

 

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Nueva York es uno de los epicentros de la crisis nacional. Datos actualizados a diciembre de 2024 muestran que 130,438 personas dependen del sistema de refugios municipales cada noche, mientras que la Coalition for the Homelessreporta que al menos 46,000 personas buscan refugio diariamente, una cifra que no incluye a quienes no logran acceder a los centros de acogida.

«Tenemos que tomar en cuenta que muchos de los programas para aceptar personas desamparadas no son los más adecuados. Muchas veces son peligrosos, no tienen los niveles de higiene permisibles para los seres humanos, entonces, muchas personas optan por dormir en las calles», señala el Dr. Henry Montero, psiquiatra especializado en salud pública.

 

 

La crisis golpea especialmente a las familias con el 71% de la población en refugios corresponde a unidades familiares, incluyendo 45,167 menores de edad. El impacto en la educación es igualmente severo: durante el año escolar 2023-2024, más de 146,000 estudiantes experimentaron períodos de indigencia, representando aproximadamente uno de cada ocho alumnos en el sistema escolar público de Nueva York.

Las disparidades habitacionales reflejan una brecha racial que se ha intensificado en las últimas cinco décadas. La diferencia en tasas de propiedad entre hogares blancos y afroamericanos se ha expandido de 19 puntos porcentuales en 1970 a 23 puntos en 2020, con tasas actuales del 72% y 48% respectivamente, según datos de la Coalición Nacional para la Vivienda de Personas de Bajos Ingresos (NLIHC).

Un estudio de County Health Rankings and Roadmaps reveló en 2019 que, en condados con alta segregación, aproximadamente el 25% de los hogares afroamericanos destina más del 50% de sus ingresos al alquiler, en comparación con solo el 10% de hogares blancos en las mismas áreas.

El Centro de Relaciones Exteriores ha identificado tres factores críticos que perpetúan esta crisis: La ausencia de una red robusta de protección social, el deterioro progresivo del mercado laboral para trabajadores de bajos ingresos y el impacto de la inflación monetaria.

La escasez de vivienda asequible se posiciona como el factor fundamental, con una pérdida crítica de 1.1 millones de unidades de vivienda asequible entre 1996 y 2017. Actualmente, la tasa de desocupación para apartamentos económicamente accesibles es inferior al uno por ciento, evidenciando un desequilibrio estructural en el mercado inmobiliario.

Según un informe de Pew Research, las presiones económicas son la principal preocupación en la comunidad afroamericana, con un 71% experimentando tensión para alcanzar sus objetivos financieros y un 68% enfrentando dificultades para sostener a sus familias. Esta presión económica trasciende los niveles de ingreso, manifestándose de manera consistente entre los segmentos socioeconómicos bajos (73%), medios (70%) y altos (69%).

De manera significativa, este panorama socioeconómico contrasta con las prioridades del electorado que eligió a Trump en 2024, donde la economía y la inmigración se posicionan como ejes fundamentales de su agenda política. El 93% de sus partidarios considera la economía como factor crítico en su decisión electoral, mientras que la inmigración experimentó un incremento sustancial en importancia, pasando del 61% en 2020 al 82% actual.

La magnitud de esta crisis habitacional, junto con las crecientes disparidades sociales y económicas, plantea desafíos específicos para la política pública estadounidense en los próximos años.

TELESUR

 

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