La Real Academia de Ciencias pide mejorar el conocimiento de los fondos marinos antes de iniciar proyectos mineros
La Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de España (RAC) ha pedido una “pausa precautoria” de la explotación minera en los fondos marinos y aconseja iniciar un proceso de estudio para mejorar el conocimiento acerca de estos ecosistemas.
La institución, a través de su informe “Retos y oportunidades de la ciencia española en una sociedad globalizada”, avisa que no se debe llevar a cabo un proceso de minería en los fondos marinos sin antes estudiarlos y entender qué implicaciones medioambientales tiene en estos ecosistemas.
En España existen varios yacimientos marinos de tierras raras, telurio y cobalto, materiales muy cotizados dentro del mercado internacional para la creación de equipamientos y el desarrollo de dispositivos tecnológicos.
No obstante, los fondos marinos donde se encuentran estos minerales son muy frágiles y presentan un equilibrio crítico, por lo que la explotación minera y la liberación de sedimentos en estas áreas podrían tener efectos devastadores en los biomas marinos a nivel nacional y global.
Para evitar esto, la RAC exige que se inicie un proceso de estudio eficaz que permita conocer las consecuencias medioambientales de estos procesos y aboga por priorizar el reciclaje de materiales terrestres presentes en muchos bienes, como teléfonos o baterías de coche, para minimizar el impacto medioambiental de los fondos marinos.
“Hay que conocer esos efectos e incentivar tecnologías para mitigarlos. Es necesario trabajar hasta conseguir estándares científicos que garanticen la preservación ambiental de los ecosistemas abisales.” informa la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de España.
Falta de financiación
La RAC ha expuesto su descontento con la situación actual del mecenazgo para investigaciones científicas.
De acuerdo a la institución, se deben incrementar las ayudas económicas destinadas a financiar proyectos de investigación de naturaleza pública y público-privada, a la vez que es necesario reducir la carga burocrática, al considerar que “lastran la solicitud, ejecución y evaluación de proyectos científicos”.
De manera complementaria, la RAC habla sobre la importancia de iniciar procesos internacionales que permitan “superar los desafíos que plantea la ciencia básica”, enfatizando la diferencia de financiación y eficiencia que existe entre las instituciones nacionales y las de países del entorno.
Consumo energético de la IA
La Inteligencia Artificial también se presenta como un gran desafío medioambiental dentro del informe, especialmente su uso y su sistema productivo.
Según los datos de la RAC, solo en enero de 2023 se registraron en ChatGPT un total de 590 millones de personas, lo que implica un consumo de electricidad equivalente al consumo anual de 175.000 personas.
Además, la huella de carbono de la IA depende directamente de su eficiencia y ubicación, lo que dificulta establecer un control y un consumo estimado por países para construir un marco regulador común.
Actualmente se está trabajando en el desarrollo de marcos de actuación y algoritmos que permitan la gestión dinámica de los servidores, así como ajusten los sistemas de enfriamiento y mejoren la asignación de recursos.
“La realidad es que la IA tiene mucho impacto en el gasto de energía y agua. Hay algunas fórmulas para aliviar el problema, como son los llamados ‘algoritmos verdes’. Otras opciones son la reducción de memoria y complejidad computacionales y el aumento de la calidad de los datos a procesar”, explica el vicepresidente de la Rac, Esteban Domingo,
EFE VERDE