Jottin Cury Elías: jurisconsulto, académico y escritor
Cándido Girón
Poco se ha estudiado la faceta de escritor en el doctor Jottin Cury Elías, quien fuera uno de los jurisconsultos y académicos más conspicuos de la sociedad dominicana. Reconocido, además, por su escala de valores éticos y revolucionarios.
Muchos de los artículos y ensayos que escribió en el Listín Diario y otros medios, destacan su gran claridad semántica que revelaba en los lectores nuevas maneras perceptivas. En estos artículos, el doctor Jottin Cury lograba una síntesis dotada de una cualidad sublime, manteniendo siempre una activa imaginación.
El lenguaje utilizado en sus artículos tenía la particularidad del marco teórico y académico, y también las luminosas sensaciones al abordar aspectos sociales y políticos. Lenguaje que en sus cátedras universitarias buscaba conexiones con el mundo contemporáneo, revelando a sus estudiantes el interés de trazar modelos sociopolíticos para una mayor comprensión de la realidad que vivía el país en el tiempo que le tocó vivir.
El efecto de este lenguaje era avasallador, por el rigor y la profundidad de las ideas que desarrollaba a partir de nuevos significados. Se trataba de experiencias intelectuales iluminadoras, gracias a los argumentos sólidos que sus artículos y ensayos presentaban. Una diversidad de enunciados, de los cuales se extraían conocimientos valiosos, eran estudiados en profundidad por muchos profesionales del derecho e intelectuales, atraídos por la riqueza idiomática y la conexión directa con la cultura universal.
A esto se agrega la coherencia autorreferencial de sus artículos y ensayos en cuanto al modo con que elaboraba la materia escritural y temática; de igual manera, los fundamentos de sus tesis en la esfera del conocimiento concreto, sobre todo, al referirse al aquí y allá del mundo, donde el doctor Jottin Cury encontraba una gran satisfacción al captar, por ejemplo, la iluminación de los grandes pensadores de la modernidad.
Su aguda percepción, producto de su dilatada vida como académico e intelectual, le permitía escudriñar en los más diversos temas. El tiempo, el espacio y la forma expresiva se entrelazaban en sus escritos, creando un prisma de ideas y una calidad permanente en su registro. De este modo, establecía una unidad conceptual que lo posicionaba como uno de los jurisconsultos más destacados del país. Su discurso, caracterizado por una gran expresividad, siempre se mantenía inequívoco en sus enfoques. Lo desarrollaba con independencia de criterios, lo que era reconocido por aquellos que lo leían con fruición, quienes valoraban el énfasis que ponía en los aspectos abordados.
La vida del doctor Jottin Cury Elías estuvo dedicada a la jurisprudencia como doctrina personal, donde dio pruebas de su extraordinaria inteligencia. Tuvo, además, un vigoroso desarrollo al yuxtaponer lo político y académico, rasgos admirables que merecen ser ponderados con ánimo en este trabajo.
La inteligencia en el doctor Cury guarda estrecha relación con su contenido y legado. En efecto, fue poseedor de una capacidad intelectual que le llevó a explorar lo más sublime del pensamiento humanístico para crear principios éticos y convicciones que adquirieron causas concretas en cuanto a las fronteras temporales del hombre.
La vida del doctor Jottin Cury Elías rebosa de ejemplos, temple, conocimiento y solidaridad. En el tiempo que le tocó vivir, dio cátedras magistrales de su profundo dominio de la jurisprudencia, tanto en lo académico como en su ejemplo único de revolucionario aguerrido y solidario por lo cual siempre fue admirado y recordado por innumerables alumnos suyos, hoy profesionales de valía. Se le recuerda también como paladín de la dignidad y valiente nacionalista, lo cual demostró siempre sin vacilaciones.
Fue un magnífico articulista y agudo polemista. El país lo recuerda por su hazaña al lado del coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, líder del Movimiento Constitucionalista, en su rol de “canciller de hierro” como se le llegó a tildar, por su actitud ejemplar cuando se opuso a que el Departamento de Estado de los Estados Unidos pagara las nóminas de la Administración Pública, y denunciara a los Estados Unidos los desmanes de los marines de esa nación en la región Norte del país.
Al adentrarnos en su vida, nos encontramos con un enriquecedor conjunto de valores que lo caracterizaban. Su aguda crítica social, sus brillantes y persuasivas exposiciones en los tribunales de la república, y su firme compromiso con el liberalismo lo convirtieron en una figura destacada. Su pasión por esta ideología lo llevó a crear una escuela política dentro del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) durante la época en que este partido estuvo dirigido por el emblemático líder José Francisco Peña Gómez.
La validez de su legado radica en el inclaudicable compromiso ideológico que mantuvo a lo largo de su vida, siempre fiel a sus principios morales y éticos. Esta inquebrantable convicción, manifestada en su incansable lucha política y social, exalta su personalidad y la versatilidad de sus enfoques. Cabe destacar su aguda capacidad de análisis, que le permitió desenmascarar a numerosos farsantes de la izquierda dominicana a través de una feroz crítica.
Su visión social sirvió para arreciar su verbo en contra de toda reacción antidemocrática. Lo que se comprueba por los aciertos logrados como rector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD); gestión, la suya, que contribuyó a una multiplicidad de logros académicos y de investigación, y a ensanchar una filosofía social, renovada y convincente.
El doctor Jottin Cury se destacó por su dedicación al trabajo profesional y académico. Su profunda huella en la jurisprudencia lo convirtió en uno de los abogados más prestigiosos del país. Su audacia en el litigio y su dominio de los aspectos jurídicos relacionados con la soberanía nacional lo posicionaron como un referente en el ámbito del pensamiento político dominicano. Su capacidad de análisis y su compromiso con la justicia social contribuyeron a su gran desarrollo personal y profesional.
Jottin Cury Elías nació en la provincia de Barahona el 27 de diciembre de 1920, y falleció en la ciudad de Santo Domingo, el 10 de junio de 2011.