La responsabilidad política del origen histórico de Fuerza del Pueblo.

Por Juan Carlos Espinal.

Allí donde las instituciones públicas se derrumban o donde la base social es frágil o inclusive inexistentes el papel de la Fuerza del Pueblo debe ser distinto en todo sentido al que representa frente al gobierno del Presidente Luis Abinader 2020-2024, en las formas de gobierno que tienen continuidad institucional.

En tales situaciones, la única alternativa a largo plazo, ante la inestabilidad de una sociedad política corrompida es una fuerte organización partidaria.

El partido no debe pasar a ser una organización suplementaria ni ser dominada su militancia por las tribus en conflicto, el afán de las encuestas, el protagonismo mediático o la discriminación selectiva.

El partido es la fuente de legitimidad de su autoridad.

Cuando existe base social de sustentación política el crecimiento de los partidos se afianza en las Direcciones Medias y de Base elementos indispensables de soberanía popular.

Fuerza del Pueblo nunca debe olvidar que las acciones del gobierno del PRM son legítimas mientras reflejan la voluntad del pueblo.

Allí donde las instituciones nacionales son aplastadas por el orden establecido la democracia depende de la movilización.

Los derechos sociales, políticos y económicos emergen para sumar intereses colectivos, servir de nexo entre las fuerzas sociales y el partido.

Fuerza del Pueblo debe y tiene que ser un instrumento fiel al cumplimiento del Estado de Derecho.

Su burocracia debe ser estructurada como un sistema basado en el mérito que es una institución más moderna que el grupismo que funciona sobre la base del padrinazgo, la influencia y la conculcación.

Por consiguiente, los promotores de la modernización así como los defensores de la transformación deben rechazar la antigua tradición de denigrar al partido.

Es en ese plano político donde la sociedad se unificará a un partido políticamente estable.

Los partidos políticos tradicionales como el PRSC, PRD y PLD persiguieron el poder a expensas de su militancia y no lograron lo Uno porque descuidaron lo otro.

La modernización política implica la racionalización de la autoridad, la diferenciación de las antiguas estructuras de formación política, pensamiento y la ampliación de la participación en el sistema establecido.

Fuerza del Pueblo no puede y no debe ser una organización cualquiera.

Si Fuerza del Pueblo puede establecer en forma directa un sistema de gobierno ampliado puede también participar en el sistema establecido.

La experiencia sugiere la posibilidad de que exista una correlación de fuerzas inversa entre la expansión política, el crecimiento Electoral y la validación presencial del Padron Electoral.

La primera experiencia de gobierno de Leonel Fernández se produjo entre 1996-2000 y la segunda entre 2004-2012.

En la tercera ocasión será la participación popular de las Direcciones Medias y de Base lo que ampliará el indicio de Restauración democrática

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