Un mágico encuentro en el Capitolio de Puerto Rico.

 

 

 

Por Juan José Mesa.
Como curador de la parte dominicana de la exhibición pictórica conjunta de artista puertorriqueños y dominicanos que bajo el epígrafe «De aquí y de allá», auspicia el Hon. Rafael – Tatito– Hernández Montañez, Presidente de la Cámara de Representantes de Puerto Rico, como parte del programa oficial de «Culturarte con tú cámara» que dirige D. Marcos Alegría Serrano – uno de los más virtuosos exponentes de la pintura actual puertorriqueña– puedo asegurar, que la apertura de esta muestra marcará el inicio de una nueva e importante etapa para estrechar los lazos culturales existentes entre Puerto Rico y República Dominicana, dos de los territorios más dinámicos del Caribe y América Latina.

La atadura es como una obra maestra, cuya inspiración viene desde muy lejos.

Si nos remontamos al siglo diecinueve, nos damos cuenta que los padres o las entrañas, que han dado origen al pensamiento independentista antillano, de los apóstoles de las libertades y luchas por la emancipación de nuestros pueblos; han sido frutos de los vaivenes migratorios entre Borinquen y Quisqueya.

Imperdonable sería pues, no mencionar que la tierra «De aquí» cuando era entonces la “Capitanía General de Puerto Rico”, acogió a los padres de Juan Pablo Duarte y Diez, fundador de la República Dominicana; y en el terruño de Juana Díaz, nació Ángela Gaviño Costales portadora de las entrañas que trajo al mundo a Juan Emilio Bosch Gaviño más conocido por Juan Bosch, quien fue escritor, cuentista, ensayista, novelista, historiador, educador, político y presidente dominicano. O que de mi tierra «De allá», cuando fue la “Capitanía General de Santo Domingo”, vió nacer al padre de Ramón Emeterio Betances y Alcalán, considerado el «Padre de la Patria» puertorriqueña; lugar en el que también dio frutos y terminó de vivir nuestro, Eugenio María de Hostos. Tierra en la que Román Baldorioty De Castro debido a sus ideas y escritos liberales tuvo que exiliarse, para dejar su impronta cuando fundó el Colegio Antillano.

Imperdonable sería también hablando propiamente de arte, no citar a Ramón Frade, quien habiendo nacido en el territorio «De aquí» vivió los primeros años de su vida mi tierra «De allá», en la que inicia sus estudios de arte en la Escuela Municipal de Dibujo de Santo Domingo, para volver a la tierra «De aquí» y convertirse en uno de los primeros artistas en entablar relaciones profesionales con sus homólogos de las islas vecinas en el siglo XIX. Igual que en la tierra «De aquí», nació Paula Patiño y su hijo Luís Santiago Oviedo Patiño, el padre Ramón Oviedo quien en su tierra «De allá», fue declarado por el Congreso Nacional: «Maestro Ilustre de la Pintura Dominicana».

O que en el siglo pasado, tanto de «De aquí y de allá», fueron los escenarios del tránsito, y en algunos casos, el establecimiento definitivo, de un grupo de exiliados republicanos como Josep Gausachs, Ángel Botello Barros, José Vela Zanetti y Eugenio Fernández Granell, cuya aportación ha traído por resultado a un sinnúmero de artistas evolucionados, con un lenguaje insular e identitario que ponen en alto la calidad y madurez del arte caribeño y que por razones de espacio preferimos no citarlos.

Curiosamente, fue en Juana Díaz, donde Hostos fundó el primer comité de su “Liga de Patriotas”. Y Juan Bosch, cuando fue acogido por la tierra «De aquí», en su primer trabajo le tocó dirigir la transcripción de los originales para las obras completas del maestro puertorriqueño, siendo posteriormente contratado para viajar a Cuba a la supervisión su proceso de edición. Con estas impactantes palabras comienza el prólogo de su libro «Hostos, El sembrador»: «El hecho más importante de mi vida hasta poco antes de cumplir 29 años fue el encuentro con Eugenio María de Hostos, que tenía entonces casi 35 años de muerto». Según su propia confesión, ese fortuito encuentro es la respuesta a muchas cuestiones existenciales de su vida, así como un cambio de dirección en la misma: (…) “Las respuestas a todas esas preguntas, que a menudo me ahogaban en un mar de angustias, me la dió Eugenio María de Hostos 35 años después de haber muerto. Si mi vida llegara a ser tan importante que se justificara escribir sobre ella, habría que empezar diciendo: Nació en La Vega, República Dominicana, el 30 de junio de 1909, y volvió a nacer en San Juan de Puerto Rico, a principios de 1938, cuando la lectura de los originales de Eugenio María de Hostos le permitió conocer que fuerzas mueven, y cómo la mueven, el alma de un hombre consagrado al servicio de los demás.
Lazos «De aquí y de allá», que por esta muestra se fortalecen.
Si bien es cierto que también estamos en el inicio de una nueva era, cuando los NFT son los que revolucionan el mercado del arte contemporáneo, la cultura milenial y la forma de exponer; este mágico encuentro en el Capitolio de Puerto Rico se convierte en un espaldarazo necesario, para volver a recuperar la consolidación del arte, que existía antes de estallar la pandemia que generó condiciones de extrema dificultad para los artistas, restricciones globales, prohibición de exposiciones y cancelaciones ferias y bienales.

Me siento honrado y agradecido de poder colaborar junto a Rubén Moreira con esta iniciativa, que dicho sea abre las puertas a futuras y merecidas muestras y condecoraciones. Las paredes de la sala de exposiciones «Julio Tous Soto» del Capitolio, en presencia de autoridades diplomáticas y culturales dominicanas y puertorriqueñas se visten de gala con similitudes estéticas y conceptuales de un formidable conjunto de artistas caribeños conformado por: Marcos Alegría, Dafne Elvira, Felipe Jiménez Marcell, Dennis Mario Rivera, Jorge Romero y Orlando Vallejo, «De aquí»; y por: Ada Balcácer, Carlos Hinojosa, Manuel Nina Cisneros, Miguel Núñez, Ramón Oviedo, Enriquillo Rodríguez Amiama, y Alberto Ulloa, «De allá».

Maestros y pintores consagrados, modernos y contemporáneos, que a través de distintos formatos y medios; en ausencia de un diálogo previo coinciden en la reflexión sobre nuestra identidad. Simiente necesaria para generar un paralelo de propósitos y discursos, mucho más allá de los intereses comunes, el fortalecimiento de nuestro arte y nuestros artistas, las prácticas compartidas y de lo que se alcanza a ver a simple vista.

El autor es curador de arte independiente comprometido con la investigación y director de la Galería Mesa Fine Art en República Dominicana.

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