El aumento de la violencia con armas en EEUU es el resultado de la «descomposición social» del país

SPUTNIK. «Estados Unidos ha tenido más tiroteos masivos que días en 2023», dijo el viernes 21 de abril el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas. Sputnik habló con el internacionalista Jesús Gallegos para entender el dramático fenómeno.
Las palabras de Mayorkas, proferidas durante una reunión del Consejo de Relaciones Exteriores, un influyente think tank con sede en Nueva York, se dan apenas unos días después del fatal tiroteo en un cumpleaños en Alabama que dejó 4 adolescentes muertos y decenas de heridos, y semanas después de que un ataque en un colegio de Nashville, donde la atacante disparó 152 veces contra niños y profesores, resultara en el homicidio de 3 niños y 3 adultos.
Estas brutales masacres son apenas los más recientes y letales episodios de una tendencia que golpea a diario a Estados Unidos. En ese sentido, los números validan las palabras del funcionario de Biden: en lo que va del 2023, según cifras del Archivo de Violencia Armada, una base de datos sin fines de lucro, se registraron 168 tiroteos y 230 muertos en ataques con armas, en apenas 111 días.

Las cifras dan cuentan de un problema que se agudiza, sin señales de mitigarse. De acuerdo a la cadena ABC, el 2023 está camino en convertirse en el año más letal en EEUU en cuanto a número de víctimas de tiroteos masivos desde el 2009, confirmando que el país vive lo que la señal describe como un «horror en bucle» debido a la violencia imparable que se registra a diario.

Pero si los funcionarios estadounidenses son conscientes de los efectos mortíferos de la laxitud de su legislación en cuanto a la posesión y venta de armas, en un país además que suele eregirse como juez y policía mundial en conflictos ajenos, ¿por qué sus autoridades no logran poner un freno a este fenómeno? ¿Y hay alguna posibilidad para encontrar una solución que evite más muertes de inocentes en manos de violentos?

Jesús Gallegos, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM y del Instituto Rosario Castellano, no se muestra optimista sobre la posibilidad de que la situación se revierta en el corto o mediano plazo.

Al hablar con Sputnik, el reconocido internacionalista dice que «la escalada de la violencia armada en EEUU es trágica, pero no es sorprendente, dado el nivel de descomposición social que se vive en el país».

«En una sociedad cada vez más convulsionada y enferma como la de EEUU, en la que aumenta el consumo de drogas y se eliminan los requisitos para comprar armas, y el odio a grupos étnicos y minoritarios está en alza, un escenario de esta característica es esperable».

El especialista señala que otra serie de factores extra han provocado esta tormenta perfecta que tiñe de rojo las páginas noticiosas de EEUU a diario.
«No se trata solamente que distintas legislaturas en decenas de estados hayan normalizado el acceso irrestricto de armas automáticas. También es importante recordar que la venta de armas es un negocio enorme en los Estados Unidos, con un gran poder de lobby, y que se fomenta la estigmatización y la paranoia para que los ciudadanos sientan que deben estar armados para defenderse», explica.

El problema de la polarización política

En medios de estas cifras alarmantes, el presidente Joe Biden firmó el mes pasado una nueva orden ejecutiva para regular las armas, reforzando el chequeo de antecedentes en personas con problemas mentales, antecedentes mentales o de violencia doméstica. Sin embargo, esta normativa federal solo aplica a tiendas que venden armas con licencias federales, que representan solo un porcentaje del total que se compran todos los días en EEUU.

Proyectos legislativos como la verificación de antecedentes universales, que requerirían que todas las ventas de armas se hagan a través de comerciantes con licencias federales, tienen nulas chances de aprobarse en el Congreso, debido al rechazo de los miembros de la bancada republicana.
Estos legisladores, al igual que su nutrida base electoral, suelen invocar para defender su posición contraria a la regularización de las armas a la segunda enmienda de la Constitución de los EEUU, que otorga a los ciudadanos el derecho a portar armas. Cualquier iniciativa para limitar ese derecho sagrado, según esta lógica, es contrario a una prerrogativa inalienable que los padres fundadores han establecido en la Carta Magna.

Por este motivo, para Gallegos, la creciente polarización política en EEUU hace casi imposible que demócratas y republicanos puedan llegar a un acuerdo para tomar medidas concretas para evitar más matanzas.

«Hay muy pocos temas que generen un consenso entre ambos partidos, y la violencia con armas no es una excepción, ya que no hay una agenda común bipartidista, son bloques muy opuestos que no logran llegar a un consenso que realmente frene esta escalada», dice.

En ese sentido, el experto celebra iniciativas como la impulsada por el Gobierno mexicano, que ha demandado a más de una decena de compañías fabricantes de armas de Estados Unidos por facilitar el tráfico ilegal de estas al territorio nacional, terminando en manos de grupos criminales y narcotraficantes.

Y si bien cree que Estados Unidos tiene una responsabilidad insoslayable al facilitar estas prácticas comerciales que atentan contra la seguridad nacional de su país vecino, Gallegos también cree que México debería hacer más para blindar sus controles fronterizos y evitar el ingreso de las armas y municiones provenientes de EEUU.

El especialista le dice a Sputnik que debido al bloqueo legislativo, es improbable que Estados Unidos actúe de manera efectiva para contener esta problemática. Por eso, sugiere que un frente internacional, compuesto de varios gobiernos, debería encargarse del tema a través de la vía diplomática.
«Una presión internacional que advierta sobre el riesgo global del flujo de armas desde EEUU y de una cultura cada vez más violenta es algo necesario», explica. «Podrían utilizarse instancias multilaterales para hacer foco en esta problemática, y si bien las oportunidades de éxito son pocas, debido al alineamiento de muchos países con EEUU, sería importante que sea debatido, ya que es algo muy preocupante y serio», concluye.

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