Islas de Sierra Leona están desapareciendo porque el océano las va cubriendo
Con el agua hasta las rodillas, Hassan muestra la inmensidad del océano que tiene ante él, en la costa de Sierra Leona: «Aquí estaba mi casa y allí, el campo de fútbol, y muchas otras viviendas… el océano lo destruyó todo».
En apenas cinco años, este pescador perdió prácticamente todo lo que constituía su vida, sumergida por el cambio climático, que amenaza a millones de personas en su país.
«No creo en absoluto que Nyangai vaya a sobrevivir», apunta Hassan Kargbo, de 35 años, mientras contempla con resignación lo que queda de su isla. «La isla está siendo engullida [por el mar], pedazo a pedazo…», dice a la AFP.
Nyangai, en las Islas Tortuga, está desapareciendo por la subida de las aguas.
Sus habitantes, considerados como los primeros desplazados climáticos de Sierra Leona, están agotados de cambiar de lugar y de perder, una y otra vez, sus casas y bienes.
A siete horas de piragua y de mar agitado desde la capital sierraleonesa, Freetown, se vislumbra por fin la isla de Nyangai, rodeada por el océano y por colonias de pelícanos.
Con sus playas de arena blanca y aguas turquesas, Nyangai parece un paraíso. Pero no tardan en verse, también, los indicios de la desolación: palmeras arrancadas por la fuerza del viento y de las olas, ramas y residuos cubriendo la playa, sacos de arena a modo de endebles murallas y muebles abandonados.
En menos de diez años, la isla ha perdido dos tercios de su superficie y ya no mide más que 200 metros de largo por 100 metros de ancho.
Cientos de personas tuvieron que abandonar la isla en los últimos años a causa de las inundaciones. Hace una década, Nyangai tenía un millar de habitantes. Ahora, no quedarían más de 300, según los jefes comunitarios.
Más de dos millones de personas que viven en la costa de Sierra Leona lo hacen bajo la amenaza de una subida del nivel del mar, según un estudio realizado en junio de 2024 por la Agencia Nacional de Gestión de Catástrofes de Sierra Leona(NDMA) y por el Internal Displacement Monitoring Centre (IDMC), principal organismo internacional de monitoreo de desplazamientos internos.
Este país de África del Oeste, de 8 millones de habitantes, es uno de los más amenazados del mundo por el cambio climático y su litoral «es muy vulnerable«, subraya el estudio, que también destaca que la población se ha empobrecido.
En Nyangai, no hay agua potable por culpa de la salinidad del suelo. Decenas de jóvenes merodean por la isla sin nada que hacer o juegan en la playa.
«Esta isla era muy grande, llegaba hasta allí», explica, con tristeza, Amidu Bureh, un pescador de 60 años.
«Teníamos muchos mangos, cocoteros, teníamos un bosque, pero el océano lo destruyó todo estos últimos años…», cuenta.
«¡El agua avanza y nos destruye a nosotros y nuestros bienes! Se ha vuelto muy difícil vivir aquí, estamos sufriendo mucho, necesitamos ayuda», grita a pleno pulmón, quejándose de que las visitas defuncionarios y de organizaciones internacionales no hayan desembocado en ninguna ayuda concreta, más allá de recomendarle a la gente que se marche a otro lugar.
Hasta dos veces lo perdieron todo y tuvieron que reconstruir su casa en Nyangai Hassan Kargbo y su familia. Pero el mar amenaza de nuevo.
«No gano mucho con mi oficio de pescadory me ha costado demasiado dinero comprar madera y chapa cada vez que he tenido que reconstruir mi casa. Vivir en esta isla es muy estresante… ya no quiero seguir así», afirma Hassan.
Por ello, ha decidido mudarse a la isla de Sei, más abrupta.