La Iglesia denuncia los desafíos que enfrenta el sistema de salud dominicano
La Conferencia del Episcopado Dominicano (CED), denunció este lunes los desafíos que enfrenta el sistema de salud dominicano, entre ellos la falta de recursos humanos, económicos y la deficiencia de sus estructuras.
“No se percibe con claridad, una política pública para afrontar la gestión misma del sistema de salud, temas como la salud mental, las dificultades de los usuarios con las Administradoras de Riesgos de Salud (ARS) y las Prestadoras de Servicios de Salud (PSS) del sector público y privado”, resaltan los obispos en un documento con motivo del 181 aniversario de la Independencia Nacional.
En el documento, la Iglesia católica local exhorta a los dominicanos a ser signos de esperanza para los enfermos, jóvenes, adultos mayores, pobres, internos de las cárceles, y el medio ambiente.
Asimismo denuncian la amplia brecha existente entre ricos y pobres y reseñan que en la actualidad la tasa del desempleo y el alto costo de la canasta familiar.
“Por lo tanto, consideramos que es necesario continuar creando políticas públicas, donde todos puedan tener acceso a una salud integral, vivienda digna y educación de calidad”, resaltan.
Del mismo modo, los prelados lamentan la situación de los jóvenes que no trabajan ni estudian, los llamados nini, e invitan a la sociedad a definir prácticas que los ayuden a salir de “tanta confusión”, recuperar la esperanza y el sentido de la vida.
Hemos de preguntarnos ¿Qué prácticas y actitudes podrían ayudar para que nuestros jóvenes salgan de tanta confusión y recuperen la esperanza y la belleza del sentido de la vida?”, indican en el documento.
También hacen un llamado a “tener mejores atenciones con nuestros adultos mayores que, en ocasiones, son excluidos de la vida familiar, experimentan soledad y abandono”.
También, los obispos insisten en su mensaje en que se concretice la reforma policial ya iniciada.
Los dominicanos anhelamos vivir en un ambiente de seguridad ciudadana y para ello urge que se concretice la reforma policial ya iniciada, se fortalezca la justicia, y se promuevan políticas a favor de la comunidad, que nos ayuden a combatir los distintos tipos de violencias: familiar, institucional, delincuencial, etc”, precisan.
Además, reconocen mejoras en el sistema penitenciario, “sin embargo, muchas cárceles de nuestro país son lugares inhóspitos e incapaces de realizar su rol regenerador”.
“La función de las cárceles y del sistema penitenciario no se limita a la reclusión, sino que se orienta hacia la rehabilitación, a la reinserción social del recluso, ofreciendo 3 oportunidades en educación, formación moral, espiritual, y promoviendo las condiciones para el cambio de vida”.
Con respecto a los migrantes, destacan que “esta situación no puede seguir siendo una baraja que se juega a conveniencia de los vaivenes políticos, sino que ha de abordarse con seriedad, tomando en cuenta la particularidad de la época en la que vivimos y del impacto que en la misma tiene el fenómeno de la movilidad humana”.
“Invitamos a las autoridades a cumplir su función, respetando la dignidad humana”, expresaron.
Con relación al medio ambiente, el Episcopado reiteró la importancia de protegerlo ante los impactos negativos de la industria minera y motiva a “promover la adopción de buenas prácticas para la gestión de desechos tóxicos, así como el respeto a las comunidades que de una forma u otra son afectadas”.
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