El 86% de los trabajadores en construcción está informal

Se estima que en promedio los trabajadores informales constituyen el 86.3 % del total de ocupados en la construcción. Esto lo coloca como el segundo sector con mayor porcentaje de informalidad en la economía dominicana.

En efecto, en el primer trimestre de 2020 en el sector había un total de 41,396 trabajadores formales y 323,538 trabajadores informales.

Es precisamente en condiciones de informalidad que se inserta la mayoría de los trabajadores extranjeros de origen haitiano ocupados en el sector, afirma el estudio titulado “Mercado laboral y mano de obra extranjera en el sector construcción en República Dominicana”, presentado ayer por el Instituto Nacional de Migración. Si bien no se tiene información reciente sobre la cantidad de extranjeros de origen haitiano ocupados en el sector, diversos factores apuntan a que el número se ha incrementado, en particular después de la pandemia, subraya la investigación.

“El crecimiento en la cantidad de obras en construcción, sobre todo del sector privado, así como los conflictos políticos en el vecino país de Haití, hacen suponer que los trabajadores de origen haitiano ocupados en el sector han aumentado, en particular en un escenario de altos costos donde los empresarios de la construcción buscan la forma de hacer más rentable el negocio”, puntualiza.

Los trabajadores de origen haitiano se insertan como peones o en trabajos que requieren un bajo nivel de calificación. De acuerdo con informaciones levantadas en el terreno, estos trabajadores son más demandados al inicio de las obras, en la “etapa gris”, en tareas como cargar materiales, pegar blocks y cortar varillas, donde el porcentaje de empleados haitianos podría representar entre el 70% y el 90 % de la ocupación, explica.

El trabajo de campo se efectuó en las provincias Santiago, Santo Domingo y Bávaro-Punta Cana, que tienen un gran dinamismo en la actividad de construcción. En estas zonas se realizaron entrevistas a empresarios de la construcción, ingenieros y arquitectos del sector, así como a maestros constructores que actualmente dirigen o supervisan obras de construcción privadas.

Respecto a la forma de contratación de la mano de obra de origen extranjero y, en particular, de la haitiana, el estudio precisa que tiene un alto grado de informalidad y varía según el trabajo que se realice.

“Los pocos trabajadores extranjeros contratados directamente por las empresas incluyen al personal que llaman ‘trabajador de la casa’ (que pueden llegar a dos o tres como máximo, según el proyecto) o a un personal muy técnico o especializado que reside legalmente en el país (algunos venezolanos y colombianos) en cuyo caso la contratación de estos trabajadores es similar a la de cualquier trabajador formal”, agrega.

En contraste, los obreros haitianos que no están regularizados generalmente no los contrata directamente la empresa, sino que son subcontratados por un maestro constructor, que sí es contratado por la empresa, y quien puede ser de origen dominicano o haitiano.

Estafados por sus conciudadanos

De esta manera, la empresa es responsable del maestro constructor, pero no tiene responsabilidad contractual con el personal que se subcontrata. Algunas empresas hacen un registro o listado de esos trabajadores para fines de control de pagos, pero legalmente no tienen contrato de trabajo con ellos y por tanto no son responsables de ese personal.

“Esta medida se realiza para asegurar la permanencia del trabajador en la obra y que no haya ausentismo por falta de pago de los contratistas, que en algunas ocasiones establecen relaciones de explotación de sus propios compatriotas”, puntualiza el documento.

Según declararon algunos obreros entrevistados, el contratista (que regularmente es haitiano) se queda con un porcentaje del salario e incluso tiende a contratar el trabajo por ajuste a un precio superior por día del que les paga a los trabajadores.

“Se han presentado diversos problemas por esa modalidad de contratación, debido a que a veces el contratista no paga a tiempo a los obreros e incluso algunos trabajadores especializados indicaron que prefieren trabajar de manera independiente porque han sido estafados por sus conciudadanos cuando los contratan y hasta han dejado de pagarles”, destaca el estudio cuyos autores son Marina Ortiz y Rita Mena

Añade que esa situación escapa al control de los ingenieros, quienes señalaron que pagan al contratista por su trabajo de reclutamiento y coordinación con los trabajadores haitianos y, en algunos casos, los contratan también como obreros especializados o maestros de obras. Dicha modalidad de contratación exime a los ingenieros constructores de responsabilidades laborales con el trabajador”, señala el documento oficial.

Para que no se los lleve Migración…

De manera general, los ingenieros y maestros consultados en las tres localidades seleccionadas describieron la situación migratoria de los trabajadores extranjeros como “la principal dificultad” que tienen para conseguir mano de obra extranjera, en particular en los últimos meses donde se han incrementado los operativos de la Dirección General de Migración. “Últimamente, cuando Migración está muy caliente, se pone difícil, no llegan, tienen miedo de salir”, expresó un maestro constructor de Santo Domingo.

“Esto ha conllevado a que algunos contratistas utilicen la estrategia de transportarlos hacia el lugar de la construcción para asegurar que puedan llegar a su destino sin ser interceptados por la DGM”, indica el estudio.

Permisos vencidos

Tanto ingenieros como trabajadores haitianos dijeron que en la actualidad hay una requisición frecuente de los documentos de residencia legal en el país.

Casi todos los consultados indicaron que la Dirección General de Migración tiene un retraso con la expedición de permisos o la renovación de estos, y que no reconoce las cartas ni otorga permisos temporales. Señalaron que cuando Migración “se activa muy seguidamente”, ya sea porque detengan o deporten a un trabajador, hay un costo en términos de tiempo y de recursos, pues hay que buscar personal para sustituirlo y eso requiere tiempo.

RD$10,000 y RD$15,000 para “obtener libertad”

Una estrategia utilizada por los ingenieros para evitar parcialmente el problema de deportación o apresamiento del trabajador haitiano con una condición migratoria irregular es dejarles que pernocten en la obra. Los entrevistados también se refirieron al costo que tiene para el trabajador ser detenido o deportado. Según lo reportado por los ingenieros, un trabajador debe pagar entre 10,000 o 15,000 pesos para “obtener su libertad” o retornar al país si fue deportado, dinero que muchas veces consiguen prestado con la constructora, el maestro constructor, el contratista o entre sus pares, el cual deberá pagar al regresar a sus labores. Algunos plantearon que lo ideal es que puedan conseguir su visa o permiso de trabajo para evitar los inconvenientes con las autoridades, tomando en consideración la alta dependencia de mano de obra haitiana en el sector. Otros señalaron que se debe tecnificar la construcción para depender cada día menos de esa fuerza laboral. En conclusión, el tema migratorio fue calificado por como “una situación delicada” por la cantidad de obreros haitianos en condición migratoria irregular que hay en el sector.

Recomiendan
Diálogo entre autoridades, empresarios y obreros para lograr un trato justo y, a la vez, el cumplimiento de las leyes migratorias del país”.

EC.

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