Ironía de la historia, el nazisfascismo al poder en Italia

César Pérez

Una advertencia para la generalidad de los países del mundo. Sobre sus cabezas pende el peligro del advenimiento de un poder de ese signo, terminando con las mejores conquistas democráticas obtenidas con mucha sangre.

El nazisfascismo ha ganado las pasadas elecciones en Italia, en una abigarrada rearticulación de los sectores del centro/sur y del norte de Italia que componen esa corriente política, que podría significar un gobierno breve, como es habitual en el extremo volátil sistema político italiano. Pero, una lectura de ese triunfo debe acompañarse de una reflexión sobre su significado a nivel mundial y sobre el nerviosismo vivido por los países de la UE y de sectores de la OTAN ante la pronosticada victoria de esa mezcla de soberanistas, filo fascistas y xenófobos, algunos de ellos acusados de recibir financiamiento de Putin. Esa circunstancia, además de evidenciar la complejidad de algunas coyunturas políticas, constituye otra ironía de la historia.

Ironía, porque los dirigentes de los países de esa UE/OTAN, estuvieron al borde de un ataque de nervios ante el inminente arribo al poder del nazisfascismo apoyado por Putin y la extrema derecha europea. Sin embargo, fue esa OTAN la que durante la guerra fría impuso la llamada Operación Gladio para impedir, a todo costo, que el Partido Comunista Italiano, el más grande de Occidente, asumiese el poder. A tal efecto, esa alianza apadrinó actos mortales terroristas de la ultraderecha italiana en algunas plazas y trenes repletos de trabajadores de sur.  Acciones éstas que contaron con el apoyo fáctico de las mafias siciliana, napolitana, vaticana y sarda, además de sectores del partido Democristiano que durante cuatro se mantuvo con los gobiernos más corruptos de Europa.

El objetivo de la operación Gladio era impedir cualquier gobierno que pudiese ser punta de lanza contra la ex URSS.  Hoy, los llamados neonazis, que avanzan sostenidamente en términos electorales en el referido continente, constituyen los caballos de troya con que cuenta la Rusia de Putin para subvertir la UE. Para tal fin, este apoya política y financieramente al populismo de derecha no solo en Europa, sino en América, a través de su internacional derechista.  En ese tenor, ha sido clamoroso el escándalo del llamado “oro de Moscú” que, según reputados medios, sirvió para financiar partidos y singulares individuos que configuran la nueva mayoría de derecha hoy en el gobierno italiano.

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