Tuvalú pierde territorio por calentamiento global

RFI. Australia presentó esta semana a su Parlamento un tratado histórico firmado con Tuvalú. El objetivo es ofrecer un refugio seguro a los 11.000 habitantes de este archipiélago del Pacífico Sur, ya que lo más probable es que estos atolones sean engullidos por el mar a finales de siglo debido al cambio climático.

Tuvalú aún tiene que ratificar el texto a través de una consulta local, pero en este tratado totalmente inédito Canberra se compromete a ayudar al archipiélago en caso de un «gran desastre natural, pandemia o agresión militar», si Tuvalú lo solicita. Permite que 280 de sus nacionales migren a Australia cada año, al tiempo que reconoce que el estado de Tuvalú conservará su independencia, incluso si su territorio queda sumergido por las olas. Para Australia, es una batalla por influencia, ya que China gana terreno en el Pacífico Sur. Para el pueblo de Tuvalú, es una cuestión de supervivencia.

Las islas del Pacífico están en la primera línea del cambio climático. El calentamiento, causado por nuestras actividades humanas, está provocando el derretimiento de los glaciares y la expansión de los océanos, lo que genera un aumento del nivel del mar. Dos islasde Tuvalú, que estaban habitadas, ya han sido tragadas por el océano por esta razón. Y dado que el archipiélago está formado en su totalidad por arrecifes de coral muy bajos, los científicos dicen que se volverá inhabitable dentro de 80 años y luego correrá el riesgo de desaparecer.

Otros Estados insulares se enfrentan a la misma tragedia: Kiribati, las Islas Marshall, el Territorio Especial de Tokelau de Nueva Zelandia. Y eso plantea preguntas vertiginosas.

¿Qué existencia internacional mañana?

Hoy, en el derecho internacional, un Estado existe porque tiene una población, un territorio y un Gobierno. Si mañana el Estado de Tuvalú ya no tiene territorio, si su población está dispersa en Australia, ¿seguirá siendo un Estado? ¿Seguirá teniendo su asiento en las instituciones internacionales? ¿Qué estatus tendrán sus nacionales? ¿Serán apátridas? ¿Y qué pasará con las zonas económicas marítimas del país? Ahora se calculan en función de la línea de costa. Estos países «confetis terrestres de Oceanía» tienen enormes espacios marítimos.

La pérdida de su territorio también tiene implicaciones culturales e identitarias para estas naciones. Una lengua existe porque es hablada por una comunidad. Si mañana la población de Tuvalú se dispersa en Australia, las lenguas de Tuvalú corren el peligro de extinguirse.
Si emigran a Australia, es probable que hablen inglés y si van a Nueva Caledonia pueden hablar francés», dice Guy Jackson, geógrafo de la Universidad de Northumbria en el Reino Unido. Estudia las pérdidas culturales y de otro tipo relacionadas con el cambio climático. Son varios los factores que hacen que una lengua desaparezca durante la migración, pero el investigador cree que se trata sobre todo de una cuestión de generaciones: «Los mayores siguen hablando, mientras que los más jóvenes ya no aprenden la lengua ni la practican porque quieren tener acceso a la educación en inglés, por ejemplo».

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.