¿El T-MEC podría extenderse por toda América como propone México?

Angélica Ferrer
El extender el acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, mejor conocido como T-MEC, hacia el resto del continente americano, es poco probable, debido a rubros como las diferencias entre las economías de varias naciones y la confrontación entre algunas de ellas, observaron expertos en economía consultados por Sputnik.

«Esto sería sumamente complejo, por lo que implicaría la integración de un conjunto muy amplio de países con una diversidad económica muy visible. Tenemos naciones más industrializadas, como es el caso de Brasil, EEUU o México, frente a [Estados] muy pobres, como Haití o Bolivia. Existirían condiciones muy diferenciadas respecto a cómo se lograría esta integración y cómo participarían cada [uno de los integrantes]», comenta el doctor en estudios económicos e investigador en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), Jenner Torrez Vázquez.

Asimismo, el especialista considera que otro factor en contra son las tensiones políticas que hay entre países como Venezuela o Cuba, que han sido afectados por los bloqueos económicos de Washington.
En este sentido, el doctor en economía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Felipe Cruz Díaz, destaca que, además de las complicaciones surgidas por la heterogeneidad de economías en el continente americano, una de las razones por las que la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, pueda estar planteando la extensión del T-MEC, sea para hacer frente a posibles embates en la Administración del próximo mandatario de EEUU, Donald Trump.
«Pienso que [la sugerencia de Sheinbaum] se enfoca más en el hecho de las medidas que puedan presentarse con el nuevo Gobierno de Trump, especialmente por las amenazas arancelarias [del republicano] para frenar la migración o el comercio chino», señala.

En las últimas semanas, el T-MEC ha formado parte del discurso de las naciones que le integran, esto especialmente por los amagos de Trump, o los comentarios de gobernantes canadienses, incluido el primer ministro, Justin Trudeau, para estudiar el retirar a México del pacto comercial, especialmente por la cercanía de la nación latinoamericana con China.
Ante esta situación, la mandataria mexicana ha señalado que no solo procurará que la nación que gobierna continúe en el acuerdo comercial, mismo que se revisará en 2026, sino que ese mismo esfuerzo se extienda por el resto del continente americano.
«Nuestra visión de México es que el tratado comercial entre EEUU, Canadá y México debería ampliarse en muchos sentidos hacia el sur, porque eso nos haría, como continente, una potencia económica muy por encima de cualquier otra región del mundo», refirió el 17 de diciembre.

Pocas novedades

Aunque parezca una idea nueva, la propuesta de Sheinbaum de extender el T-MEC hacia el resto del continente americano tiene algunos antecedentes, recuerdan los expertos. Torrez Vázquez hace referencia al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), lanzada en 1994 durante la primera Cumbre de las Américas, celebrada en Miami, EEUU.
«Fue propuesto por Estados Unidos e involucraba a todos los países del continente, con excepción de Cuba. Desde ahí había una intención. Uno de sus grandes críticos fue el expresidente de Venezuela, Hugo Chávez, ya que consideraba que Washington buscaba ponderar sus intereses frente a los de otros países. Él mencionaba que [el ALCA] era un tratado de adhesión, ya que obligaba a las naciones a establecer solo relaciones comerciales con EEUU]«, recuerda.
Por esa razón, el especialista reflexiona que la intención de Sheinbaum puede versar también hacia la continuación de la política exterior que implementó el exmandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador (2018-2024).
«Al principio de la Administración de López Obrador, Lula da Silva aún no volvía a ser presidente, por lo que el liderazgo en América Latina estaba vacante y podía avanzar en la unión de la región. En la actualidad, podríamos hablar de dos [potencias, es decir, México y Brasil] para concretar esta integración y solidaridad continental», ahonda.

¿Y un nuevo tratado de libre comercial?

Frente a las desavenencias que podría generar la expansión del T-MEC en el continente americano, surge una nueva incógnita: la posibilidad de un acuerdo comercial diferente.
No obstante, los especialistas tampoco son optimistas ante este camino, sobre todo por las condiciones políticas, económicas, culturales y sociales de cada nación americana.
«Es más viable establecer acuerdos regionales más pequeños geográficamente hablando, incluso entre Centroamérica y Sudamérica, similar al Mercosur (…). Igualmente, requeriría un largo proceso de negociación, sobre todo porque, al hablar de acuerdo comerciales, deben generarse cambios en la regulación más allá del tránsito de mercancías, y tomando en cuenta fenómenos como la migración«, expone el investigador en la UJAT.
En sentido opuesto, Cruz Díaz, quien también es docente en la UNAM, rememora que México es uno de los países con más pactos comerciales en el mundo, por lo que no tendría caso tener un nuevo frente en esta materia.
«Lo que se debería hacer es sacar mayor provecho al [tratado de libre comercio] con EEUU y Canadá, ya que ahí está la mayor parte de nuestro mercado. Otra opción es que México busque nuevos horizontes hacia Europa u otras naciones, para diversificar», agrega.

México se ubicó en octubre de este año como el principal socio comercial de Estados Unidos con 16% del comercio total, lo que representa un aumento de 0,2 puntos porcentuales respecto a septiembre. Además, se mantuvo como el país de donde realizó más importaciones, con 15,8% de las operaciones; seguido por China, con 14,4%, y Canadá, con 11,9%.

Proyectos para la unión de América

Pero no todo está perdido. Los expertos en temas económicos se decantan por varias opciones para la integración de las naciones de América.
Por ejemplo, Torrez Vázquez apunta a un incremento en las inversiones, especialmente en lo que está relacionada con la infraestructura y movilidad de mercancías, esto con respeto a la soberanía de cada país que compone la región.
«Además, deberían garantizarse las condiciones de producción, desde la mano de obra hasta insumos como la energía eléctrica o combustibles. También se necesitaría apostar al área de la ciencia y tecnología, generando condiciones para que se aumente la productividad, esto a partir de la apropiación y generación de conocimientos, así como la capacitación del personal», explora.
En esta ecuación, dice el doctor en estudios económicos por la UJAT, también se deben contemplar cambios en las políticas ambiental de la región, con el fin de proteger los ecosistemas y la preservación de los recursos naturales.

Para concluir, Cruz Díaz hace énfasis en que, antes de cualquier esfuerzo de unión latinoamericana, México debe estar al pendiente de las posibles medidas que EEUU aplique en su contra, como los amagos arancelarios, esto a partir de la asunción de Trump como mandatario, que ocurrirá el 20 de enero de 2025.
«México está en un momento histórico, en el sentido de que la coyuntura a nivel internacional se abre para aprovechar todas las oportunidades que se tengan, pero también se debe ser muy cauto a la hora de saber qué es lo que se va a hacer en materia económica y comercial. Ello marcará el rumbo del país, sobre todo porque las expectativas de crecimiento económico para 2025 no son muy halagadoras, rondan el 2% para 2025. Hay que empezar a tomarlo en cuenta», finaliza.
SPUTNIK

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