Pitcher espirituano se recupera tras ser sometido a tratamiento con células madre

CD. Apenas la COVID-19 llegó a Cuba por Trinidad, Roberto Hernández Navarro recogió sus bártulos y partió con su familia hasta su natal Batey Colorado, en Yaguajay.

“Lo hice por cuidar mi salud y la de mi familia, eso es lo principal, por difícil que sea la cuarentena”, dice y trata de ver lo positivo de esta quietud, que le ha servido para alargar la recuperación, luego de que una lesión en el codo le impidiera seguir tras ser el jugador más valioso de la Serie Nacional Sub-23 y resultar sensación con su récord de ponches, su cero hit-cero carreras y sus 93 millas.

Entonces se sometió a varias pruebas, sin luces sobre su dolencia. Hasta que por medio de Francisco Montesinos, médico del equipo nacional de béisbol, llegó al  Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas en la capital cubana y allí atendido por el doctor y multiespecialista Ricardo Anillo. “Fue increíble. No pensé que me iba a atender como lo hizo, pues lo molesté fuera de su horario de trabajo. Es un proceso doloroso, pero muy efectivo, y el tratamiento fue de excelente calidad”.

El propio doctor lo corrobora a esta reportera, a quien también atendió amablemente a través del teléfono: “El tratamiento con células madre se aplica en todo el mundo, es ciencia constituida. A él se le hizo lo que científicamente se puede hacer en Cuba con la calidad que lleva, se le puso la mejor, la autóloga, o sea de él mismo, las células se activan, se les da un proceso de centrífuga y se le ponen en la zona dañada. Se le hicieron muchos estudios, pero no es solo una lesión, sino varios poquitos de lesiones que forman el codo del lanzador”.

Acerca de las ventajas refirió que “favorece la mejoría de la estructura y permite una buena rehabilitación. No es la gota que colma la copa, pero siempre va a ser mejor que el medicamento porque es natural. No es que se haga esto y aumente 7 millas de velocidad. Este tratamiento le va a permitir rehabilitarse bien, para que pueda hacer una buena recuperación, un buen fortalecimiento y un trabajo armónico, para después hacer la técnica. Él sabe que tiene que fortalecer sus planos musculares con su preparador físico, no puede empezar a lanzar si no hace eso porque se vuelve a lesionar. Esto no trata la consecuencia, si no la causa. Hay quien queda bien, hay quien queda regular y hay quien queda mal. Tiene que aprovechar el tiempo y hacer todo lo que se le ha indicado”.

Robertico ha seguido al pie de la letra los protocolos. “Hice como 20 sesiones de rehabilitación en Topes de Collantes y seguí el trabajo de fortalecimiento como parte de la preparación del equipo. “Esta parada hasta cierto punto me ha venido bien porque he tenido más tiempo de recuperación. Aquí en el patio de la casa tengo varios equipos que he preparado a lo largo del tiempo. Estoy haciendo todo lo que Ismel me manda para el entrenamiento a través de WhatsApp. No he dejado de tirar, lo hago a distancia buscando potencia, trabajo en el gimnasio, hago carreras de velocidad…”.

Él ya se probó previo a la COVID-19. Fue en un inning frente a los juveniles durante los juegos de preparación de los Gallos. “Comencé sin mucha intensidad, pero incrementando la cantidad de lances aumenté un poquito la velocidad sin molestias, me sentí duro. El brazo hasta ahora me ha respondido, aquí le he puesto a la bola y nada, dentro de lo que cabe me siento con fortaleza. Quiero ir poco a poco, esperar a que todo empiece a ver qué sale”.

Varias bibliografías abundan en el tratamiento exitoso de las células madre. Cuba lo aplica desde el 2004 con cerca de un 85 por ciento de índice de recuperación en especialidades como Ortopedia y Traumatología, Angiología y otras que la asumen como alternativa eficiente para evitar la cirugía y una recuperación a largo plazo.

Deportistas de fama mundial refrendan su valía, entre estos el tenista Rafael Nadal y el futbolista Cristiano Ronaldo. Uno de los casos más connotados fue el pitcher de las Grandes Ligas Bartolo Colón, quien parecía desechado a los 36 años, pero pudo retornar y ganar otros 45 millones de dólares, el 10 por ciento de los cuales debió pagar a los médicos que le devolvieron el brazo, tras un proceso de reclamación judicial.

Roberto sabe de este y otros casos. “Por lo bueno que es, sé que en el mundo es muy caro. A mí no me costó un quilo”.Mientras espera por el inicio de la Serie Nacional y su inserción en el centro nacional de talentos, se despeja y se protege, cerca del arroyuelo, de su familia, en especial de su pequeño, que también aprovecha la “libertad” del campo para corretear a sus anchas “Este loquito está acabando aquí donde todo es más sano”.

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