El hijo del carpintero militante de la paz
Orlando Castillo.
Nació pobre entre los pobres. José, su papá, era carpintero, él prefirió ser pescador pero de almas. Su mamá, María, con sublime inspiración siempre comprendió que Jesús estaba prestado a este mundo. De su niñez y posterior juventud los evangelios y textos bíblicos no informan casi nada. Ya hombre, se destaca por su certero verbo que llegaba al alma y sanaba los cuerpos. Hablaba en parábolas, que eran refranes cargados de simbólica sabiduría popular. Fue así que cuando presenciaba el intento de lapidación de una mujer adúltera, advirtió: «el que esté libre de pecado que lance la primera piedra» y María Magdala lo agradeció para siempre pues comprendió que la vida algunas veces pende de un delgadísimo hilo milagroso. Pero también supo que si la conciencia es libre el cuerpo también lo es.
Como singular pescador no navegaba sobre las aguas sino que caminaba sobre ellas y lanzaba sus redes esperando verlas repletas de almas que al enredarse con él, serían libres. También tuvo tiempo para asistir a una boda donde los casamenteros, pobres de solemnidad, no tenían nada para celebrar y les convirtió el agua en vino, brindándole a los atónitos esposos esperanzadora alegría.
Pero como no todo en la vida es coser y cantar, aún para el Mesías, se armó de santa ira y arremetió contra los mercaderes del templo, expresión milenaria de grandes comerciantes, prestamistas y especuladores de todo tipo que ayer como hoy son los esquilmadores y vividores del trabajo ajeno. Los confrontó látigo en mano, echándolos del templo popular.
Este aprendiz de carpintero, que fue niño pobre, joven humilde, hombre de pueblo curtido por las tribulaciones, cuando crucificado agonizaba en la cruz, preguntó al Padre con reclamante voz por qué lo había abandonado y demostró así que las flaquezas humanas siempre son acompañantes fieles de hombres y mujeres. Pero prometió regresar y desfacer entuertos cual mítico caballero andante en cósmico periplo por la condición humana. Hoy, en el volcánico siglo XXI el principal entuerto que enfrenta esta doliente humanidad es la guerra multiforme que los mercaderes del capitalismo del presente momento histórico imponen a los pueblos del mundo.
Es aquí en la lucha por la paz del mundo cuando queremos recordar a tres insignes hombres de fe cristiana, dos latinomericanos ya fallecidos y uno europeo, militantes de la Teología de la Liberación, que asumieron que la batalla por la emancipación espiritual y cultural es también una lucha nacional, regional y mundial contra la opresión capitalista. Ellos son el cura guerrillero colombiano Camilo Torres, Monseñor Arnulfo Romero, salvadoreño, y el sacerdote belga Francisco Wytack, luchador social en la parroquia La Vega de Caracas, Venezuela.
Hoy como nunca la defensa de la paz mundial es una consigna de lucha frente a la política guerrerista del hegemón norteamericano que siempre a través de la Historia ha intentado resolver sus conflictos y crisis estructurales mediante la guerra y la destrucción. Por lo tanto la lucha por la paz no es una consigna inofensiva, acomodaticia o irrelevante sino que constituye la clara convicción contra la guerra en su modalidad convencional o en el último caso, la real posibilidad de una hecatombe nuclear que lleve a la extinción de la especie humana.
Por lo anterior es tan alentador este mensaje de paz y amor que nos trae el nacimiento del Niño Jesús en el marco del tumultuoso y arrogante siglo XXI. Sin embargo, confiamos plenamente en la conciencia de los pueblos del mundo en el sentido esperanzador y futurista de los millones de hombres y mujeres de buena voluntad en este presente y decisivo momento histórico planetario.
¡FELIZ NOCHE DE PAZ Y NOCHE DE AMOR!
¡LA PAZ MUNDIAL ES GARANTÍA DE SUPERVIVENCIA DE LA HUMANIDAD!
¡LOS TRABAJADORES Y TRABAJADORAS DEL MUNDO UNIDOS POR LA PAZ DE LOS PUEBLOS!
¡LUCIDEZ, CONCIENCIA Y DIGNIDAD PARA SALVAR A NUESTRO PLANETA!
*Orlando Castillo* – Constituyente por el Sector de los Trabajadores y Trabajadoras. Miembro del Consejo Consultivo de la Central Bolivariana Socialista de los Trabajadores y Trabajadoras de la Ciudad, el Campo y la Pesca CBST-CCP.
24 de diciembre de 2022