Empresa de vehículos eléctricos alemana en números rojos
SPUTNIK. En Europa una fábrica de vehículos 100% eléctricos está al borde del cierre. Se trata de la alemana Audi, la primera planta de este tipo en caer debido al desplome de las ventas. En este caso, su centro de producción en Bruselas estudia una restructuración íntegra ante la caída global de la demanda de vehículos de lujo.
¿La primera ficha del dominó en caer?
En este contexto, se habla de un hipotético cierre de la fábrica. En efecto, Audi ya valora la posibilidad de adelantar el fin de la producción en la capital europea de sus modelos Q8 e–tronic tras una caída registrada en la demanda de los pedidos de vehículos eléctricos, y los «desafíos estructurales» del emplazamiento por los elevados costes de fabricación en el territorio.
De acuerdo a los sindicatos, luego de la primera fase de restructuración, hasta 1.500 empleados, vale decir, la mitad de los trabajadores de Audi en Bruselas, podrían perder sus puestos de trabajo. La empresa ha aseverado en un comunicado que «esto podría tener un impacto sobre el empleo y podría hacer necesario desarrollar soluciones alternativas para la planta. Esto podría incluir el cese de las operaciones si no se encuentra una alternativa».
«Lo que está ocurriendo en Europa, es que, a diferencia de Asia, y específicamente en China, las restricciones a la producción son mucho menores que las restricciones que se dan en Europa. […] Esta es una lucha entre las transnacionales, donde generalmente se combina lo geopolítico con lo geoeconómico, y desgraciadamente para la población de Europa, sus gobiernos, no gobiernan para Europa, para su población, sino que gobiernan para las transnacionales, entrelazadas y ligadas con las norteamericanas. Entonces, quien paga el coste de esto termina siendo la población de Europa», indica el analista internacionalNicola Hadwa.
En este escenario, países de la UE han realizado un sondeo sobre los aranceles adicionales a las importaciones de vehículos eléctricos fabricados en China, cuyos resultados divididos, ponen de relieve los obstáculos para poner barreras a los vehículos eléctricos chinos dentro del bloque comunitario.
Hay que recordar que los aranceles provisionales europeos a los vehículos eléctricos importados desde China son de hasta el 37,6%, algo que provocó amplias críticas de las industrias nacionales y extranjeras, y de algunos miembros de la UE, incluidos Alemania y Hungría.