Netanyahu pide en EEUU la cabeza de Irán, aliado de Rusia
Alfredo Jalife-Rahme
Irán, encrucijada de transportes geoeconómicos, se convirtió en el nuevo foco de fractura global cuando Netanyahu pidió su decapitación formal en su maniqueo discurso al Congreso de EEUU, mientras Moscú y Teherán debaten la posible firma de un tratado estratégico de cooperación integral que podría cerrarse en la próxima cumbre de los BRICS.
El ataque de la guerrilla sunita palestina Hamás a Israel el pasado 7 de octubre descarriló el proyecto de un corredor geoeconómico que pretendía conectar a la India con el golfo Pérsico (Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos) y Jordania con Israel, según comentó en su momento el hoy atribulado presidente Joe Biden.
Más allá de su guerra contra Hamás en Gaza, el objetivo verdadero del primer ministro israelí Benjamín Netanyahusiempre ha sido aniquilar a Irán, lo cual resaltó en su polémico cuan maniqueo discurso ante el Congreso de EEUU, donde arremetió contra Irán como la fuente principal de la violencia en el Oriente Medio: «Irán está virtualmente detrás de todo el terrorismo, toda la turbulencia, todo el caos, todas las matanzas».
En su interminable diatriba contra Irán, el primer ministro Israelí intentó amarrar navajas de este último contra EEUU y los «amigos(sic) árabes» de Israel: «en Oriente Medio, el eje del terror de Irán confronta a EEUU, Israel y a nuestros amigos árabes». Nótese que coloca a EEUU antes que a Israel.
Ya sin el menor recato, afirmó que Irán «promueve y financia» las protestas contra Israel en EEUU y, encarrerado en su galope alucinatorio, llegó hasta a conjeturar que Irán se encontraba detrás del atentado contra Trump.
El diario The Jerusalem Post, pone en relieve la quinta esencia de la diatriba de Netanyahu contra Irán al advertir al Congreso estadunidense que «nuestros enemigos son sus enemigos» y que «se requiere de una alianza regional (sic) para combatir a Irán». Destaca la frase: «Cuando combatimos a Irán estamos combatiendo al más radical y enemigo asesino de EEUU».
The Jerusalem Post explaya que «la nueva alianza regional para combatir a Irán, debe ser una extensión natural de los innovadores Acuerdos Abraham», por lo que debe llamarse la «Alianza Abraham», que es una «forma medioriental de la OTAN».
Según la solipsista interpretación de Netanyahu: «Irán entiende que para conquistar EEUU debe conquistar primero Oriente Medio». Más aún: «cuando Israel se compromete en esa batalla y trabaja para prevenir a un Irán nuclear, no solamente nos protegemos (nota: a Israel), sino que los estamos protegiendo a ustedes (nota: a EEUU)».
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, Náser Kanaani, replicó en forma serena que «los niños palestinos son masacrados diario por el carnicero de Tel Aviv y, frente a todos esos crímenes, el Gobierno de EEUU y su Congreso reciben a este verdugo con aplausos».
Cada vez se asienta más que, para Israel, sus «siete frentes» (ministro de Defensa Yoav Gallant dixit) se condensan en uno solo: liquidar a Teherán.
El comandante de la Fuerza Aérea israelí, Tomer Bar, afirmó que su reciente ataquecontra los hutíes de Yemen tenía como objetivo también a «Oriente Medio, así como a Hizbulá y a Irán».
Como habíamos evaluado, es altamente probable que la cantada invasión al Líbanopara erradicar a la guerrilla chiíta Hizbulá tenga lugar después del periplo de Netanyahu a Washington, cuando abiertamente el Ejército israelí se encuentra listo para su «guerra total» contra Hizbulá.
Ya se sabía de las tratativas entre Rusia e Irán para un estratégico Tratado de Cooperación Integral (TCI), que llevaba negociándose hace dos años y medio. Nada casualmente, en vísperas de la aparición controvertida de Netanyahu ante el Congreso de EEUU —cuando la prensa israelí dejó filtrar que su punto de ataque principal sería su obsesión añeja de aniquilar a Irán—, el vicecanciller ruso, Andréi Rudenko, comentó que Moscú y Teherán estaban muy cerca para finalizar el tratado.
El contenido del TCI no es público, pero seguramente exasperará de sobremanera a la anglosfera y a la OTAN.
La agencia iraní IRNA reportó que el reciente presidente electo iraní, Masud Pezeshkián, afirmó que su país estaba dispuesto a firmar el histórico TCI en la próxima cumbre de los BRICS+ en Kazán, que se llevará a cabo del 22 al 24 de octubre.
Aparentemente, a Netanyahu le quedan tres meses para aniquilar a Irán, ya que después de la firma histórica del estratégico TCI entre Rusia e Irán será muy difícil que su «Alianza Abraham», como apéndice de la OTAN, se atreva a hacerlo. Además, el corredor geoeconómico de Rusia e Irán no va solo, sino que se acopla con los tres proyectados corredores geoeconómicos de Rusia con India.