Lo que podría obligar a Rusia lanzar «ataque nuclear preventivo»
REDCOM. Occidente no se da cuenta de que, en caso de que Ucrania se abastezca de armas nucleares, será posible un «ataque atómico preventivo«.
Esta afirmación la hizo el vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, Dmitri Medvédev, al hablar con los periodistas durante su visita a Vietnam.
«Hay leyes irreversibles de la guerra. Si se trata de armas nucleares, hay que hacer un ataque preventivo«, concluyó el político.
Medvédev dijo que los países de la OTAN no comprenden del todo la probabilidad de un desenlace de este tipo y subrayó que en determinadas condiciones sí es posible.
Rusia en reiteradas oportunidades ha afirmado que nunca será la que dé el primer golpe nuclear contra otra nación a menos que la existencia de Rusia y de su pueblo estén gravemente amenazada.
A su vez, en no pocas oportunidades, varios personeros del «Gobierno» ucraniano han declarado de forma abierta que aspiran disponer de armas nucleares y apuntar directamente contra el Kremlin.
Son nada más que declaraciones absolutamente irresponsables que solo pudieron decirse bajo la bendición de los líderes de la Alianza Atlántica.
El riesgo de una Tercera Guerra Mundial con un tono nuclear se incrementa cada día más con declaraciones impunes de estos politiqueros ucranianos que solo se atreven a hacerlas bajo la bendición de los líderes de la OTAN.
¿Acaso creen que un golpe nuclear repentino contra el Kremlin supondrá una victoria? Ante el hipotético (e improbable caso) solo conducirían al mundo entero a la autoaniquilación.
Un evento nuclear que decapite al alto mando ruso activaría el sistema de control automático de ataque nuclear de represalia «Mano muerta».
Esta, tras comprobar por medio de sus sensores distribuidos por todo el país que efectivamente sucedió un ataque nuclear y al no recibir respuesta por parte de la cúpula política y militar rusa, activaría una secuencia de ataques nucleares contra los enemigos del país.
Los líderes de la OTAN juegan con fuego pensando que están fuera del alcance de una respuesta rusa. Así que siempre es mejor no indignar al «oso durmiente».
Fuente: Líneas Rojas