¡Nunca más! es un grito de lucha en el Chile mancillado de Allende
AL MAYADEEN. Al grito de ¡Nunca Más!, miles de mujeres rodearon el Palacio de la Moneda, sede de la presidencia en Chile, para iluminar la noche en la víspera del aniversario 50 del golpe de Estado a Savador Allende.
Su acto superó el simbolismo de lo histórico para desafiar a las autoridades que por estos días reprimieron en diversos puntos de la capital a familiares y amigos de los miles de asesinados y desaparecidos durante casi dos décadas del régimen dictatorial (11 de septiembre de 1973 – 11 de marzo de 1990).
Otros espacios e instituciones oficiales sumaron sus demostraciones al sentir nacional sobre la importancia de recordar los sucesos vividos hace medio siglo en el cono Sur, para conjurar la posibilidad de repetirlos en el presente o futuro inmediato.
En especial, la universidad chilena, testigo de tantos horrores bajo la mano dura del general Augusto Pinochet, organizó conferencias y actos culturales para recibir la fecha patria, e iluminó su fachada con el actual grito de combate.
Aunque el acto oficial será este lunes en La Moneda, desde días antes las calles de Santiago de Chile vistieron de recuerdos con las fotos de los hérores y mártires de la etapa más difícil para la democracia en varios países de América Latina, y carteles de denuncia o aliento, pues ambas emociones se superponen en esta conmemoración.
No fue este un homenaje desde la reflexión sobre un pasado superado en la nación andina, sino un eco de las luchas por lo no alcanzado como país y región, por el rescate del proyecto social de Allende y por el derecho a llorar y celebrar con respeto las vidas sacrificadas para salir de esa etapa ignominiosa.
Tales propósitos, aún no entendidos o temidos por algunas autoridades, fueron sofocados en estos días con gases lacrimógenos, reprimidos con vehículos blindados y mancillados incluso en el Cementerio General de Santiago, donde aguardan sin descanso los restos del presidente inmolado el 11 de septiembre de 1973 en el país de las grandes alamedas.