El aumento de la violencia con armas en EEUU es el resultado de la «descomposición social» del país
Pero si los funcionarios estadounidenses son conscientes de los efectos mortíferos de la laxitud de su legislación en cuanto a la posesión y venta de armas, en un país además que suele eregirse como juez y policía mundial en conflictos ajenos, ¿por qué sus autoridades no logran poner un freno a este fenómeno? ¿Y hay alguna posibilidad para encontrar una solución que evite más muertes de inocentes en manos de violentos?
Jesús Gallegos, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM y del Instituto Rosario Castellano, no se muestra optimista sobre la posibilidad de que la situación se revierta en el corto o mediano plazo.
«En una sociedad cada vez más convulsionada y enferma como la de EEUU, en la que aumenta el consumo de drogas y se eliminan los requisitos para comprar armas, y el odio a grupos étnicos y minoritarios está en alza, un escenario de esta característica es esperable».
El problema de la polarización política
Por este motivo, para Gallegos, la creciente polarización política en EEUU hace casi imposible que demócratas y republicanos puedan llegar a un acuerdo para tomar medidas concretas para evitar más matanzas.
En ese sentido, el experto celebra iniciativas como la impulsada por el Gobierno mexicano, que ha demandado a más de una decena de compañías fabricantes de armas de Estados Unidos por facilitar el tráfico ilegal de estas al territorio nacional, terminando en manos de grupos criminales y narcotraficantes.
Y si bien cree que Estados Unidos tiene una responsabilidad insoslayable al facilitar estas prácticas comerciales que atentan contra la seguridad nacional de su país vecino, Gallegos también cree que México debería hacer más para blindar sus controles fronterizos y evitar el ingreso de las armas y municiones provenientes de EEUU.