FP: ¿De la democracia representativa a la democracia participativa? #3.
Por Juan Carlos Espinal.
El Bipartidismo es un sistema de partidos políticos que favorece la aparición de dos coaliciones políticas (por lo general culturalmente antagónicas en el espectro político) para generar una exclusión o una discriminación positiva de minorías políticas, sucediendo en todas las elecciones que uno de ellos alcanza el gobierno de la nación y el otro ocupa el segundo lugar en las preferencias de voto, pasando a ser la oposición oficial al gobierno.
Los defensores de la democracia representativa argumentan que esta genera una estabilidad política a las empresas al excluir franjas sociales y políticas que en circunstancias diferentes podrían alcanzar una representación parlamentaria o presidencial.
Existen políticos neo conservadores quienes argumentan que el hecho de que excluye a estas minorías posibilita la continuidad.
El Bipartidismo de la democracia representativa es un sistema de partidos políticos que configura el Gobierno de una minoría.
Este se encuentra presente cuando el sistema de partidos favorece la aparición de dos fuerzas políticas (Gobierno y oposición), habitualmente las más votadas en el país.
Ello, excluyendo a terceros en el reparto del presupuesto. No necesariamente.
El sistema de partidos políticos de la democracia representativa nos muestra cuántos intereses económicos hay en la esfera política, cuáles son, su tamaño y su poder real.
El bipartidismo es aquel sistema en el que operan predominantemente dos tribus políticas.
Puede haber más, pero no condicionarán, o lo harán en menor medida, en la vida política.
El bipartidismo presidencialista es propio de los sistemas democráticos del liberalismo, pero con sistemas electorales de minorías.
Dentro del sistema bipartidista encontramos el voto de delegados, las encuestas, las cuotas de Mujer y Juventud, las reservas y las resoluciones administrativas.
Encontraremos a terceros partidos que solo obtienen representación después de los dos primeros aún cuando los primeros y los segundos se van turnando en el poder.
En el caso de existir algún partido más, su peso es totalmente residual, careciendo de poder real.
El Bipartidismo presidencialista supone que haya dos grandes partidos que se alternan en el Gobierno, pero permite que haya otro que pueda ser decisivo.
Este o estos terceros partidos nunca van a alcanzar el poder, pero tienen el peso electoral suficiente para condicionar algunas decisiones e incluso pueden ser determinantes para configurar el Gobierno.
El Bipartidismo presidencialista, como sistema de partidos, sucede a los sistemas electorales, es decir, se da en sistemas democráticos donde la competición electoral es polarizada en minoría.
Si existen dos partidos predominantes la polarización generan terceros partidos con poder relativo.
El PRM y Fuerza del Pueblo, por ejemplo, los dos partidos predominantes del sistema libero conservador del presidencialismo compiten por el Gobierno a través de minorias absolutas.
El partido ganador gobierna solo, no necesita coaliciones, puesto que ha adquirido mayoría absoluta en minoría.
En caso de la elección ser legal aún cuando electoralmente las candidaturas no sean apoyadas no es suficiente para que alguna coalición forme parte del Gobierno o salga electo alguien de este tercer partido.
El otro gran partido, que ha perdido las elecciones lleva a cabo la labor de oposición, también prácticamente en solitario.
Se produce alternancia en el poder cada una o dos legislaturas generalmente.
A grandes rasgos, podemos decir que en el presidencialismo el bipartidismo depende de tres factores: de la concentración del sistema electoral, de la baja oferta política y de los propios votantes.
Si el sistema electoral de un país es de minorias dominantes generalmente configura un sistema de partidos bipartidista.
Este sistema electoral se caracteriza por canalizar todos los votos en el establecimiento de escaños de los partidos más grandes.
También puede darse el caso en el que un sistema proporcional arroje resultados de sistemas mayoritarios, como la fórmula D’Hondt que, aun siendo proporcional, desfavorece a los más votados.
Que existan dos partidos predominantes desfavorece la gobernabilidad y se reduce el consenso.
Como en el presidencialismo hay muchos partidos, el principal de ellos será más estable que los demás y será más complicado aislarlo y formar un nuevo Gobierno.
En el presidencialismo Bipartidista no existe una legitimidad democrática suficiente pues la población es más plural que la existencia de los dos partidos mayoritarios.
Por lo que numerosas personas no se verán del todo representadas por ellos, lo que puede traducirse en abstención.
En el sistema Bipartidista las minorías tienden a excluir de la agenda de Gobierno a las otras minorías, ya que sus votos no suelen ser necesarios.