«Se están empobreciendo»: advierten que Europa vive una realidad económica compleja
SPUTNIK. Las sanciones occidentales contra Rusia y la pandemia de COVID-19 provocaron severas afectaciones en la economía europea en los últimos dos años. Algunas consecuencias ya se viven: inflación alta, baja en la productividad y encarecimiento de los productos básicos, señala un artículo publicado por el diario ‘The Wall Street Journal’.
Los europeos han tenido que cambiar sus hábitos de consumo, así como reducir sus viajes y salidas de ocio para sortear costos de la vida más elevados, un problema que se agrava con el incremento de las tarifas energéticas.
«Con el gasto de consumo en caída libre, Europa entró en recesión a principios de año, lo que reforzó una sensación de relativo declive económico, político y militar que se inició a principios de siglo», afirma el medio estadounidense.
El rotativo explica que la situación económica actual de Europa se alimenta de varios factores, el principal relacionado con la baja en la producción debido al envejecimiento de la población y a la tendencia en el mercado laboral joven de trabajar menos horas para tener más tiempo libre, aunque ello se traduzca en la reducción de ingresos.
«Los europeos se enfrentan a una nueva realidad económica que no habían experimentado en décadas. Se están empobreciendo», alerta The Wall Street Journal.
«La vida en un continente que durante mucho tiempo fue envidiado por los extranjeros por su arte de vivir está perdiendo rápidamente su brillo a medida que los europeos ven cómo se desvanece su poder adquisitivo», agrega.
De acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el consumo privado en Europa se redujo a 1% (ya con los ajustes de la inflación) desde finales de 2019, mientras que en Estados Unidos el consumo doméstico aumentó 9%.
El mismo organismo señala que, actualmente, la Unión Europea (UE)representa el 18% del gasto de consumo global, en contraste con el 28% del país norteamericano. Hace 15 años, cada uno representaba el 25%.
Parte de esta reducción responde a la baja en el poder adquisitivo de los salarios. Por ejemplo, en países como Alemania los salarios han disminuido (ya ajustados a la inflación) un 3% desde 2019; en Italia y España un 3,5%, y en Grecia un 6%, el mismo porcentaje de aumento que ha tenido el salario estadounidense en el mismo periodo.
En los últimos 15 años, la economía de la eurozona creció cerca del 6%, en contraste con el 82% que lo hizo la economía estadounidense, según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI).
La inflación se refleja en otros indicadores como la reducción del consumo de ciertos productos. En Alemania, durante 2022, la población consumió un promedio de 52 kilos de carne por persona, un 18% menos que el año anterior y el nivel más bajo desde 1989, cuando se comenzó a registrar este consumo.
Aunque algunos expertos consideran que este factor puede responder a otras tendencias relacionadas con el bienestar animal, también es una consecuencia del incremento del 30% en los precios de la carne.
Esto se ha traducido en el auge de tiendas que recolectan productos a punto de caducar de cadenas de supermercado para luego venderlos a mitad de precio, incluso en Bruselas, una de las ciudades más ricas de Europa.
Tiendas de esta rama como TooGoodToGo, fundada en Dinamarca en 2015 y especializada en la recolección de restos de comida de restaurantes y supermercados, han tenido incrementos considerables de clientes. Actualmente, cuenta con una lista de 76 millones de usuarios registrados, casi tres veces la cifra que tenían en 2020.
«La situación actual de Europa viene de lejos. El envejecimiento de la población, que prefiere el tiempo libre y la seguridad laboral a los ingresos, dio paso a años de escaso crecimiento económico y de la productividad», apunta The Wall Street Journal.
El rotativo también destaca que las afectaciones a las cadenas de suministro por la pandemia de coronavirus, así como el conflicto en Ucrania, «dispararon los precios de la energía y los alimentos» y «las crisis empeoraron problemas que llevaban décadas agravándose».