La ayuda alimentaria se descompone bajo el sol mientras la hambruna persiste en Gaza

Bajo el sol abrasador del verano, cajas con alimentos se descomponen a la intemperie en el cruce fronterizo de Kerem Shalom, del lado de la Franja de Gaza. Aves de rapiña sobrevuelan las cajas de ayuda humanitaria que deberían ser distribuidas entre los afectados en Gaza quienes padecen una hambruna sin precedentes.

En la zona se apilan sacos de harina rotos, botellas de aceite expuestas al sol, paquetes de pasta cubiertos de moho y cajas perforadas de zumo. Algunas llevan los sellos de agencias de la ONU como UNICEF y el Programa Mundial de Alimentos, así como de ONG como World Central Kitchen. No hay coberturas ni refrigeración.

«Israel no limita el flujo de ayuda; el problema es la recolección y distribución», subraya Halabi en respuesta al portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, quien el día anterior había explicado que para que sus conductores accedan a los suministros en el cruce necesitan múltiples permisos, una pausa en los bombardeos y que se abran las puertas de hierro del paso fronterizo.

La portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), Olga Cherevko, confirmó que «la comida se echa a perder mientras espera ser recogida» y sugirió que organizaciones como la Fundación para la Ayuda Humanitaria en Gaza (GHF), que gestiona la distribución en cuatro puntos del enclave bajo control militar israelí, operan con mecanismos distintos y posibles escoltas armadas, lo que facilita su acceso

Según el Ministerio de Sanidad gazatí, al menos 113 personas han muerto por malnutrición desde el inicio de la ofensiva israelí el 7 de octubre de 2023. Los niveles de desnutrición se agravaron este marzo con el cierre total de accesos, durante las cuales no se permitió la entrada de alimentos, medicinas ni combustible, lo que ha disparado este tipo de muertes en las últimas semanas.

Aunque Israel reabrió parcialmente los cruces a fines de mayo, el flujo de ayuda sigue siendo muy limitado y su distribución dentro de Gaza se mantiene bajo alto riesgo. Además, más de 1.000 gazatíes han muerto por disparos del Ejército israelí cerca de puntos de reparto o rutas de distribución, según fuentes médicas del enclave.

Mientras persiste el cruce de acusaciones entre Israel y la comunidad internacional, los alimentos siguen descomponiéndose bajo el sol.

ECUAVISA

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