Felipe Alou y el Salón de la Fama: una injusticia sin precedentes.

Joel Sherman.

«Felipe Alou, para mí es una candidatura que se ha perdido a simple vista. Siempre pienso en ver la historia del béisbol como si fuera un libro y que cada capítulo sirva para destacar a una persona en el orden de su importancia en el juego. Digamos que el primero fuera sobre Babe Ruth. El segundo sobre Jackie Robinson y el tercero sobre Marvin Miller y así sucesivamente. ¿Quién estaría rankeado delante de quien? Así que ayuda a enfocarme en su importancia total.

Felipe Alou posiblemente estuviera en el orden por encima de todos los demás candidatos que menciono en este artículo.

Felipe es el patriarca de la primera familia del béisbol dominicano y fue el primer jugador dominicano regular en las Grandes Ligas, preparando el camino para una de las importantes líneas de talento en el juego, pero no sin sufrir increíble racismo, especialmente en Las Menores como un jugador latino de tez oscura en los años 50’s.

Felipe Alou fue, además, un jugador brillante, acumulando más de 2,000 hits, 200 jonrones y 1,000 victorias como dirigente, algo que solo los inmortales Frank Robinson y Joe Torre han hecho además de él.

Felipe además jugó en el único outfield compuesto por hermanos junto a Mateo y Jesús. Su hijo Moisés fue un extraordinario jugador y otro hijo suyo, Luis, fue un dirigente de Grandes Ligas con los Mets y ahora es el coach de tercera de los Yankees.

Felipe no tiene un título de Serie Mundial. Su mejor chance fue eliminado en 1994 cuando se canceló la temporada por la huelga. Los Expos de Alou tenían el mejor récord del béisbol en ese momento con un róster que tenía a Pedro Martínez, Larry Walker y su hijo Moisés, quienes fueron cambiados todos en los años que siguieron a la huelga.

Aún así, el récord de Alou (.503) de por vida está en el rango de Jim Leyland (.506).

Quiero repetir que Jim Leyland fue un dirigente estelar y esto no es acerca de si pertenece o no a Cooperstown, sino para que pensemos y consideremos otros candidatos que han quedado esperando su turno detrás de él».

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