«El neocolonialismo está en crisis por la transición a un mundo multipolar»

SPUTNIK. Por Karen Fabián. La reciente creación de un Frente Internacional para la Liberación de las Últimas Colonias Francesas confirma que el orden geopolítico global se encamina hacia la multipolaridad, aunque también es un recordatorio de que las potencias occidentales siguen ejerciendo prácticas coloniales mediante políticas financieras y extractivistas.
Desde África hasta el Caribe, pasando por Asia-Pacífico, los sentimientos anticoloniales reverberan entre protestas callejeras, alzamientos armados y movimientos independentistas. Y Occidente es el punto en la mira.
Siglos de colonialismo y décadas de neocolonialismo han convertido a naciones como Francia, Reino Unido, Alemania, Estados Unidos o Países Bajos en los blancos de quienes abogan —tras muchos años de sometimiento político, cultural, militar y financiero— por un mundo con menos relaciones de subyugación y más oportunidades de crecimiento, coinciden expertos consultados en Sputnik.
El caso de Francia es particular. Un 78% de los 27 golpes de Estado en África subsahariana que han ocurrido desde 1990 se han producido en países francófonos. Por eso no extraña la formación de este Frente Internacional para la Liberación de las Últimas Colonias Francesas, cuyo objetivo es unificar la lucha por la independencia de territorios como Córcega, Melanesia, Polinesia, Caribe y las Antillas, que sufren aún los embates del colonialismo francés, según la declaración final de este grupo.

«Las administraciones coloniales terminaron hace décadas, pero no así las relaciones de poder entre los imperios del Norte y los países del sur global. Siguen siendo relaciones coloniales en muchos casos, pero ahora bajo un estatus formalmente independiente, aunque en realidad esos países continúan subordinados a la dominación y la explotación del norte global», observa en entrevista con Sputnik el sociólogo puertorriqueño Ramón Grosfoguel, del Grupo Modernidad / Colonialidad de la Universidad de California en Berkeley.

Este fenómeno se hizo más evidente con la salida definitiva de las tropas francesas de países como Níger, Burkina Faso o Malí, donde las manifestaciones en contra de París acapararon los titulares de la prensa internacional. En esas tres naciones del Sahel africano hubo golpes de Estado consecutivos entre 2020 y 2022. Las consignas, a menudo, iban dirigidas contra el presidente francés Emmanuel Macron.
«Francia es un país que comete crímenes contra sus colonias. Nuestro objetivo es movilizar al mundo para que presione a Francia», dijo el secretario general de la Unión Popular para la Liberación de Guadalupe, Jean-Jacob Bicep, a propósito de la creación del Frente.

«Podemos luchar juntos contra el colonialismo. Nuestro objetivo es llamar la atención del mundo sobre esta cuestión. Haremos todo lo posible para reforzar nuestra solidaridad y que el mundo nos conozca», añadió.

El unilateralismo, ¿en crisis?

Las potencias occidentales utilizan las sanciones unilaterales, las divisas y las políticas extractivistas para seguir ejerciendo control sobre sus viejas colonias. En palabras de Grosfoguel, «el neocolonialismo es la continuidad del colonialismo bajo nuevas formas». Sin embargo, advierte el experto, estas nuevas formas tienen ya fecha de caducidad.

«En África hemos tenido a cuatro países que han roto su relación de dominación imperial colonial con Francia [Burkina Faso, Malí, Níger y Chad]. Esto nos indica que el neocolonialismo está en crisisporque hay una transición mundial del orden unipolar al orden multipolar», reflexiona el experto en procesos de descolonización.

Dicha transición, señala, abre posibilidades a los países pobres o en vías de desarrollo —sobre todo aquellos que han roto relaciones con Occidente— «para tener otras alternativas de economía en el mundo».
En ese sentido, el doctor en historia por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Javier Gámez Chávez, afirma a Sputnik que la iniciativa promovida desde Azerbaiyán envía un mensaje muy importante a las potencias imperialistas, toda vez que se trata de una estructura que busca organizar, de forma más sistemática, el proceso de descolonización que lleva, al menos, 30 años gestándose, a partir de guerras coloniales como la de Irak.

«[Este Frente] es una segunda ola decolonial por parte de ciertos países o gobiernos que no son independientes y que, aunque tengan autonomía, pertenecen al colonialismo francés», dice el especialista. «Actualmente, hay una mundialización unilateral que está entrando en crisis por el auge de nuevas potencias».

Ejemplo de la naciente multilateralidad es el ascenso constante de los Estados que integraron originalmente el bloque BRICS: Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica, coinciden los entrevistados.
Actualmente, los BRICS representan el 45% de la población del planeta, el 30% del territorio mundial, el 34,4% del PIB globaly el 18% del comercio internacional, según datos del propio bloque.

Oro monopolizado y secuestrado por Francia»

Tras la caída de la Unión Soviética en 1991, explica Grosfoguel, se hizo muy difícil que los países empobrecidos rompieran relaciones con Occidente sin que hubiera implicaciones negativas en su desarrollo. «Antes no había otra economía alternativa. Y entonces los países occidentales comienzan a sancionar o a bloquear a las naciones que intentan reafirmar su soberanía», añadió.
Después de la Segunda Guerra Mundial, abunda, Francia va perdiendo sus colonias en el mundo, sobre todo a partir de la Guerra de Independencia de Argelia (1954-1962). Sin embargo, dice Grosfoguel, «el colonialismo francés no se quedó de brazos cruzados» y comenzó a tomar nuevas medidas coercitivas para seguir «explotando y controlando» las economías que le pertenecían, como la imposición de una moneda — el franco CFA—, la recolocación de commodities o la explotación de recursos naturales como el oro, el uranio y el petróleo, por mencionar algunos.
«[Los gobiernos franceses] tomaron el oro de todos los países de la África francófona y lo pusieron en París», señala el analista.

«A la par, generaron una moneda que la aplicaron en los países francófonos y que se produce desde París. Entonces, cuando los países necesitan de su propio oro para poder pagar deuda o fortalecer su divisa, Francia le da el equivalente de su propio oro, pero como préstamo. Es un oro monopolizado y secuestrado por Francia, que les emite dinero en papel, pero como deuda», agrega.

La reconfiguración de la política francesa

El reciente triunfo electoral en Francia del Nuevo Frente Popular liderado por Jean-Luc Mélenchon podría propiciar un cambio de mentalidad en París respecto a sus políticas hegemónicas. Sin embargo, esto solo será posible si las estructuras de poder globales realmente cambian, afirma Gámez Chávez.
«Si logran hacer gobierno, este Frente Popular podría entablar un diálogo abierto [con las viejas colonias], pero eso va a depender de cómo se construya un nuevo orden mundial a partir de la correlación de fuerzas que se tienen con estas potencias», explica.
Según él, los nuevos movimientos anticoloniales perciben que actualmente existe una posibilidad de crecimiento por la aparición o la construcción de nuevas potencias en el orden multipolar, ya no dominado por Estados Unidos y sus aliados europeos.

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