Sin retorno: los bancos centrales se deshacen de reservas de divisas y oro a un ritmo vertiginoso
REDCOM. La desesperación se apodera de los bancos centrales que se deshacen de las reservas de divisas y oro a un ritmo trepidante
Y razones tienen para ello, pues los bancos centrales de algunos países están al borde de la bancarrota, por lo cual muchos de ellos están vendiendo sus reservas a un ritmo récord.
De hecho, en lo que va del año, las reservas disminuyeron por un billón de dólares, o un 7,8%, bajando hasta un total de 12 billones de dólares. Se trata de la mayor caída desde que Bloomberg comenzara a recopilar estos datos en 2003.
POR QUÉ LOS BANCOS CENTRALES LO ESTÁN HACIENDO
Pues una de las principales razones es que el valor del dólar estadounidense subió hasta el nivel más alto de los últimos 20 años en comparación con otras divisas, como el euro o la libra esterlina, y de tal modo, se ha reducido el valor de dichas reservas.
Además, informa Bloomberg, gran parte de los fondos obtenidos se emplearon para soportar las divisas nacionales, que están perdiendo valor. Así, por ejemplo, Pakistán redujo sus reservas en un 42%, lo que llevó al país al borde de la quiebra.
«Todo esto es parte de un catálogo de síntomas del canario en la mina de carbón. Las grietas se están haciendo más grandes y estas señales alarmantes vendrán a un ritmo cada vez mayor«, dijo Axel Merk, oficial superior de inversiones en Merk Investments, al comentar el declive de las reservas.
Mientras tanto, el rublo ruso, al que se le predijo una caída en picado, sigue manteniendo posiciones estables tras unas breves sacudidas que se vieron en marzo ante la incertidumbre geopolítica.
Es algo que los expertos han venido comentado hace un par de semanas al señalar al mayor beneficiario del conflicto en Ucrania, que es EEUU, pues en el bloque occidental es probablemente el único país cuya divisa subió en valor, mientras que todas las demás cayeron en picado.
Lo que se aprecia en el gráfico (arriba) son las cotizaciones de las principales divisas occidentales y lo que salta a la vista es que mientras el euro, el dólar australiano, la libra británica y el dólar canadiense caen a sus mínimos históricos, el dólar estadounidense ha crecido sustancialmente.
Todo esto ha ocurrido a pesar de los problemas que vive EEUU en su economía. Al mismo tiempo, el rublo ruso ha sufrido unas leves perturbaciones a lo largo de los meses de febrero y marzo, pero desde entonces ha mostrado una estabilidad que ha sorprendido a más de un economista occidental.
En la imagen no se muestra el zloty polaco y la grivna ucraniana, que también cayeron en picado y ya hace tiempo que tocaron fondo.
Una vez más esto demuestra que el plan de EEUU de arrodillar a la Unión Europea y desindustrializarla está siguiendo su rumbo y una fuga masiva de empresas tecnológicas y corporaciones al país norteamericano ya está en marcha.
Todo tiene que ver con todo
Si bien hemos comenzado este artículo señalando el accionar vertiginoso de los bancos centrales en deshacerse de sus reservas de divisas y de oro y sobre los motivos que los impulsan a llevar adelante este desprendimiento, para luego mencionar al principal beneficiario del conflicto propiciado en Ucarania, ahora toca hablar sobre las sanciones coercitivas contra Rusia impuestas por la Unión Europea. Y es que en la complejidad que conlleva este escenario, todo tiene que ver con todo. Nada está librado a la suerte. Cada movimiento se encuentra fríamente calculado. Pero, la excepción a la regla se llama: Rusia. Los estrategas del tablero esperaban que la Federación, tras siete paquetes de medidas coercitivas y arbitrarias, se encontrará de rodillas y blandiendo la bandera blanca. Nada más alejado de eso.
En notas anteriores enfatizamos sobre que las sanciones que la UE está imponiendo a los hidrocarburos rusos estaba dañando a la propia UE y de una manera permanente y en el tiempo. Y es que su desarrollo industrial de las últimas décadas ha sido posible, en mayor parte, gracias a la cantidad ilimitada de fuentes de energía baratas facilitadas por Rusia.
Ahora, al haberse negado a comprarlas en Rublos, a pesar de que Putin sigue reiterando que el suministro puede reanudarse en cuestión de días, los países miembros de la Unión son espectadores principales en presenciar su propia desindustrialización, pues la mayor parte de las fábricas que ya han cerrado sus puertas y ahora las que van a cerrar por la crisis energética, ya nunca más podrán volver a operar nuevamente.
Cabe recordar que, eéste ha sido uno de los primeros pasos del informe del think tank RAND, donde se especifica que el objetivo del conflicto ucraniano es cortar el suministro de fuentes de energía de Rusia a Europa para infligir el máximo daño a su industria. Como resultado, muchas de las compañías y recursos humanos valiosos acabarán mudándose a los EEUU.
Y este próximo paso ya está ocurriendo, según recoge The Wall Street Journal: algunos de los mayores fabricantes europeos industriales, con un alto consumo de energía, ya están trasladando sus operaciones -o extendiendolas- a EEUU. De hecho, incluso Tesla anunció que por ahora pondrá en pausa sus planes de fabricar baterías para sus autos en Alemania.
Esto, a su vez, ha causado que el valor del euro haya caído en relación al dólar, lo cual también concuerda con los pronósticos de que este escenario llevará a la devaluación de la moneda europea y la convertirá en una divisa tóxica. Y es que el euro amenazaba al dominio del dólar, y la provocación de un conflicto armado seguido por unas sanciones suicidas resultó ser la mejor manera de lidiar con este problema.
De tal modo, el plan para el desmoronamiento de Europa parece estar funcionando tal y como lo planearon en RAND mucho antes del inicio de la operación militar especial en Ucrania, pues:
▪︎ EEUU logró debilitar a un fuerte rival: la Unión Europea;
▪︎ Los demócratas por ahora lograron estabilizar su situación dentro del país;
▪︎ Washington logró imponer a Rusia todas las sanciones que podrían haberse imaginado.