Detenciones de migrantes irregulares convierten localidades de EEUU en ‘pueblos fantasmas’

Las redadas implementadas en diferentes zonas de Los Ángeles por miembros del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) han generado tanto miedo en la población local que algunas comunidades se han vuelto ‘pueblos fantasmas’.
Ejemplo de ello es Santee Alley, ubicado en el llamado Distrito de la Moda. Contrario a lo que solía ocurrir en veranos pasados donde, por motivo de las vacaciones, las tiendas se encontraban llenas, hoy la mayoría están cerradas.

«Esto es algo sin precedentes. Personalmente, creo que el impacto de esto es más significativo que el de la pandemia durante las fases de confinamiento», declaró a CNN el presidente y director ejecutivo del Distrito de Mejora Comercial del Distrito de la Moda de Los Ángeles, Anthony Rodríguez.

Según Rodríguez, la afluencia de visitantes ha disminuido un 45%, lo que significa entre 10.000 o 12.000 compradores menos por día desde que iniciaron los primeros operativos migratorios de junio, al sur del centro de Los Ángeles, precisamente donde se encuentra el Distrito de la Moda.
«El miedo es abrumador. Esta es una comunidad mayoritariamente inmigrante, tanto entre los dueños de negocios como entre los consumidores y los empleados», agregó Rodríguez.
Un informe del Instituto Económico del Consejo del Área de la Bahía señala que los 2,3 millones de inmigrantes indocumentados que viven en California aportan más de 23.000 millones de dólares en impuestos locales, estatales y federales, y que, en un escenario en el que todos fueran deportados, el producto interno bruto (PIB) del estado disminuiría 278.000 millones de dólares.
Eso representa el 9% de nuestro PIB. Ese valor es mayor que el de todo el estado de Nevada y el de todo el estado de Oregón. No son números insignificantes. Estos trabajadores realmente contribuyen a todo un motor económico que, cuando una parte se desmorona, cuando destituimos a estos trabajadores que representan el 8% de la fuerza laboral, tiene un efecto dominó que va mucho más allá de la deportación de un solo trabajador», declaró a la cadena estadounidense la directora de investigación del instituto autor del estudio, Eleni Kounakakis.
Pocos días después de las redadas del ICE en Los Ángeles, empresarios hoteleros y agropecuarios pidieron al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, frenar los operativos, ya que mucha de su plantilla laboral son inmigrantes indocumentados.
Empresas de otras ciudades, como Omaha en el estado de Nebraska, también han advertido sobre el riesgo que corren sus operaciones de continuar los operativos.
Una de ellas es la productora de carne Glenn Valley Foods, la cual anunció a principios de junio que estaba operando con el 30% de su plantilla laboral, tras la aprehensión de varios de sus trabajadores, resultado de las redadas antimigratorias.
SPUTNIK.

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