Para quien escribe, no deja de ser un mosaico biográfico del Balaguer que se empinó tanto en la historia contemporánea dominicana que no hay forma de desmitificarlo. Intentarlo por sectarismos ideológicos por parte de las izquierdas (con su fardo de traiciones e ineptitudes políticas y estratégicas a cuestas) o por aquellos que amamantan odios biliosos por su grandeza literaria y su oratoria que hacía temblar el auditórium, ningún acontecer empaña la gloria que le depara la historia por más que lo estigmaticen sus contrarios.
En Balaguer no hubo vanidad personal y su menosprecio no es a los pobres sino a los ricos y a los que traicionaron la esencia del nacionalismo dominicano. No hay método comparativo en este caso y el historiador José Miguel Soto Jiménez, no hace más que abrir la válvula de escape de la historia para que se analice con profundidad a Balaguer, a la luz de la filosofía estoica que puso de manifiesto.
El atildado historiador ofrece pasajes del personaje en cuestión que conoció en la infancia y, luego, en su residencia ya siendo investido de presidente de la República y le tocó desempeñar funciones como oficial militar y que, según narra en su libro El Doctor: Aproximación a un personaje premeditadamente indescifrable: “teniendo mi abuelo materno una amistad muy cercana con el personaje, fruto de esa relación cuasi parental, fui ahijado dos veces del Doctor, y que frecuentándolo ciertamente durante mi infancia, tuve una primera aproximación con esta figura muy notable, visitándolo en su hogar varias veces llevado por mis padres o por mi abuelo”.
El consagrado historiador José Miguel Soto Jiménez, con la publicación de su obra, El Doctor: Aproximación a un personaje premeditadamente indescifrable, abre un debate histórico, político e ideológico en cuanto a que se inicia la Era de Balaguer, paralelamente a la de Trujillo. Se trata de la obra mejor estructurada y de más contenido vivencial y político sobre Joaquín Balaguer. Por primera vez se estudia al genio político e intelectual que fue, a partir del pensamiento cartesiano, porque pone en contexto una filosofía que rebasa la temporalidad del mito por el dilema que representó desde el punto de vista del control de la autoridad y la cohesión estructurada con tal de no permitir los riesgos y las imprevisibles consecuencias para sostener el poder.
En tal sentido, acota Soto Jiménez que “No es una rareza tampoco, ni nada por el estilo, que llegue a pasar con Balaguer, en algún momento de la contemporaneidad, lo que de forma desconcertante, ha venido pasando con Trujillo desde hace 61 años, donde a pesar de todas las penalidades y barbaridades, indeseables e indeseadas, cada 30 de mayo, día del magnicidio, proclamado también oficialmente como día de la libertad, abunden las menciones y reportajes, no sólo en la remembranza del acontecimiento memorable, sino con la aparición de paneles, programas televisivos especiales, actos públicos, libros y revistas, sobre la figura del dictador de San Cristóbal”.
Estamos completamente de acuerdo con el prominente historiador José Miguel Soto Jiménez, al calificar a Joaquín Balaguer de personaje indescifrable, valoración que también comparten aquellos que lo conocieron de cerca y que le etiquetaron el lema: sujeto del destino. Por lo tanto, consideramos que El Doctor: Aproximación a un personaje premeditadamente indescifrable, es la obra más acertada que se ha escrito sobre su estilo de gobernar y en la que se entrecruzan: advenimiento, destino, causas y efectos, complicidad, talento superior, contradicciones al granel, desgracias, apasionadas tramas, liturgia del poder, disputas insalvables, ambición y suerte.
Nuestro apreciado historiador José Miguel Solo Jiménez establece un esquema-diseño del Joaquín Balaguer predestinado para muchos y odiado por otros. Sin ninguna duda, su estilo hermético, pragmático y controversial se resistió a los embates de fuerzas enigmáticas y situaciones provocadas que solo el genio político puede dominar.
Desde su óptica razonable y para que no quede duda del misterio que encarna la figura de Joaquín Balaguer en el presente y la posteridad, el historiador José Miguel Soto Jiménez se la juega en el bazar de las circunstancias políticas para dictar sentencia histórica sobre el Joaquín Balaguer contradictor de paradigmas:
“Nuestro hombre irremediablemente político e incorregible eximio jugador y movedor de fichas, ´domador de la fortuna´, manipulador tramado y sabichoso de un destino que, muchas veces condicionó a su voluntad, siempre apostó a prevalecer en el recuerdo, flotando ingrávido en ´ese otro mar´, del que habló Borges, el mar de la muerte, tratando de persistir en la memoria colectiva, junto al cúmulo de todos sus logros, sus hechos y sus obras, pero también, sabiendo que sería recordado igualmente con encono y resentimiento, por lo que se hereda del éxito y de la reminiscencia de sus errores, material elemental de sus victorias, las calamidades hambrientas del odio y el rencor que, como las primeras posibilidades, tienen por igual, la persistencia de esa permanencia que construyó siempre con especial esmero, bajo el lema del tahúr, de que, al fin de cuentas, ´lo importante no era ganar ni perder, sino seguir jugando´ hasta el final.