Un nuevo programa de 282 millones de USD tiene como metas la acción climática y ambiental a través de los sistemas agroalimentarios
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) presentaron hoy un nuevo programa, cuyo objetivo es redoblar los esfuerzos para transformar los sistemas agroalimentarios mundiales —desde la explotación agrícola a la mesa— para que sean sostenibles, respetuosos con la naturaleza, resilientes, inclusivos y libres de contaminación.
Financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), el Programa integrado sobre sistemas alimentarios se presentó el Día de los sistemas agroalimentarios en la 16.ª Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (COP 16 de la CLD) celebrada en Riad (Arabia Saudita).
El programa canalizará 282 millones de USD de financiación del FMAM y unos 1 800 millones de USD de cofinanciación hacia beneficios medioambientales globales para la biodiversidad, la tierra y el cambio climático, junto con beneficios socioeconómicos de mejora de la seguridad alimentaria, la nutrición y los medios de vida.
El programa tiene como metas los sistemas agroalimentarios de cuatro sectores —cultivos (maíz, arroz y trigo), productos básicos (cacao, aceite de palma y soja), ganadería y acuicultura— en 32 países: Angola, Argentina, Benín, Bhután, Burkina Faso, Chad, Chile, China, Costa Rica, Ecuador, Eswatini, Etiopía, Filipinas, Ghana, Granada, India, Indonesia, Islas Salomón, Kazajstán, Kenya, Malasia, México, Namibia, Nauru, Nigeria, Pakistán, Perú, Sudáfrica, Sri Lanka, Tanzanía, Türkiye y Uganda.
A través del programa, los países y las comunidades elaborarán y reforzarán políticas, cadenas de valor, prácticas y planes de inversión para sectores agroalimentarios clave. El programa pretende mitigar las emisiones de metano en los sectores ganadero y arrocero, así como la deforestación en los sectores ganadero y del aceite de palma. El programa fomentará la acuicultura como fuente alternativa de proteínas e ingresos y la ordenación integrada del paisaje como alternativa al uso insostenible de la tierra para producir trigo y maíz. Además, apoyará prácticas sostenibles para los productos alimenticios clave con el fin de garantizar beneficios medioambientales y económicos a largo plazo.
El programa llega en medio de una creciente atención internacional al papel fundamental de los sistemas agroalimentarios en las recientes Conferencias de las Partes (COP) de las Naciones Unidas sobre medio ambiente para tres convenios diferentes. Aquí se incluye la presentación de la Iniciativa de apoyo a los Agri-EPANDB en la 16.ª Conferencia de las Partes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica y la Iniciativa Harmoni ya presentada en la 29.ª Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. En las tres COP se ha debatido de forma destacada la financiación: los sistemas agroalimentarios representaron menos del 5 % del total de la financiación mundial para el clima (2019/2020) y el 23 % del total de la financiación para el desarrollo relacionada con el clima (2022), lo que supone un descenso con respecto al 37 % del decenio anterior.
El Programa integrado sobre sistemas alimentarios se basa en casi una década de inversiones del FMAM en programas mundiales sobre sistemas alimentarios, entre ellos The Good Growth Partnership, Sistemas alimentarios resilientesy el Programa de impacto sobre sistemas alimentarios, uso y restauración de la Tierra. Aprobado y diseñado tras la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios, el Programa integrado sobre sistemas alimentarios ayudará a los países a cumplir los compromisos del Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming‑Montreal, el Acuerdo de París sobre el cambio climático y la neutralización de la degradación de las tierras.
El Proyecto de coordinación mundial apoyará el diseño y puesta en marcha de 32 proyectos nacionales durante los próximos 12 meses. Los centros de coordinación mundial en materia de políticas y gobernanza, sector privado e inversión, a nivel de paisaje —tierras de cultivo, sitios agroforestales y otras zonas no protegidas—, innovación y gestión del conocimiento crearán comunidades de prácticas y mejorarán la coordinación durante la duración del programa para generar un efecto mayor que la suma de los proyectos nacionales individuales.
EFE