Masalles lamenta Baní es pueblo descuidado
H. El obispo de la diócesis de Baní, Víctor Masalles Pere, considera que la termoeléctrica de Punta Catalina contamina el aire y el suelo, amenaza la salud de los habitantes; mal sumado a la carencia de empleo, a los altos índices de la violencia y a otros problemas estructurales.
Baní ha sido un pueblo descuidado desde los años 80 y eso ha cambiado la fisonomía del banilejo”, dijo.
Dice que la contaminación de Punta Catalina ha sido comprobada por un informe de la Universidad Duke del Carolina del Norte, que le fue entregado al presidente Luis Abinader, en una labor con el Comité de Lucha Contra el Cambio Climático y la iglesia.
El informe establece que los materiales que salen de Punta Catalina exponen gravemente la salud de la población del derredor, el cual corrobora otro estudio serio de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), por lo que esperan la respuesta del mandatario.
La sociedad banileja desea que Punta Catalina sea convertida de carbón a gas natural, para que contamine menos a la gente y a la zona agrícola.
En un ejercicio de justicia, Masalles Pere conoce al presidente Abinader haber dado solución o estar en proceso de reparación de siete de ochos problemas estructurales en Baní, como la construcción del recinto de la universidad estatal, para el que dispuso de una partida de RD$68 millones.
La construcción de la planta de tratamiento de aguas residuales, para evitar la contaminación del río, con un presupuesto de RD$130 millones.
La construcción del puente de Pueblo Nuevo, la rehabilitación del acueducto de la parte norte y la puesta en funcionamiento de la Zona Franca.
Queda pendiente la canalización del río Baní, que pone en peligro de ser arrasado por el río al sector Santa Rosa y a otros barrios. Asume que por primera vez un presidente mira el Sur del país con atención.
Omisión de Baní.
Masalles Pere sigue preocupado por estragos que le provocado al pueblo la histórica desatención. “El banilejo de antes era trabajador, era limpio; las mujeres salían a las calles a barrer”.
Indica que los trabajadores se han ido a Boston en Estados Unidos o la capital dominicana a hacer colmado. “Abandonaron a Baní”. Cita que participó de un encuentro con 18 mil banilejos en Boston, muchos de los cuales se dedican al negocio de colmados.
Un dolor de cabeza para el obispo católico y las familias “es la vergüenza de los colmados en Baní, que sirven bebidas con mujeres vestidas con poca ropa, de lunes a domingo”.
El filósofo de origen catalán repasa el drama del desempleo entre los 180 mil habitantes, de los que la mitad son económicamente activos, con unos 12 mil ciudadanos menos.
Teme que los desempleados busquen socorro económico en la delincuencia, en la droga o en la prostitución; “de una manera o de otra”.
Reconoce que el mercado de la droga es elevado y difícil de detener, aunque las autoridades antinarcóticas “están fajadas en Baní”.
Educación socio-afectiva contra la violencia
El obispo lamenta los feminicidios y el fenómeno de la violencia social y el que dos personas se peleen con machete o pistola por un accidente de tránsito, contrario a Japón, que ante un choque, los dos ciudadanos salen a ver si están bien.