Entran en vigor disposiciones clave de la nueva legislación europea sobre inteligencia artificial
Este sábado 2 de agosto entraron en vigor disposiciones clave de la legislación europea sobre inteligencia artificial. Veinticinco empresas se adhirieron al código de buenas prácticas, entre ellas Google, Amazon, IBM, Microsoft y OpenAI. Entre las ausencias destacan Meta —que ya había anunciado su negativa— y firmas chinas como Alibaba, Baidu o Deepseek. Aun así, Washington mantiene su ofensiva contra esta normativa y contra la regulación europea del ámbito digital en general.
Por el momento, la legislación que regula a las grandes tecnológicas sigue adelante pese a la oposición de numerosas multinacionales y de la Administración del presidente estadounidense, Donald Trump.
Las disposiciones centrales del reglamento sobre inteligencia artificial (IA) entraron en vigor este sábado 2 de agosto, exactamente un año después de la adopción definitiva de este texto impulsado por la Comisión Europea.
Las medidas más emblemáticas se centran en los sistemas de IA de uso general, como los modelos de generación de imágenes o textos: ChatGPT de OpenAI, Gemini de Google y Grok de xAI, propiedad de Elon Musk.
Los desarrolladores deberán poner a disposición de las autoridades una documentación técnica sobre la arquitectura de sus programas y garantizar transparencia respecto a los datos utilizados para entrenarlos. Además, en materia de gobernanza, los veintisiete Estados miembros de la Unión Europea (UE) deberán comunicar a la Comisión Europea qué autoridades nacionales serán responsables de supervisar el cumplimiento de las nuevas reglas. Los proveedores de servicios estarán, por lo tanto, sometidos a una vigilancia más estricta.
“Estas reglas implican que la información sobre la manera en que se entrenan los modelos de IA será más clara, que la protección de los derechos de autor estará mejor garantizada y que el desarrollo de la IA se llevará a cabo de forma más responsable”, destacó la Comisión.
Meta rechaza sumarse al código europeo de IA
Un total de veinticinco empresas se sumaron de manera voluntaria a este código de buenas prácticas en el uso de la inteligencia artificial, entre ellas Google, Amazon, IBM, Microsoft y OpenAI. Entre las ausencias más notables figuran Meta —que ya había adelantado que no lo haría— y compañías chinas como Alibaba, Baidu o Deepseek.
Elon Musk, propietario de la empresa xAI, optó por firmar únicamente el capítulo relativo a la seguridad, sin adherirse a los otros dos apartados, centrados en los derechos de autor y la transparencia.
En el caso de Meta, matriz de Facebook e Instagram, Joel Kaplan, jefe de “asuntos globales”, denunció las “incertidumbres” que – según él – contiene el texto. Al rehusar sumarse a este inventario de buenas prácticas, el grupo fundado por Mark Zuckerberg —nuevo ahora aliado de Trump— no cae, sin embargo, en ilegalidad: hayan firmado o no, los gigantes tecnológicos están obligados en todo caso a cumplir con las exigencias europeas.
El viernes 25 de julio, Meta criticó con dureza otro reglamento europeo destinado a regular la publicidad política en Internet.
Un camino todavía largo
El desarrollo del AI Act dista mucho de haber concluido, ya que su calendario de aplicación se prolongará hasta agosto de 2027. A partir de 2026 se impondrán nuevas obligaciones a los sistemas de inteligencia artificial catalogados como de “alto riesgo”, aquellos empleados en ámbitos considerados sensibles, como la educación, la gestión de infraestructuras energéticas o el control de fronteras.
Por otro lado, la entrada en vigor del 2 de agosto no supone, sin embargo, el cierre de las disputas en torno a este texto. Una parte del sector privado —incluidas grandes multinacionales europeas— busca paralizar su avance, mientras que organizaciones defensoras de los derechos de autor consideran que sus disposiciones resultan insuficientes.
Por su parte, Donald Trump y su círculo más cercano mantienen una ofensiva permanente contra la regulación europea, de la que el AI Act constituye solo un capítulo.
Entre sus principales blancos figuran la Directiva de Servicios Digitales, que regula los contenidos en línea, y la Directiva de Mercados Digitales, que supervisa el funcionamiento económico de las plataformas digitales. Todos estos textos fueron adoptados durante el último ciclo político de Bruselas, que concluyó con las elecciones europeas de junio de 2024.
La Comisión Europea ha reiterado una y otra vez que la normativa comunitaria no está sujeta a negociación en el marco de las conversaciones comerciales entre Bruselas y Washington. Para los europeos, subraya el organismo, está en juego nada menos que la soberanía del continente.
FRANCE 24

