Obispo paraguayo denuncia el despojo y la violencia contra los pueblos originarios

Durante una homilía dominical, monseñor Miguel Fritz, obispo del Vicariato Apostólico de Pilcomayo, denunció las injusticias estructurales que viven los pueblos originarios en Paraguay, señalando directamente al Estado, a las élites económicas y al Instituto Paraguayo del Indígena (INDI) por su responsabilidad en el despojo de tierras, la falta de políticas públicas y los desalojos violentos que se repiten en todo el territorio.

El prelado afirmó que en el país el bien común sigue siendo una quimera, porque persiste una profunda ausencia de justicia. Cuestionó con dureza el papel del INDI, institución que —dijo— “alguna vez debería cumplir su función”, y vinculó su falta de acción con un clima creciente de discriminación que se expresa incluso en la capital, donde vecinos rechazaron la ubicación de la sede del organismo. Para Fritz, este hecho es un “triste testimonio” de cómo los pueblos originarios continúan siendo tratados como “sin tierra, sin calle y sin justicia”.

En su mensaje, el obispo describió un ciclo sistemático de exclusión: comunidades expulsadas de sus territorios ancestrales por el avance del agronegocio y por intereses de estancieros, y luego desplazadas también de los espacios urbanos donde buscan refugio.

No son solo sin tierras, son sin calles; sin ningún lugar donde sean bien recibidos”, lamentó. También citó a monseñor Gabriel Gavilán para subrayar la contradicción entre el orgullo oficial por la lengua guaraní y el desprecio histórico hacia quienes mantienen viva esa herencia cultural: “Valoramos al Guaraní, pero no a quienes nos lo heredaron”.

Fritz reclamó al Gobierno la falta de presupuesto para cumplir los derechos colectivos reconocidos en el propio Plan Nacional de Pueblos Indígenas, denunciando que se trata de un marco normativo “vacío”, sin financiamiento y sin voluntad política para implementarlo.

 

Obispo paraguayo denuncia el despojo y la violencia contra los pueblos originarios
Mujeres de la comunidad indígena Sawhoyamaxa celebran en Asunción (Paraguay) el 11 de junio de 2014. Foto: EFE / Santi Carneri.

 

Señaló, además, que el problema de fondo es la tierra, y condenó los desalojos violentos de comunidades enteras, tanto a manos de fuerzas de seguridad como de guardias privados contratados por grandes propietarios.

Frente a estos hechos, denunció la impunidadque protege a quienes invaden territorios indígenas, desplazando comunidades ancestrales con total amparo institucional.

El obispo también advirtió sobre la grave deforestación del Chaco, señalando que en los últimos cinco años han desaparecido más de 286 mil hectáreas, en un proceso acelerado por el modelo extractivo que avanza sobre ecosistemas frágiles y territorios indígenas sin consulta previa y sin reparación.

Fritz hizo un llamado a construir una sociedad más justa, que coloque los derechos colectivos sobre “la roca”, no sobre intereses particulares. Invitó a las y los fieles a comportarse “como una verdadera familia”, colocando la dignidad de los pueblos originarios en el centro del camino hacia el bien común, en un Paraguay marcado por desigualdades históricas que siguen sin resolverse.
TELESUR

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