La brecha del PIB entre EEUU y Europa alcanzó el 80%
SPUTNIK. El dato fue elaborado por el diario francés ‘Le Monde’, que asegura que la economía del llamado viejo continente está siendo duramente afectada por su decisión de cortar el suministro de combustibles fósiles rusos.
Según precisa el medio parisino, en 2008 la eurozona y los Estados Unidos tenían un producto interior bruto (PIB) a precios corrientes equivalentes de 14.200 y 14.800 millones de dólares, respectivamente.
Quince años después, la realidad es muy distinta: el PIB de los europeos apenas supera los 15.000 millones, mientras que el del país norteamericano, incluso con una economía que ha exhibido un crecimiento bajo en los últimos años, ya alcanza los 26.900 millones, según los datos que exhibe el medio francés.
Esta disparidad representa una diferencia del 80% entre los dos, confirmando el empobrecimiento general de Europa, incluso en sus países históricamente más ricos.
Ante la evidencia, Le Monde afirma que el continente y en particular Alemania, su corazón industrial, son ahora «solo una sombra de lo que alguna vez fue», y menciona entre las razones de su colapso económico la decisión de limitar fuertemente las importaciones de combustibles fósiles provenientes de Rusiatras el inicio de la operación especial militar lanzada por Moscú el año pasado.
La dramática situación por la que atraviesa el continente europeo fue dejada todavía más en evidencia por el Centro Europeo para la Economía Política Internacional, un grupo de expertos con sede en Bruselas que publicó recientemente una clasificación del PIB per cápita de los estados americanos comparado con las naciones que utilizan el euro.
En la lista, consignada por el diario francés, el PIB de Italia está apenas por delante de Misisipi, el más pobre de los estados americanos, mientras que Francia se sitúa entre Idaho y Arkansas, que ocupan el antepenúltimo y el penúltimo lugar de los estados más ricos de EEUU, respectivamente.
«Alemania no salva las apariencias, y se ubica entre Oklahoma y Maine [que ocupan el lugar 38 y 39 de PIB en creación de riqueza entre los estados americanos]», apunta el diario.
Este empobrecimiento ya venía siendo el foco en las últimas semanas de numerosos artículos de diarios occidentales, sorprendidos por esta brecha económica.
Por ejemplo, el diario británico Financial Times publicó una nota el pasado 11 de agosto en la que se preguntaba: «¿Es realmente el Reino Unido tan pobre como Misisipi?», afirmando que la economía británica se encuentra medio dormida, se tropieza (en lugar de correr) y solo se detiene para «cometer actos ocasionales de autosabotaje atroz».
«Los europeos se enfrentan a una nueva realidad económica que no conocían desde hace décadas: son cada vez más pobres «, aseveró por su parte el Wall Street Journal el 17 de julio en un artículo.
«La vida en un continente largamente envidiado por los extranjeros por su estilo de vida gozoso está perdiendo rápidamente su brillo a medida que los europeos ven desvanecerse su poder adquisitivo. Con el gasto de consumo en caída libre, Europa entró en recesión a principios de año, reforzando una sensación de relativo declive económico, político y militar que comenzó a principios de siglo», escribió el diario.
Y añadió: «Los franceses comen menos foie gras y beben menos vino tinto. Los españoles están escatimando en aceite de oliva. Se insta a los finlandeses a utilizar los saunas en los días de viento, cuando la energía es menos costosa».
«En toda Alemania, el consumo de carne y leche ha caído al nivel más bajo en tres décadas y el mercado de alimentos orgánicos, que alguna vez estuvo en auge, se ha derrumbado. El ministro de Desarrollo Económico de Italia, Adolfo Urso, convocó a una reunión de crisis en mayo sobre los precios de la pasta, el alimento básico favorito del país, después de que aumentaron más del doble de la tasa de inflación nacional», argumentó la publicación.
El artículo explicó que los altos costos de la energía y una inflación desenfrenada a un nivel no visto desde la década de 1970 están debilitando la ventaja de precios de los fabricantes en los mercados internacionales y destruyendo las alguna vez armoniosas relaciones laborales del continente, añadiendo que sus políticos no hacen más que agravar este problema con malas decisiones económicas.