Señalan falta de disposición para evitar explosiones en El Líbano
Documentos recién consultados por los medios dan cuenta que había conocimiento en la máxima dirigencia del país de la sustancia de alto poder explosivo abandonada en el muelle 12 de la terminal portuaria.
En un círculo de negligencia, no se hizo nada, y este martes, una ignición de origen desconocido propició el peor desastre en la historia de la capital libanesa.
El presidente Michel Aoun, en el cargo desde 2016, dijo que hace unas tres semanas se le informó por primera vez de la peligrosa reserva y ordenó a agencias militares y de seguridad ejecutar lo que fuera necesario para evacuarla.
Pero sugirió que su responsabilidad terminaba allí, al comentar sobre su carencia de autoridad sobre el puerto y reconoció que los gobiernos anteriores también sabían de esa presencia.
En las redes sociales las denuncias se dirigen a la corrupción, la negligencia y la incompetencia de la elite gobernante e incapacidad para proporcionar lo básico a la ciudadanía, incluida seguridad.
Los investigadores concentran sus labores en el personal del puerto de Beirut, conocido en el argot popular como La Cueva de Ali Baba por los manejos turbios y sórdidos que allí acontecen.
Hasta ahora, al menos 16 funcionarios están bajo arresto domiciliario, entre ellos el jefe del puerto, Hassan Koraytem; el jefe de la Aduana, Badri Daher, y su antecesor.
Pero muchos alegan que la verdad surge de la podredumbre del sistema político que se extiende a los jefes políticos en el poder desde hace tres décadas y responsables del actual deterioro económico y financiero nacional.
Las explosiones del martes último causaron la muerte de al menos 154 personas, heridas a más de cinco mil, daños valorados en miles de millones de dólares y la destrucción parcial o total de unas 300 mil casas, según cifras actualizadas.
El trágico suceso llega en coincidencia con un aumento de los positivos a la Covid-19, una escasez de divisas que depreció en 80 por ciento la moneda nacional respecto al dólar estadounidense y una inflación de más de 50 por ciento.