Entre China y EEUU: Europa se prepara para tomar una difícil decisión
SPUTNIK. La Unión Europea es cada vez más consciente del peso de Asia y China en el tablero político y económico mundial y su política exterior debe tenerlo en cuenta. Esto es lo que se desprende de la intervención de Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, en la Conferencia Anual de Embajadores Alemanes 2020. He aquí las valoraciones de dos expertos.
El 2020 se presenta como un año decisivo en el proceso de formación de un nuevo orden mundial. Por un lado, la pandemia de coronavirus se ha convertido en la primera gran crisis a la que se ha enfrentado el mundo sin un liderazgo claro por parte de Estados Unidos, declaró Josep Borrell el 25 de mayo.
Por otro, este será el año en que Alemania asuma la presidencia rotatoria del Consejo de Seguridad de la ONU, y también el año en que el país germano se pondrá al frente del Consejo de la UE, algo que ya hizo en 2007 y que fue clave para sentar las bases del Tratado de Lisboa, lo que parece indicar que Alemania adoptará el rol de líder también en estas difíciles circunstancias.
Esto hace que la UE, partiendo de Alemania, busque mantener sus posiciones fuertes en un mundo cada vez más incierto y marcado por una China con cada vez más potencial.
En este sentido, el alto representante de la UE para la Política Exterior recuerda la necesidad de contemplar a China como un socio comercial relevante cuyo «auge es impresionante y genera respeto».
Sputnik contactó con Yuri Rubinski, director del Centro de Estudios Franceses del Instituto de Europa ruso, y con Zhou Rong, experto de la Universidad Renmin de China, para comprender a cabalidad estas declaraciones.
Asia en el horizonte europeo
Rubinski considera que «no reconocer el creciente papel que juega China en los asuntos globales simplemente es imposible». El experto cree que se trata de algo evidente y que, por eso, Borrell no hace más que constatar un hecho. Y es que el desarrollo que está teniendo China confirma los pronósticos de que el siglo XXI será el siglo de Asia.
Pero ¿dónde queda Europa entre un EEUU cada vez más debilitado y una China que pisa más fuerte que nunca? El especialista chino opina que la UE es consciente del peso que está adquiriendo Asia en general y no se muestra indiferente ante ello:
«Borrell de ninguna manera apoya a Washington y no toma ninguna posición en la guerra comercial o el antagonismo político entre esta y Pekín (…). Borrell considera que Asia, en conjunto, sobrepasa a EEUU, y que se está convirtiendo en un centro de atracción a nivel mundial (…). Toda Europa está observando el crecimiento de Asia, aunque también hay ciertos temores», señala Zhou Rong.
Los temores o reservas a las que habla el experto se refieren a la preferencia que tiene Europa para que en ese auge de Asia prevalezcan los países que tengan un sistema de valores similar al europeo. No obstante, comenta el experto, eso está empezando a cambiar. Y es que «los países europeos se benefician de la iniciativa ‘Un cinturón, una ruta’, especialmente en el transporte de mercancías».
En el diseño de la esperada y necesaria estrategia europea referente a Asia, las instituciones europeas tienden a dividir el continente en virtud del principio democrático, creando dos espacios diferentes para China, por un lado, y Japón, Corea del Sur e India, por otro. Con los socios a los que considera democráticos, la UE busca colaboración, mientras que en el caso de Pekín, prefiere ejercer presión, explica Rong.
En lo que respecta a China, la idea sería «dividir gradualmente a Europa mediante un diálogo bilateral con los distintos países sobre la cuestión de la pandemia o la diplomacia, de modo que Europa no tenga una posición común sobre China».
¿Y qué hay de EEUU?
Ante este incierto panorama, cada vez suenan más alto los rumores de la necesidad de Europa de decantarse por una de las dos grandes potencias. La elección no será fácil, y el experto ruso Yuri Rubinski cree que ni siquiera habrá una decisión clara, porque esto no convendría a la UE:
«Bruselas y las principales potencias de la UE (Francia y Alemania) buscan afinidad con los americanos respecto a China, pero no de manera que tengan que renunciar (…) a sus intereses en cuanto al desarrollo de sus relaciones con China», comenta Rubinski.
«Para la UE esta elección será bastante difícil y dolorosa. Personalmente, no veo una elección clara a favor de EEUU o China, porque en ese caso los europeos tendrán que reconocerse realmente como satélites de EEUU», lo que no se corresponde con el equilibrio de poder ante una China en auge en Europa y en el mundo, concluye el director del instituto ruso.