Venecia acoge el «Blue Friday», la alternativa de la Unesco al «Black Friday»

 

 

 

La ciudad italiana de Venecia (noreste) acoge hoy viernes el «Blue Friday«, una serie de iniciativas y conferencias que se presentan como «alternativa ecológica» al consumista «Black Friday«, impulsado por la Comisión Oceanográfica Intergubernamental (COI) de la UNESCO para concienciar sobre el impacto ambiental de las compras masivas y preservar los océanos.

La sede veneciana de la Oficina Regional de la UNESCO para la Ciencia y la Cultura en Europa, escenario principal de este «viernes azul», ofrece actividades que promueven el «consumo crítico y consciente» para «contrarrestar el impacto ambiental del Black Friday«, detalló la COI-UNESCO en un comunicado.

El «Black Friday«, también llamado «viernes negro» en español, es una fiesta surgida en los Estados Unidos y extendida a medio mundo en la que los consumidores se lanzan a las tiendas para hacer compras masivas aprovechando descuentos especiales antes de la llegada de la Navidad.

En el lado opuesto al consumo masivo nace el programa del «Blue Friday«, que en Venecia ha organizado una exposición interactiva dedicada al océano y al clima, así como iniciativas económicas respetuosas con los océanos, encuentros para promover un estilo de vida sostenible y actividades en el mar.

El «Blue Friday» es una «llamada a la acción» para transformar el «viernes más negro del año en un momento para salvaguardar el mar y restaurar su biodiversidad«, explicó a EFE la oceanógrafa y coordinadora del programa de educación oceánica de la UNESCO, Francesca Santoro.

De hecho, la celebración del «Black Friday» tiene un efecto importante en el cambio climático: solo en el Reino Unido se emitieron más de 429,000 toneladas de gases de efecto invernadero derivadas del «Black Friday» del 2020, el equivalente al peso de más de 61,000 elefantes, según los datos de la UNESCO.

«El actual modelo de consumo no es sostenible. Cuando vemos los datos sobre las consecuencias que tiene en el medio ambiente nos damos cuenta de que si queremos seguir viviendo en este planeta cambiar de rumbo es la única opción que tenemos», recordó Santoro.

Sin embargo, caminar hacia un consumo más respetuoso con el medio ambiente no significa poner freno al desarrollo económico, asegura la oceanógrafa, ya que es de los «nuevos sistemas de producción y consumo de donde pueden venir las grandes oportunidades de empleo y la promoción de un desarrollo sostenible».

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